Diez salarios mínimos para cubrir la cesta básica de un venezolano

Según el propio Banco Central de Venezuela, la inflación en 2015 se situó en el 380,41%, aunque el Gobierno la sitúe en el 180%. Las cifras para el presente año no son precisamente esperanzadoras, después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevea una inflación de más del 700%. Esto pone a los trabajadores venezolanos con ganancias muy inferiores al coste de los alimentos y los servicios y la inflación muy por encima de lo que perciben.

Por ejemplo, la cesta básica familiar se ubicó en marzo en 142.853,20 bolívares. Es decir, para cubrirla se necesitan al menos diez salarios mínimos, de los recién ajustados, para poder comprar todo lo necesario para alimentar a una familia de cuatro personas. Alimentos básicos y no regulados como la carne, el pescado y los huevos pueden costar al menos un cuarto del salario mínimo. Un kilo de carne cuesta 3.600 bolívares, el pescado más económico está a 2.700 bolívares y los huevos se consiguen a 2.200 bolívares. Con un salario mínimo se podría comprar cinco veces carne y nada más o siete cartones de huevos y nada más. Esto sin contar con las devaluaciones diarias de la tasa flotante de divisas que puso el Gobierno chavista, los gastos de transporte, los servicios básicos o los estudios en el caso de los que tienen hijos.

El economista y encuestador Luis Vicente León aseguró ayer al diario venezolano «El Universal» que «la devaluación está muy por encima del incremento salarial. En los discursos presidenciales, el Ejecutivo dice sentirse orgulloso por los aumentos del salario mínimo, pero esto lo que indica es el terrible desequilibrio económico que existe en el país, que ha obligado a incrementar los salarios».

Ya desde el Gobierno de Nicolás Maduro han anunciado que próximamente aumentarán de precio algunos alimentos que están a precio regulado desde hace al menos tres años y que están «rezagados de la estructura de costes de las empresas». Entre ellos se encuentran el arroz, la leche, el azúcar, los pañales, el champú, el desodorante o las cuchillas de afeitar.