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El Papa alerta a los líderes europeos de que la UE «corre el riesgo de morir»

Francisco recibió ayer a los líderes de los 27, a quienes recordó que Europa tiene una identidad «multicultural», con la solidaridad como mejor «antídoto» del populismo

El Papa posa junto a los líderes de los países de la Unión Europea en la Capilla Sistina.
El Papa posa junto a los líderes de los países de la Unión Europea en la Capilla Sistina.larazon

Francisco recibió ayer a los líderes de los 27, a quienes recordó que Europa tiene una identidad «multicultural», con la solidaridad como mejor «antídoto» del populismo

El Papa Francisco recibió ayer por la tarde a los 27 jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la Unión Europea, que hoy presenciarán en la capital italiana el 60º aniversario de los Tratados de Roma, evento que dio inicio a la UE tal como hoy la conocemos. A todos ellos les recordó que Europa tiene una identidad «multicultural» y advirtió contra las tendencias que apuntan a su disgregación.

Teniendo en cuenta el enorme carácter estético, informal y conmemorativo del encuentro de esta mañana, la audiencia del Papa de ayer puede considerarse como el otro gran encuentro internacional de la Europa de los 27. Una cita en la que el Santo Padre no ha perdido la ocasión para lanzar frente a la Unión Europea, por tercera vez en tres años, un mensaje a favor de la acogida y la inclusión.

El Pontífice recibió a los líderes comunitarios y aprovechó la solemne ocasión para instarles a ser fieles al principio de solidaridad. Francisco advirtió contra «la tentación de reducir los ideales fundacionales de la Unión a las exigencias productivas, económicas y financieras». Asimismo, avisó de que Europa «no es un conjunto de normas que cumplir, o un manual de protocolos que seguir», y apeló a las enseñanzas de aquellos «padres fundadores» de la UE.

El Papa defendió ante los jefes de Estado y de Gobierno que la solidaridad es «el mejor antídoto contra los populismos» y subrayó como ejemplo de esa solidaridad que hoy todos lloran con Reino Unido por las víctimas del atentado perpetrado el miércoles. Francisco añadió que los populismos «florecen por el egoísmo, que encierra en un círculo estrecho y asfixiante y no permite superar la estrechez de los propios pensamientos ni mirar más allá».

Por ello, sugirió a los líderes políticos que «eviten usar las emociones para ganar el consenso» y, en su lugar, elaboren políticas «que hagan crecer a la UE en un desarrollo armónico, de modo que el que corre más deprisa tienda la mano al que va más despacio, y el que tiene dificultad se esfuerce para alcanzar al que está en cabeza».

Además de los principales mandatarios de los 27 Estados miembros de la Unión Europea, en la audiencia del Santo Padre en la Sala Regia del Palacio Apostólico –donde hace menos de un año el Pontífice recibió el prestigioso Premio Carlomagno por la paz– también estuvieron presentes los principales responsables de las instituciones comunitarias: Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo; Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo y Jean-Claude Junker, presidente de la Comisión Europea.

El pensamiento del Santo Padre en relación a la Unión Europea se centra, especialmente, en uno de los temas más delicados en lo que se refiere al futuro de la UE: las migraciones. Según él, el Viejo Continente tiene que ser acogedor y recuperar sus propios valores. Europa tiene que rechazar los muros, no sólo los de Trump, con el objetivo de abrir los brazos hacia aquellos necesitados –sobre todo los refugiados– que no tienen alternativa.

También destacó que de la solidaridad nace la capacidad de abrirse a los demás y criticó que ahora se discuta sobre cómo dejar fuera los supuestos «peligros» de este tiempo, como los refugiados, esa «larga columna de mujeres, hombres y niños que huyen de la guerra y la pobreza, que sólo piden tener la posibilidad de un futuro para ellos y sus seres queridos». A su juicio, Europa no se puede limitar a gestionar la grave crisis migratoria de estos años como si fuera sólo un problema numérico, económico o de seguridad sino también «cultural» y de «pérdida de ideales».

Bergoglio suele hacer especial hincapié también en las franjas de edad más críticas, como los niños y los ancianos. No es difícil escuchar al Pontífice asegurar que Europa arriesga de «encerrarse en sus miedos y sus egoísmos». Hace algunas semanas, de hecho, hablando precisamente de los 60 años de los Tratados de Roma; el Santo Padre afirmó que hoy es urgente, como nunca, actualizar la «idea de Europa».

Los controles en la capital, mediante la presencia de más de 3.000 agentes, se han intensificado visiblemente estos últimos días también a raíz del atentado de Londres, lo cual exige un mayor nivel de atención entre las fuerzas del orden transalpinas que vigilan la Ciudad Eterna. Entre otras cosas porque el Vaticano es un objetivo declarado por parte de los terroristas del Estados Islámico, como símbolo de la fe cristiana.

Tras la finalización de la audiencia papal, los presentes fueron finalmente retratados en la célebre Capilla Sixtina. Antes de ese momento, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, trasladó al Papa Francisco un mensaje «de afecto» de todos los españoles, en la breve conversación que mantuvo con él al finalizar la histórica audiencia con los líderes de la UE.