Italia

El análisis: Un estado aún centralizado pero débil

La Razón
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¿Hasta qué punto Italia es un país centralizado y cómo aborda su Constitución la autonomía territorial?

–La consecución de una mayor autonomía en Italia reside en el artículo 5 de la Constitución, que establece un equilibrio entre la indivisibilidad de la República y el reconocimiento y la promoción de las autonomías regionales y locales, lo cual ha dado lugar a una relación cada vez más tensa. La situación ahora es la de un Estado políticamente débil pero aún centralizado, muy opuesto al marco constitucional semifederalista conceptualizado después de la II Guerra Mundial y llevado a cabo principalmente mediante las reformas constitucionales de 1999 y 2001. Varios estudios recientes muestran que las cinco regiones del sur (Puglia, Campania, Sicilia, Calabria, Sardegna) devuelven al Estado central menos de lo que reciben como «remanente fiscal». Esta situación se está volviendo cada vez más grande, generando una desconfianza territorial a la hora de acometer la distribución financiera nacional.

¿Cuál es el factor que lleva a estas regiones a pedir mayor autonomía?

–Yo diría que en los casos de Lombardía y Véneto siempre ha habido un factor económico por encima de todo, que después se ha mezclado con elementos emocionales en el primero caso y con la identidad en el segundo. En los casos más recientes de Emilia-Romaña, Liguria y Apulia, en cambio, las demandas regionales de mayor autonomía, basadas en el art. 116 de la Constitución, tienen claramente un componente económico. También hay diferencias importantes en los caminos que están siguiendo para alcanzar sus objetivos (vía plebiscitaria o parlamentaria) y lo que piden para sus regiones el día después del referéndum: autonomía o secesión.

*Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Roma Tre