La amenaza yihadista

Escalada de terror

El Daesh se propone aumentar el número de atentados en la UE. Algunos serán de grandes proporciones

La Razón
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Los terroristas del Estado Islámico están envalentonados y eso se nota en sus publicaciones internas. En esta situación, según reconocen los expertos, hacer una hipótesis de cuáles van a ser sus próximos objetivos resulta difícil. Lo que está claro es que han aumentado el número de sus acciones criminales y que no se puede descartar que intenten cometer alguna de grandes proporciones.

El asesinato del sacerdote francés supone un salto cualitativo en la guerra subversiva que mantienen contra Occidente, un auténtico desafío cuyas consecuencias parecen no temer. Dentro de su fanatismo, están convencidos de que llevan la iniciativa y que eso les da ventaja frente a los «cruzados» europeos.

Los atentados perpetrados en noviembre de 2015 en varios lugares de París, entre ellos la discoteca Bataclan; y en el aeropuerto de Bruselas, en marzo pasado, parecen marcar un antes y un después en la particular guerra subversiva del Daesh contra Occidente. «Si una sola célula secreta del califato fue capaz de aterrorizar dos de las grandes capitales europeas, ¿qué es lo que va a venir después?». Ésta es la pregunta que se formulan los cabecillas islamistas al referirse a los citados atentados cometidos por yihadistas del mismo grupo que trajo a Europa Abdelmahid Abaaoud, muerto por la Policía en la capital francesa en noviembre del año pasado.

«El Estado islámico no es una organización terrorista. Es un Estado. Con todo lo que ello implica: capacidades, medios y mano de obra», agregan. Y amenazan: «Si no quieren escuchar nuestras palabras, tendrán que escuchar nuestras balas». «El Estado Islámico ni ha dividido ni exacerbado divisiones, sólo disipan los efectos de la morfina administrada a los musulmanes», subrayan.

Lo más preocupante es que la ola de atentados que está cometiendo el Daesh es presentada por sus cabecillas como una victoria en toda regla frente a los grandes servicios secretos del mundo. No es cierto y las derrotas que el grupo yihadista sufre a diario sobre el terreno, además de la localización y eliminación de algunos de sus más importantes cabecillas fuera de Siria e Irak, así lo demuestran.

Al haber trasladado un nuevo «frente de batalla» a Europa, con la doble intención de implantar el terror a todos los niveles y desacreditar a sus gobiernos y a las Fuerzas de Seguridad, están convencidos de haber encontrado la vía para lograr una victoria parcial, pero muy importante. Una acción criminal en nuestro continente es más efectiva, a efectos publicitarios y de extensión del miedo entre los ciudadanos, que cien coches bomba que puedan hacer estallar en Bagdad, Kabul o Estambul. Si el atentado es en Estados Unidos, ocurrirá lo mismo.

Por ello, los terroristas van a intentar durante los próximos meses multiplicar sus acciones criminales en Occidente. Está claro que no van a lograr la «conquista» o «reconquista» de ningún territorio, pero tratarán de doblegar la voluntad de ciudadanos y de los Gobiernos que les combaten.

El yihadista que se suicidó con una mochila bomba en la localidad germana de Ansbach dejó grabado un vídeo. Se identificaba como Mohamed Dalil y puede dar algunas pistas de lo que puede intentar el Estado Islámico en las próximas semanas: «La próxima vez no habrá artefactos ni cinturones explosivos, sino coches bomba». Afirmaba también que había tomado la decisión de perpetrar el ataque «en respuesta a los crímenes que ha cometido la coalición internacional, con la participación de Alemania (...), contra la religión de Alá y su profeta». Los ciudadanos de los países miembros de la coalición internacional que luchan contra el Daesh en Irak y Siria «no podrán vivir mientras combatan al Estado Islámico. Verán la muerte en sus propias casas», añade en la grabación. Estas palabras, que prueban hasta qué punto estaba fanatizado, se citan por los expertos como una prueba de que el Daesh ha movilizado a todos sus elementos en Europa y los va a utilizar contra la población.