Alemania

Crimen pasional en el Partido Pirata germano

Un diputado berlinés se suicida electrocutándose tras asesinar a golpes a un ayudante que le había denunciado por acoso sexual

Gerwald Claus-Brunner, el político alemán responsable del asesinato
Gerwald Claus-Brunner, el político alemán responsable del asesinatolarazon

Un diputado berlinés se suicida electrocutándose tras asesinar a golpes a un ayudante que le había denunciado por acoso sexual

Gerwald Claus-Brunner dejó en el suelo su enorme maleta, un carrito y entró en la tienda como si nada. «¿Qué llevas ahí?», le preguntó el dependiente. «Nada, sólo ropa vieja», contestó mientras terminaba de rellenar un billete de la lotería. No había motivo para extrañarse y menos hacia un tipo a cuya extravagancia ya se había acostumbrado su entorno. Nadie en ese momento hubiera pensado que Claus-Brunner, el diputado berlinés del Partido Pirata y famoso por su excéntrica apariencia, acababa de asesinar a un hombre y que estaba decidido a terminar poco después con su propia vida.

La escena captada por las grabaciones de una cámara de seguridad es una pieza más de un complejo rompecabezas que durante estos días ha copado la esfera pública alemana y que sigue arrojando un sinfín de detalles a cada cual más pernicioso. El último lo comunicó la oficina del fiscal encargada del caso que desveló que Claus-Brunner envío antes de su suicidio un paquete dirigido a su ex pareja y que, además de algunas pertenencias, contenía una carta en la que se confesaba autor del asesinato.

La víctima resultó ser un joven de 29 años, identificado como Jan Mirko L., y que había colaborado con el diputado hasta que en el mes de junio le interpuso una demanda por acoso. El pasado lunes, sólo un día después de las elecciones regionales de Berlín –en cuyas urnas quedó patente el actual rechazo social a la gestión de la crisis migratoria de la canciller Angela Merkel–, la Policía alemana descubrió sus cuerpos sin vida y con ellos una trama que ha estado salpicada de especulaciones sexuales y sentimentales. Fue entonces cuando se supo que el joven ayudante falleció por los fuertes golpes que recibió en el pecho y que hicieron pensar en alguna clase de juego sexual o que Claus-Brunner transportó con un carro el cadáver de su víctima desde su casa hasta la suya propia, a unos 15 kilómetros de distancia, donde fueron hallados ambos cuerpos. En el camino, el político –que acostumbraba a llevar un pañuelo en la cabeza y a vestir monos de trabajo– hizo una pausa para entrar en la tienda.

Claus-Brunner se electrocutó unos días después. Su último mensaje en su cuenta en Twitter lo escribió hace ahora una semana y en él aseguraba haber tenido «un día de mierda». Pero antes hubo más. El político, que se había declarado abiertamente bisexual, ya se había referido previamente a su víctima a través de las redes sociales. Incluso se cree que un día después de que le quitase la vida, escribió el siguiente mensaje en su cuenta: «Mi amor, mi vida, por los siglos de los siglos, para siempre, mi querido ricitos». Tras la aparición de la carta, el fiscal da el caso por cerrado y explica el motivo del asesinato «por razones muy personales».

Mientras el Partido Pirata trata de reponerse no solamente del fiasco electoral que tuvieron el pasado domingo en la capital germana –donde obtuvieron un 1,7% de los votos y se quedaron sin escaños–, sino al varapalo que les supone este caso. La formación política, que defendió la libertad en internet, trató de alejarse de los titulares de los medios de comunicación de estos últimos días haciendo referencia a los problemas psicológicos que padecía Claus-Brunner. Algo que para muchos ya se veía venir. De hecho, el mismo político ya había insinuado su suicidio en su último discurso en el Parlamento berlinés, pronunciado en junio, donde auguró que la Cámara lamentaría la desaparición de su grupo y que en algún momento guardarían un minuto de silencio por él. Así ha sido.

Una formación en horas bajas

- Primeros pasos. El Partido Pirata nació hace diez años en Alemania, en el año 2006. Está inspirado en el partido con el mismo nombre –Piratpartiet– de Suecia, con objetivos similares.

- Repercusión en las urnas. El partido aumentó su trascendencia en 2009, consiguiendo más de 200.000 votos en las europeas, que, aun así, no fueron suficientes para conseguir representación.

- Entrada en el parlamento. En las elecciones federales de 2009 alcanzó un 2% de los votos, y finalmente, en las elecciones de Berlín de 2011 consiguió entrar en el Parlamento estatal con el 8,9% de los votos.

- Caída en picado. En 2013, se desplomaron los resultados del partido en diversos estados, la tendencia siguió en 2014, y finalmente tocó fondo este domingo, al conseguir menos del 2% en Berlín.