Kabul

El secretario de Defensa de Estados Unidos llega por sorpresa a Afganistán

Horas después de la dimisión de los máximos responsables de Defensa afganos por el ataque a una base militar por parte de talibanes

El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, mira la ciudad de Kabul desde el aire a su llegada en helicóptero
El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, mira la ciudad de Kabul desde el aire a su llegada en helicópterolarazon

James Mattis ha llegado este lunes a Afganistán para visitar a las tropas norteamericanas y reunirse con las autoridades afganas para abordar la estrategia del nuevo Gobierno de Donald Trump en el país asiático.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, realizó hoy una visita sorpresa a Afganistán, diez días después del lanzamiento de una gran bomba en el este del país y horas después de la dimisión de los máximos responsables de Defensa afganos por el ataque a una base militar por parte de los talibanes. Un portavoz de la misión Apoyo Decidido de la OTAN en Afganistán, Justin K. Hadley, confirmó a Efe que Mattis visitó el cuartel general de la Alianza Atlántica en Kabul y se reunió con su comandante, general John Nicholson.

Durante su visita, Mattis tiene previsto mantener reuniones en el Ministerio de Defensa en Kabul, aunque no se espera que comparezca ante los medios, según detalló el portavoz de ese departamento afgano, Dawlat Waziri.

Mattis llega en medio de la tormenta al país asiático, cuyas fuerzas armadas aún están golpeadas por el ataque talibán contra una base militar de Mazar-e-Sharif (norte) el pasado viernes.

El ataque causó la muerte a 138 soldados y heridas a otros 64 y provocó la dimisión hoy del jefe del Ejército afgano, Qadam Shah Shahim, y el ministro de Defensa, Abdullah Habibi.

La visita, de la que no han transcendido más detalles, se produce, además, una semana después de que viajase a Kabul el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el teniente general H.R. McMaster.

McMaster reafirmó el mensaje de apoyo de la Administración Trump a Afganistán después del lanzamiento hace diez días de una bomba GBU-43, una de las más potentes de su arsenal convencional, contra un complejo subterráneo del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en la provincia oriental de Nangarhar.

El proyectil, de 10 toneladas, destruyó una base estratégica utilizada por la organización terrorista y compuesta por túneles construidos por los muyahidines durante la invasión soviética al país asiático.

La OTAN continúa en Afganistán con alrededor de 13.000 efectivos en tareas de asesoramiento y capacitación, Estados Unidos mantiene a cerca de 8.400, como parte de ese operativo de asistencia y en tareas antiterroristas.

Desde el fin de la misión de combate de la Alianza Atlántica en enero de 2015, el conflicto afgano se ha recrudecido y los talibanes han ganado terreno en varios puntos del país. Efe