Argentina

El fiscal Nisman «no se suicidó, lo mataron», afirma su exmujer

Sandra Arroyo Salgado, ex mujer de Alberto Nisman.
Sandra Arroyo Salgado, ex mujer de Alberto Nisman.larazon

Un nuevo capítulo de esta intriga de espías y poder que protagoniza el fallecido fiscal Alberto Nisman, quien se enfrentó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner antes de su muerte el 18 de enero en extrañas circunstancias. «A Nisman lo mataron». «Fue un magnicidio de proporciones desconocidas». Con estas contundentes palabras, la jueza federal y ex mujer del fiscal, Sandra Arroyo Salgado, daba a conocer los datos de las investigaciones realizadas por prestigiosos expertos de la querella, en la que participa junto a la madre y las hijas de Nisman.

La ex mujer reveló que la muerte no fue inmediata, que «hubo agonía» y que el cuerpo «fue movido». Acompañada por los peritos forenses que contrató, afirmó que «la investigación sólo admite tres hipótesis: accidente, suicidio u homicidio. Descartamos absolutamente las dos primeras».

A continuación señaló que la querella «no busca un resultado determinado», sino «la verdad objetiva y científicamente comprobable a partir de la evidencia física». El informe brindado por Arroyo Salgado fue presentado y sumado ayer al expediente judicial. Tiene más de 100 páginas y fue realizado en parte analizando las fotos del cuerpo de Nisman tomadas por la Policía Federal y la Prefectura después de haber sido hallado sin vida, junto a las tomadas durante la autopsia y las del lugar del hecho criminal.

Arroyo Salgado explicó que la difusión de las fotos «permitiría graficar con mayor claridad» los resultados de las pericias, pero optaron por no darlas a conocer «por respeto a las hijas y los familiares de Nisman, debido al impacto emocional que hubiera generado». La jueza dijo que la muerte de su ex marido se dio en un «contexto político y judicial» que «ha marcado de lleno la institucionalidad de la República, además de poner en tela de juicio el rol del Estado nacional frente a la comunidad internacional en materia de terrorismo».

Por su parte, la fiscal que investiga la muerte de Nisman, Viviana Fein, se refirió a los resultados de los estudios dados a conocer por Arroyo Salgado. «Hay muchas pruebas por delante, de imagen, teléfono y computadora que se están practicando», dijo. «Me tengo que remitir a la presentación del día de hoy de Arroyo Salgado. Computar con las pruebas que se han exhibido por cada experto y su especialidad: toxicológico, autopsia e histopatológico. Luego veremos si coinciden o no unos con otros», detalló.

La fiscal también dijo que «la doctora Salgado habló de pruebas técnicas, no es médica y yo tampoco. Ella se valió de expertos técnicos y yo también del cuerpo médico forense que depende de la Corte Suprema. Todos los que somos magistrados nos manejamos con informes de expertos que ninguno puede realizar», opinó Fein. Asimismo, aseguró que no le afectó la conferencia de prensa de Salgado: «Tiene el derecho a presentar y mi obligación es investigar, cotejar partes médicos con el resto de la causa, todo el conjunto de la causa y por qué los expertos oficiales llegaron a esas conclusiones».

Nisman, de 51 años, fue hallado muerto en su apartamento, cuatro días después de presentar una denuncia contra la presidenta Cristina Fernández como presunta ideóloga de un plan para encubrir a los sospechosos iraníes de un atentado contra un centro judío en 1994. El investigador falleció a causa de un disparo de una pistola calibre 22 detrás de la oreja derecha. El cuerpo fue hallado en un charco de sangre en el cuarto de baño adyacente a su dormitorio por su madre y algunos de sus guardaespaldas.

El fiscal Gerardo Pollicita recurrió este miércoles el fallo del juez Daniel Rafecas en contra de la denuncia del fiscal contra Cristina Fernández. La mandataria podría volver a quedar imputada en un futuro. Además, el Gobierno argentino tuvo que admitir ayer que cometió un «error involuntario» al informar a través de fuentes judiciales que Nisman tenía un nivel de alcohol en sangre equiparable a un estado de «embriaguez elevado».