Riad

El Ritz, la cárcel saudí más lujosa del mundo

El príncipe heredero redobla la caza de brujas y encierra a decenas de miembros de la Casa Saud en este hotel. Los detenidos aún desconocen de qué se les acusa y por qué se requisan sus bienes.

Un cartel del príncipe saudí Bin Salman, ayer en Trípoli (Líbano)
Un cartel del príncipe saudí Bin Salman, ayer en Trípoli (Líbano)larazon

El príncipe heredero redobla la caza de brujas y encierra a decenas de miembros de la Casa Saud en este hotel. Los detenidos aún desconocen de qué se les acusa y por qué se requisan sus bienes.

Las autoridades saudíes han recrudecido la campaña anticorrupción iniciada la semana pasada. Once príncipes, cuatro ministros y decenas de ex funcionarios del Gobierno están ahora detenidos y han sido interrogados por la Fiscalía General. Las detenciones del 4 de noviembre «no representaban el comienzo, sino la finalización de la primera fase de nuestra lucha contra la corrupción», advirtió ayer el fiscal general, el jeque Saud al Moyeb. La élite detenida se encuentran «bajo arresto» en el lujoso hotel Ritz-Carlton de Riad, que desde el domingo mantiene cerrados sus imponentes portones.

En la cárcel «más lujosa del mundo» están el príncipe Al Walid Bin Talal; el dueño de la red árabe de canales por satélite MBC, Waleed al Ibrahim, así como el magnate de la construcción Bakr Bin Laden y el multimillonario Saleh Kamal. Las autoridades saudíes congelaron las cuentas bancarias de los acusados y advirtieron de que toda propiedad relacionada con la corrupción sería requisada por el Estado.

Las detenciones masivas «provocan inquietud en las organizaciones de derechos humanos respecto a las autoridades saudíes, que están deteniendo a personas en masa sin explicar los motivos», señaló en un comunicado la directora de HRW para Oriente Medio, Sarah Leah Whitson, que exigió que se hagan públicas ya las acusaciones. También suscitan la incertidumbre entre los empresarios, lo que podría provocar una fuga de capitales o el descarrilamiento de las reformas iniciadas por el rey Salman, según los expertos. Precisamente, Arabia Saudí atraviesa un momento delicado y está buscando nuevas inversiones para salir del parón económico causado por la caída de los precios del petróleo. «Conviene precisar que fueron las cuentas individuales afectadas las que se suspendieron hasta que se pronuncien decisiones de la Justicia definitivas, y no las cuentas de empresas», aclaró Ahmed Abdulkarim Akkholifey, jefe del Banco Central, en un comunicado. «En otros términos, la actividad de las empresas no se ve afectada», puntualizó, agregando que no habría restricciones para las transferencias a través de los conductos bancarios legales.

Mientras el príncipe heredero, Mohamed Bin Salman, da un peligroso golpe de palacio para eliminar cualquier oposición a su ascensión al trono, la tensión entre Riad y Teherán subió ayer otro peldaño. El presidente iraní, Hasan Rohani, advirtió a Arabia Saudí del «poder» de la República Islámica, en respuesta a las amenazas de Riad, que señaló a Irán y Hizbulá como cómplices de los rebeldes hutíes y de proporcionarles misiles. «Conocéis bien el poder de la República Islámica, aquellos superiores a vosotros no han podido hacer nada contra la nación iraní», amenazó. El mandatario iraní consideró que Arabia Saudí se está aliando con Estados Unidos e Israel para crear conflictos en Oriente Medio, lo que calificó de «error estratégico y de cálculo». Rohani se refería a la «forzada» dimisión del primer ministro libanés, Saad Hariri.