Francia

El nuevo protagonismo de la primera dama divide a la política francesa

La decisión de que cuente con un presupuesto propio ha incomodado a la oposición tanto de derechas como de izquierdas.

Brigitte Macron y Melania Trump durante la visista a Francia del presidente norteamericano
Brigitte Macron y Melania Trump durante la visista a Francia del presidente norteamericanolarazon

El proyecto de ley que prohíbe a los cargos públicos contratar a familiares ha puesto en el punto de mira el papel de la primera dama en Francia, al que Emmanuel Macron prometió dar un estatus claro.

El proyecto de ley que prohíbe a los cargos públicos contratar a familiares ha puesto en el punto de mira el papel de la primera dama en Francia, al que Emmanuel Macron prometió dar un estatus claro y visibilidad antes de llegar a la presidencia. Informa Marta Garde/Efe.

La decisión de que cuente con un presupuesto propio ha incomodado a la oposición tanto de derechas como de izquierdas, que ha utilizado los medios y las redes sociales como tribuna pública desde la que criticar el protagonismo de Brigitte Macron.

Las promesas electorales del ahora presidente ya dejaron clara su intención de acabar con el limbo oficial en el que habían estado sus predecesoras, pero el cumplimiento de sus planes, en pleno recorte de gastos y tras ese veto a los parientes de parlamentarios, ministros y cargos públicos, ha molestado a parte de la clase política.

"Haced lo que os digo, pero no lo que hago", ironizó recientemente al respecto el diputado del partido conservador Los Republicanos Thierry Mariani.

Una crítica compartida por los socialistas y por el izquierdista La Francia Insumisa, que denuncian el doble rasero aplicado a una labor que hasta ahora carecía de un marco definido y que no será especificado hasta después del verano.

"En la historia de las parejas presidenciales, las primeras damas siempre han tenido actividades benéficas. No veo por qué la mujer del jefe del Estado debería tener un presupuesto pagado con dinero público", añade el diputado socialista Luc Carvounas.

Brigitte Macron, según el diario "Le Figaro", dispone actualmente de dos secretarias y de "dos a tres colaboradores", así como de agentes de seguridad y de fondos para el funcionamiento de sus actividades y la remuneración de su equipo.

Además, la ausencia de pareja oficial en la última etapa del anterior mandatario, François Hollande, ha multiplicado el interés por su presencia en recientes visitas como la del matrimonio Trump o la cantante Rihanna, en las que su vestuario se ha escrutado al detalle.

Sus funciones no se precisarán hasta septiembre, cuando comience el nuevo curso político, pero la escolarización de los niños hospitalizados y las dificultades que afrontan las personas discapacitadas figuran ya entre sus prioridades.

"Nada se improvisa. Hace falta mucha seriedad y proximidad sobre el terreno. Escucho lo que dice la gente y aprendo. Nada es anecdótico. Es un trabajo de verdad que hago con placer, intentando responder a lo que los franceses esperan de mí", ha dicho la primera dama en declaraciones recogidas por la revista Voici.

Según fuentes de la presidencia, a su despacho en la llamada ala "Madame"del Palacio del Elíseo llegan cerca de 200 cartas diarias. En los dos primeros meses, añaden, recibió más que su predecesora, la periodista Valérie Trierweiler, en un año.

Su director de gabinete, Pierre Oliver Costa, explicó en la revista Capital que el dinero necesario para sus distintas misiones procede directamente del presupuesto presidencial.

Y aunque el estatus definitivo que adquiera su rol todavía está siendo analizado, se ha prometido una transparencia "total"sobre "qué hace, cómo y por qué".

En Francia no se olvida la polémica desatada en 2007 después de que se conociera que Cécilia Sarkozy tenía una tarjeta de crédito dependiente del Tesoro Público, que se vio obligada a devolver, y que, según el entonces portavoz gubernamental, Laurent Wauquiez, sólo usó para pagar "dos o tres invitaciones a comer".

Pero a la espera de que se perfile su papel, la modificación de esa figura es cuestionada ante todo por saltarse supuestamente el veto que fue aprobado de forma definitiva por el Parlamento esta semana.

"¿Entonces Brigitte Macron sería una colaboradora? Y sin embargo se prohibirá a los diputados contratar a un familiar, ¿no?", resume en su cuenta de Twitter el diputado de la izquierda radical Éric Coquerel. EFE

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