Reformas en Cuba

«El embargo es el de los Castro a los derechos de los cubanos»

«EE UU no va a resolver los problemas de Cuba», dice Payá

ROSA MARÍA PAYÁ/ Disidente cubana
ROSA MARÍA PAYÁ/ Disidente cubanalarazon

Han pasado casi tres años desde que Oswaldo Payá, el histórico disidente cubano y premio Sájarov, falleciera junto al activista Harold Cepera, en unas circunstancias que aún hoy no han sido resueltas. Pese a lo que ha sufrido Rosa María Payá, de 26 años, ella sigue los pasos de su padre y propone «Cuba Decide», una iniciativa ciudadana que derive en un plebiscito sobre las elecciones libres y justas en la isla.

–¿Se resolverá la muerte de su padre? ¿Cómo va la investigación?

–Tenemos dos casos abiertos, uno en Naciones Unidas y otro en la Comisión Interamericana, y próximamente publicaremos las conclusiones de la primera fase de la investigación independiente. El Gobierno cubano no ha permitido que se realice dentro de Cuba; aun así hay evidencias suficientes para llevar a cabo las pesquisas. Las conclusiones, que serán públicas en las próximas semanas, las utilizaremos con fines jurídicos.

–Arrojar algo de luz dará cierta «tranquilidad» a su familia...

–Eso desde luego. Pero hay que recordar que esto no es solamente un deseo familiar (que es justo y lógico), sino un reconocimiento a la verdad que merecen todos los cubanos y no cubanos. Lo que es más urgente, es la opción de detener la impunidad. La impunidad que lleva al Gobierno cubano a golpear todos los domingos a las Damas de Blanco, a mantener a decenas de prisioneros políticos en la cárcel... Y que llevó, hace tres años, a provocarle la muerte en un atentado a mi padre y a Harold.

–En el acercamiento entre Cuba y EE UU, ¿echa de menos que se debata sobre derechos humanos?

–He tenido varias reuniones con funcionarios de la Administración Obama, planteándoles la necesidad de abordar el tema de los Derechos Humanos, no simbólicamente, sino con acciones completas. EE UU no va a resolver el problema cubano, sino que debe dar un apoyo coherente, como debería hacerlo la UE, a lo que son las demandas fundamentales de la ciudadanía. Detener la impunidad es un punto esencial que debería aparecer sobre la mesa de negociación. También, permitir la investigación del atentado contra un premio Sájarov, la liberación inmediata de los presos de conciencia –no que los deporten a España–, porque los presos son objeto de chantaje del régimen a la comunidad internacional. Y, por supuesto, el fin de la violencia contra la oposición y la sociedad civil. Todo esto no está y, sin embargo, las demandas de Cuba a EE UU sí, como el retorno de los espías, la salida de de la lista de países que promocionan el terrorismo y los pasos para flexibilizar el embargo...

–¿Y el derecho a unas elecciones libres? Porque ya ni preguntamos por la democracia en Cuba...

–Una estrategia del régimen es precisamente utilizar la represión como distracción a lo que es el problema esencial de Cuba: el embargo de los derechos de los cubanos, que sólo tiene que ver con un régimen totalitario que ha decidido quedarse con todo el poder y todos los recursos de un pueblo.

–¿El Papa podrá hacer algo? ¿Qué espera de su visita?

–Ninguna política exterior de ningún Gobierno es la solución del problema cubano, ni el Papa es la persona que tiene que resolvernos los problemas. Lo que sí esperamos, de nuevo, es el apoyo coherente a las necesidades más básicas de los pobres y oprimidos, como hace la Iglesia, que en este caso, son los 11 millones de cubanos.

El movimiento «Cuba Decide»

«70 años sin elecciones libres»

Payá lidera el recién impulsado movimiento «Cuba Decide». Al margen de derechas o izquierdas, o de si se está a favor o no del deshielo entre EE UU y Cuba, la joven propone «una acción medible con respecto al respeto y la promoción de los Derechos Humanos, a través de una campaña para promover que se realice un plebiscito en la isla». Así como Payá, destaca que se les pueda preguntar a los cubanos, «después de 70 años, porque hace 70 años que no hay elecciones libres y plurales, si quieren participar en dichos comicios con acceso a los medios de información. Se trata de una herramienta que puede llevar al proceso de transición; no significa que el referéndum sea la democracia ni tampoco está posicionado en un lugar del espectro político. Es un comienzo con el que los cubanos deberían estar de acuerdo, pues es simplemente un instrumento para ejercer el derecho a decidir y a definir su futuro».