Venezuela

Eduardo Frei: «Venezuela es una dictadura brutal con Gobierno de facto»

Eduardo Frei
Eduardo Freilarazon

El ex presidente de Chile desconfía de la transparencia de las legislativas venezolanas de diciembre porque el régimen ha impedido presentarse a los principales líderes opositores.

La lucha contra la extrema pobreza y la apertura de la economía chilena al comercio internacional centraron el mandato del democristiano Eduardo Frei (1994-2000). De ahí que la presidenta Michelle Bachelet le nombrara el año pasado embajador plenipotenciario para Asia-Pacífico. A su paso por Madrid, Frei recibió a LA RAZÓN en la Casa de América.

–¿Por qué los líderes latinamericanos son tan cautos al denunciar la persecución política en Venezuela?

–En el mudo internacional, por razones políticas y diplomáticas, los presidentes no se pueden expresar. Pero, como ex presidente, yo tengo la libertad completa de decir lo que pienso. He estado varias veces en Venezuela tanto con Chávez como con Maduro. Tras ver la realidad, tengo que denunciar una dictadura brutal y un Gobierno de facto. En las últimas elecciones hubo fraude: pasaron varios días y ganaron por un punto y medio. Además, la economía está destruida y el país está catalogado como uno de los más inseguros del mundo. El Gobierno determina quiénes son los candidatos y ha cambiado los distritos electorales. Es una dictadura brutal que daña la imagen de América Latina.

–¿Puede volver la violencia a la calle, como en 2014?

–Sí, porque hay muchas milicias armadas. ¿Quién las controla en una marcha pacífica?

–La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, atraviesa un momento delicado y ha sugerido que existe un intento de golpe de Estado para destituirla y cambiar el Gobierno. ¿Usted cree que es así?

–Es difícil comentar desde fuera. En el caso de Venezuela, puedo hablar porque he estado allí. Brasil es distinto. Es un gran país que forma parte de los BRIC, por lo que su importancia para América Latina es muy relevante. Nos interesa que a Brasil le vaya bien. Espero que la presienta y el Gobierno hagan el máximo esfuerzo para mejorar la situación y retomar la senda del crecimiento.

–En Argentina se cierra un ciclo el 25 de octubre. ¿Es un país más próspero?

–Mi papel no es poner nota a los gobiernos. Tras las primeras, se perfilan las candidaturas para sustituir a Cristina. Para Chile es tremendamente importante Argentina, porque ambos compartimos más de 4.000 kilómetros de frontera, el intercambio es fluido y el turismo es inmenso. Nos interesa que el nuevo Gobierno tenga la mejor relación con Chile. Quienes juzgarán al Gobierno saliente serán los argentinos.

–El frenazo económico y los niveles de violencia no son muy halagüeños en Latinoamérica tras un década de fuerte crecimiento y reducción de las desigualdades.

–No creo que Latinoamérica sea una región de grandes violencias. Si nos comparamos a nivel internacional, podemos decir que en los últimos años hemos sabido resolver los conflictos y reducir nuestras desigualdades. En el caso chileno, tenemos más fondos soberanos, no estamos endeudado y las reservas casi superan el presupuesto anual. Muchos países aprovecharon la subida de las materias primas. En general, debemos diversificar nuestras exportaciones e invertir más en I+D. La única solución es más democracia, más libertad y más respeto a los derechos humanos.

–Chile atraviesa una crisis institucional profunda marcada por los casos de corrupción. ¿Cómo valora el trabajo de la presidenta Bachelet?

–Tengo gran respeto por la presidenta. Se ha demostrado que las instituciones funcionan y que la Ley es igual para todos. Tenemos que perfeccionar nuestra legislación de financiación de las campañas electorales. Hay que esperar que la Justicia resuelva, pero estoy seguro de que Chile pasará esta situación porque tiene una democracia madura y con independencia de las instituciones.

–El sistema de elección binominal ha erosionado la democracia chilena...

–Por eso, una de las prioridades del Gobierno es cambiar el sistema y en las elecciones de 2018 ya no estará en vigor. Ello permitirá la representación de todas las fuerzas políticas y tener un debate más abierto, sobre todo en los temas constitucionales.

–¿Cree que Estados Unidos hizo lo suficiente para esclarecer el magnicidio de su padre?

–Más que EE UU, espero que los antecedentes que faltan los proporcionen las autoridades chilenas. Hemos pedido al Ejército que entregue la información, como han hecho en otros casos, y de la Universidad Católica, donde se descubrieron años después restos de su cuerpo.