Tailandia

Así es Maha Vajiralongkorn, el heredero que hace temblar a Tailandia

La escandalosa vida de Maha Vajiralongkorn ensombrece la transición en el convulso país

Maha Vajiralongkorn, un "dios" en su país, empieza a recibir críticas de su pueblo
Maha Vajiralongkorn, un "dios" en su país, empieza a recibir críticas de su pueblolarazon

La escandalosa vida de Maha Vajiralongkorn, mujeriego y vividor, ensombrece la transición en el convulso país.

Miles de tailandeses salieron ayer a la calle ataviados de blanco y negro –los colores del luto en el país– con la esperanza de poder ver los restos mortales de su idolatrado monarca Bhumibol Adulyadej, quien falleció el jueves dejando al país sumido en la incertidumbre sobre su futuro, especialmente por la animadversión que genera entre la población y las élites el designado como príncipe heredero, Maha Vajiralongkorn. «El príncipe ha pedido tiempo para lidiar con su dolor y expresar su tristeza al lado de todo el pueblo. En cuanto a la sucesión, quiere esperar el momento apropiado», afirmó el jefe de la Junta Militar, el general Prayuth Chan-Ocha. Pero la demora en la nominación oficial de Vajiralongkorn como nuevo rey ha disparado las especulaciones sobre un proceso de transición que a priori parecía resuelto.

Vajiralongkorn, de 64 años y que ostenta el título de heredero desde 1972, no goza ni de lejos de la simpatía cosechada por su padre entre sus súbditos. Mientras que la figura de Bhumibol se ha equiparado a la de un dios, a su hijo se le ha definido en los últimos años como «mujeriego», «extravagante» o «excéntrico». Eso en el extranjero, porque en Tailandia la Ley de Lesa Majestad puede llegar a condenar a penas de hasta 15 años de prisión a aquellos que osen desafiar o insultar a la monarquía. El príncipe Vajiralongkorn no ha logrado escapar de las portadas de algunos medios internacionales, que han mostrado la decadencia de su vida en la corte y fuera de ella.

Casado y divorciado en tres ocasiones, sus escándalos amorosos han dado mucho que hablar. Primero, contrajo matrimonio con su prima hermana por parte de madre; posteriormente, con una aspirante a actriz; y su tercera esposa fue una empleada de su servicio personal antes de convertirse en la princesa Srirasmi. Tuvo descendencia con todas estas relaciones, que acabaron con sospechas de amantes y sonados divorcios.

Sin embargo, uno de los peores escándalos tuvo lugar en 2001 cuando se hizo público un vídeo sobre la celebración del cumpleaños de su perro, distinguido con cargo oficial. Las imágenes no dejaron indiferentes a unos ciudadanos que vieron cómo el futuro heredero cenaba con Srirasmi mientras ésta iba ataviada únicamente con un tanga y, tirada en el suelo, le daba de comer tarta al perro, que sostenía Vajiralongkorn. El documento, que intentó ser eliminado rápidamente, terminó de ensuciar su ya de por sí maltrecha imagen pública. Aunque lo que acabó definitivamente con el matrimonio fue la detención de varios miembros de la familia de Srirasmi acusados de sobornos para hacerse con contratos públicos.

Educado en Reino Unido y Australia, a su regreso a Tailandia ingresó como oficial en el Ejército y fue nombrado jefe del batallón de la guardia personal de su padre. Esta posición no limpió su maltrecha reputación de lujo y despilfarro, que se extendió entre las élites del país. Según informes confidenciales filtrados por Wikileaks, el consejo privado real –que junto a la Junta Militar que rige el país son los encargados de presentar su nombre ante el Parlamento–, se habría opuesto durante años a que Vajiralongkorn asumiera el trono.

En otros documentos filtrados aparece la opinión del embajador estadounidense en Bangkok entre 2007 y 2010, que aseguraba que Vajiralongkorn «es bien conocido por sus violentos e impredecibles cambios de humor», al tiempo que recalcaba que miembros del consejo real «hacían comentarios bastante negativos sobre el príncipe heredero. Si bien afirmaban que se convertiría en rey, insinuaron que el país iría mejor si se adoptaran otras medidas».

Su deteriorada imagen pública ha hecho que muchos prefieran como nueva reina a su hermana menor, la princesa Maha Chakri Sirindhorn. Sin embargo, desde que la salud de su padre empeorara, los militares comenzaron el lavado de imagen de Vajiralongkorn y trataron de aumentar su presencia en los actos oficiales. «Ahora mismo no tenemos rey, así que todas las facultades del rey se deben hacer a través del regente», declaró ayer Peerasak Porjit, vicepresidente de la Asamblea Nacional. Esa figura debería recaer sobre el presidente de consejol privado real, el ex general y anterior primer ministro, Prem Tinsulanonda, de 96 años. Después, debería subir al trono Vajiralongkorn, por quien sin duda rezará todo su pueblo.