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Turquía y EE UU pactan una zona de seguridad para Siria

Miembros del Ejército Libre Sirio
Miembros del Ejército Libre Siriolarazon

Estados Unidos y Turquía han acordado los detalles para la creación de una «zona segura», libre de combatientes del Estado Islámico (EI), en la frontera entre Turquía y el noroeste sirio.

Un funcionario norteamericano confirmó ayer las informaciones publicadas días antes en la prensa turca sobre la creación de una «zona libre del Estado Islámico (EI)» en el norte de Siria. Citada por la agencia Associated Press, la fuente, que no estaba autorizada para realizar declaraciones a los medios, aseguró que Estados Unidos y Turquía se encuentran ultimando los detalles de una campaña militar conjunta encaminada a expulsar a los terroristas de un territorio que sería habilitado para la llegada de los desplazados por la guerra. Dicha franja tendría unos 98 kilómetros de largo y 40 de ancho y, de concretarse, se extenderá entre las poblaciones de Mare y Jarablus, aunque no sería declarada zona de exclusión aérea.

El reciente acuerdo entre Washington y Ankara cumpliría con las expectativas turcas de impedir que el kurdo-sirio Partido de la Unión Democrática (PYD) controle un área de gran importancia estratégica y cercana a su frontera este. El Ejecutivo de Ahmet Davutoglu ha asistido con gran desasosiego a la expansión territorial en el país vecino del PYD y grupos afines, y tiene miedo de que su propia minoría kurda vea estimuladas sus ansias independentistas al calor de las victorias contra el EI de sus camaradas sirios.

En declaraciones al diario local «Hurriyet», el primer ministro turco confirmó que su Gobierno no contempla enviar tropas terrestres a Siria y manifestó su deseo de que la bautizada como «zona libre de Estado Islámico» –y no «zona de seguridad» para no levantar suspicacias en Irán y Rusia– sea administrada por integrantes del Ejército Libre Sirio (ELS), que combate a las fuerzas del presidente Bachar al Asad. Davutoglu aseguró que el PYD «tendrá un lugar en la nueva Siria», siempre y cuando no interfiera en los asuntos internos turcos y coopere decididamente con las fuerzas opositoras al régimen.

Siguiendo con las operaciones aéreas contra «posiciones de los terroristas», Ankara ha bombardeado, desde el pasado viernes, enclaves del Estado Islámico y también del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), milicia ilegalizada en Turquía cuya base se halla en el oeste de Irak. A pesar de justificar las acciones contra posiciones del grupo rebelde, Washington se ha desvinculado: «No existen conexiones entre estos bombardeos aéreos contra el PKK y el reciente pacto para intensificar la cooperación entre Estados Unidos y Turquía contra el EI», argumentó el viceenviado especial para la coalición antiyihadista, Brett McGurk, en su cuenta de Twitter.

Presionado por Washington para que se uniese a los esfuerzos militares contra los terroristas del Estado Islámico, el Gobierno turco ejecutó un giro radical sobre su posición –calificada de ambigua– a raíz del atentado suicida que acabó con la vida de 32 personas en Suruç hace poco más de una semana. Sus líderes auguran un giro dramático en la situación de Oriente Medio. «La presencia de una Turquía que sea capaz de usar su fuerza de forma efectiva puede conducir a consecuencias que podrían cambiar las reglas del juego en Siria, Iralk y la región al completo. Todo el mundo debería ser consciente de ello», advirtió el primer ministro durante un encuentro con la prensa local.

Lo que comienza a vislumbrarse es que los intereses encontrados del Gobierno de Davutoglu están destinados a complicar, más si cabe, las vicisitudes de una guerra civil transformada en conflicto supranacional tras la entrada en escena del temible EI. En una nueva vuelta de tuerca, las Brigadas de Protección del Pueblo (YPG) acusaron al Ejército turco de haberlas atacado en la localidad fronteriza de Til Findire. Los militares desmintieron que el YPG estuviese entre sus objetivos y anunciaron que investigarían el incidente. Ankara informará de los últimos acontecimientos que amenazan a su seguridad en la reunión especial con el resto de miembros de la OTAN prevista para hoy. Las autoridades turcas han detenido a 1.050 personas en las redadas de los últimos días en territorio turco por su presunta relación con el EI y el PKK.