Austria

El laboratorio político de la UE

La victoria del FPÖ daría oxígeno a otros partidos populistas en el resto de Europa

El laboratorio político de la UE
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La victoria del FPÖ daría oxígeno a otros partidos populistas en el resto de Europa

«Magnífico resultado. Bravo a los austriacos», se congratuló la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, en Twitter tras la victoria de Norbert Hofer en la primera vuelta. No es para menos. La eventual llegada de un ultraderechista a la Presidencia de un país de la UE por primera vez desde los años cuarenta supondría un rubicón inestimable para los populistas del Viejo Continente. Los ultras de Países Bajos, Francia y Austria ya hacen frente común en la Eurocámara contra la inmigración y la integración europea y suman cada día nuevos aliados como Alternativa para Alemania (AfD).

«En caso de que el señor Hofer sea presidente, Austria sería observada desde el exterior porque en muchos países hay partidos de la derecha populista y esas formaciones dirían: mirad, es posible. Eso es lo que a mucha gente le preocupa en el exterior», alerta Franz Fischler, ex comisario europeo de Agricultura.

Todos ellos se nutren del desgaste del «establishment» ante la crisis económica y la ola de refugiados. Esta última ha provocado un terremoto político en Europa que amenaza la hegemonía de los partidos tradicionales. La derecha populista, antiinmigración y eurófoba no sólo ha llegado para quedarse, sino que compite con hacerse con el poder en países como Austria, Francia, Dinamarca o Países Bajos. Su éxito reside en conjugar mano dura contra la inmigración y una generosa política de bienestar social.

Así, la llegada de más de un millón de solicitantes de asilo ha revuelto las tradicionalmente tranquilas aguas de la política alemana. El rechazo a la estrategia de puertas abiertas de Angela Merkel ha abierto una fuga de votos por la derecha. Oportunidad que ha sabido capitalizar AfD, un partido ultraliberal y antieuro que estaba a punto de fenecer hasta que en otoño enarboló la bandera antinmigración. Convertido en partido de protesta contra el «establishment» de Berlín, se ha aupado en los sondeos como tercer partido.

En Países Bajos, la derecha islamófoba de Geert Wilders, el Partido de la Libertad, también encabeza los sondeos ante la impopularidad de la política de austeridad del Gobierno de Mark Rutte, una coalición entre liberales y socialdemócratas.

En Francia, Le Pen avanza imparable a caballo del descrédito de los partidos tradicionales. A diferencia de las presidenciales de 2002, cuando su padre Jean Marie Le Pen, dio la sorpresa al pasar a la segunda vuelta frente a Jacques Chirac, nadie duda ahora de que competirá en la ronda final al Elíseo en 2017.