Elecciones en Argentina

Cristina Kirchner pone en aprietos a Macri

Los buenos resultados de la ex mandataria peronista en las primarias incomodan al presidente argentino que sufre un desgaste prematuro

La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner no pudo ir a votar y siguió los resultados con su nieto, ayer
La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner no pudo ir a votar y siguió los resultados con su nieto, ayerlarazon

Los buenos resultados de la ex mandataria peronista en las primarias incomodan al presidente argentino que sufre un desgaste prematuro.

El retorno a las urnas de Cristina Fernández de Kirchner como precandidata a senadora por la oposición al actual presidente Mauricio Macri centró la atención ayer de las primarias obligatorias en Argentina –las PASO, donde sólo se afianzan candidaturas para las legislativas del 22 de octubre–. Es ante todo un claro termómetro de cara a las presidenciales del año 2019. No hubo, por tanto, puja interna ya que cada partido ya eligió a sus aspirantes, por lo que los comicios tienen el valor de ser un plebiscito sobre la gestión del Gobierno de Macri y una prueba para medir la fuerza de la oposición.

Kirchner, de 64 años, aspiraba a ser senadora por la provincia de Buenos Aires, que concentra casi el 40% del padrón nacional de poco menos de 34 millones. Según las encuestas, la viuda peronista parte como favorita en el Senado por la provincia de Buenos Aires, una de las zonas más empobrecidas del país. La ex mandataria tendría el 34% de los votos seguido de Esteban Bullrich –oficialismo– con 30%, y el 23,1% de Sergio Massa –ex candidato presidencial–, siempre según los sondeos.

La ex presidenta (2007-2015) fundó este año un pequeño partido de centroizquierda, Unidad Ciudadana (UC), y se apartó del opositor Partido Justicialista (PJ, peronista) que está atomizado, aunque aún controla el Congreso. La campaña de Cristina, como la llaman a secas, se basó en el lema «Así no podemos seguir». En su último mensaje antes de conocerse los resultados, pidió a los votantes recordar a «los que perdieron el trabajo o viven con temor a perderlo, los que no llegan con su salario a fin de mes, o no pueden comprar la comida como antes, o pagar la luz, o el gas o el agua. Esto debe ser el límite para este Gobierno». Curiosamente, la dama peronista no pudo votar por problemas logísticos. No encontró vuelos para trasladarse a su natal Santa Cruz.

La eterna promesa

Por su parte Mauricio Macri, de 58 años, lleva un año y medio de Gobierno, sin lograr sus prometidas inversiones extranjeras. La inflación se disparó en 2016 y en los primeros siete meses de este año acumula 13,9%. Asimismo, el desempleo creció al igual que la pobreza y la economía se estancó. Sin embargo, bancos, mineras y productores de soja admiten ganancias multimillonarias. Macri defiende haber eliminado el control cambiario que Kirchner impuso en su mandato. El presidente argentino, que se enfrenta a su primer examen electoral, hizo un llamamiento al cierre de la campaña de las primarias: «Nunca más escuchemos a aquellos que gobernaron tantos años», a quienes tilda de «populistas».

El sociólogo y consultor Rosendo Fraga explica a LA RAZÓN que, tras el recuento, «se dirá que Cambiemos (alianza oficialista) es la fuerza nacional más votada, con un porcentaje que puede rondar 30%. La dispersión del (opositor) peronismo hará que Cristina Kirchner sea la segunda al 15%». Es decir, a nivel nacional, sigue dominando el oficialismo pero en la provincia de Buenos Aires, la reina es Cristina. Sin embargo, cabe recordar que la provincia de Buenos Aires posee más de un tercio de los electores del país, por lo que tradicionalmente se considera ganador de los comicios legislativos al partido que se impone en ese distrito.

Es por tanto una llamada de atención al Gobierno de Mauricio Macri, quien asegura que necesita más tiempo para enderezar el rumbo del país después de diez años de kirchnerismo. Pero a los argentinos se les agota la paciencia. Como siempre en unas elecciones, «el bolsillo» es el que manda. «Los argentinos no salen del bucle, siempre lo mismo. Tenemos 100 y gastamos 200. Tenemos que hacer reformas necesarias pero dolorosas. Volver atrás sería un error», asegura a este diario el periodista Jorge Lanata.