Relaciones internacionales

El candidato eterno

El primer mes de Donald Trump en la Casa Blanca ha quedado marcado por la imprevisibilidad y el cumplimiento de sus promesas más controvertidas con las que ha ganado popularidad.

El presidente de EE UU, Donald Trump, junto con su esposa Melania en Orlando Melbourne
El presidente de EE UU, Donald Trump, junto con su esposa Melania en Orlando Melbournelarazon

El primer mes de Donald Trump en la Casa Blanca ha quedado marcado por la imprevisibilidad y el cumplimiento de sus promesas más controvertidas con las que ha ganado popularidad.

El presidente Donald Trump pasó gran parte de ayer entrevistando a los cuatro candidatos a consejero de Seguridad Nacional tras la repentina dimisión de Michael Flynn por sus oscuras conexiones con Moscú. La semana pasada escogió al vicealmirante Robert Harward, ex SEAL y segundo al frente del Comando Central con el ex general, Jim Mattis, actual jefe del Pentágono. Pero éste declinó la oferta después de que se le negase elegir a su propio equipo. Sin embargo, el factor económico también habría sido determinante, debido a que Harward tendría que haber dejado su trabajo como ejecutivo en la empresa aeroespacial Lockheed Martin. El rechazo de Harward fue un contratiempo para Trump que deseaba pasar página lo antes posible a la crisis de Flynn. El presidente norteamericano se reunió ayer con el teniente general Keith Kellogg, consejero de Seguridad Nacional en funciones; el ex embajador ante Naciones Unidas, John Bolton; el teniente general, condecorado con una Estrella de Plata, H. R. McMaster y el teniente general, condecorado con una Estrella de Bronce, Robert Caslen.

En medio del caos que ha reinado en su primer mes en la Casa Blanca, el presidente estadounidense participó el sábado en su primer gran mitin desde la investidura. Los 9.000 asistentes en el aeropuerto de Orlando en Florida supusieron un balón de oxígeno para el mandatario. «La vida es un acto de campaña electoral», respondió a los periodistas y siguió alimentando la polémica con una mención a un supuesto ataque terrorista en Suecia, que nunca tuvo lugar. No es la primera vez que airean datos equivocados, lo que ha encendido las alarmas sobre el nivel de información que recibe el presidente.

También propuso la construcción de zonas seguras en Siria, que van a pagar, según él, los países del Golfo Pérsico. Esta semana prevé firmar un nuevo decreto migratorio, que podría acelerar las deportaciones y congelar las solicitudes de asilo. Mientras su equipo trabaja en un plan para sustituir la emblemática reforma sanitaria del ex presidente Barack Obama.

El 45º presidente norteamericano aseguró que era un hombre de palabra y está dando fe de ello. Todas las promesas de campaña se van alumbrando pese a quien pese. «Nos movemos rápido y lo hacemos a lo grande», advirtió el estratega jefe de la Casa Blanca, Steve Bannon. Trump ha abierto múltiples frentes pero también ha afianzado su popularidad entre sus bolsas de votantes. En una encuesta publicada por el Pew Research Center se muestra que el actual presidente cuenta con el mayor respaldo obtenido por un dirigente republicano en la historia reciente. Con sus primeras medidas, Trump ha consolidado el apoyo de su electores, sobre todo de los hombres blancos de mayor edad. Los enfrentamientos con el poder judicial o con la Prensa no parecen pasarle factura entre los suyos. El veto musulmán ha sido la decisión más criticada, la cual provocó el caos en los aeropuertos, manifestaciones en todo el país y la condena del Partido Demócrata. Incluso, los propios miembros de su Administración mantuvieron una tirante conferencia telefónica horas después de la firma con el equipo de la Casa Blanca, debido a que no se informó de forma apropiada a las agencias, que aplican las órdenes del presidente. Pero no le ha restado tirón electoral.

La política exterior ha estado marcada por la imprevisibilidad, sin embargo, su nivel de popularidad le coloca en una posición de fuerza dentro del Partido Republicano que de momento le avala.