Santo Domingo

Escepticismo ante la nueva ronda de negociaciones entre la oposición y el régimen chavista

Escepticismo ante la nueva ronda de negociaciones entre la oposición y el régimen chavista
Escepticismo ante la nueva ronda de negociaciones entre la oposición y el régimen chavistalarazon

En un país donde el gobierno no publica cifras, los datos viene de organizaciones independientes o del propio Congreso. En materia de violencia o economía, el presidente Nicolás Maduro ha optado por ocultar “los números de la vergüenza, los cuales demuestran que el país se derrumba económicamente y socialmente.

Venezuela cerró el año 2017 con una inflación acumulada del 2.616%, según cifras reveladas ayer por la Asamblea Nacional (Parlamento), que calculó en 85% la inflación del mes de diciembre.

"No hay aumento de salario que pueda combatir esta situación", dijo durante la presentación Rafael Guzmán, de la Comisión de Finanzas del Parlamento, el único poder del Estado en manos de la oposición, en alusión a los constantes aumentos salariales con los que el Gobierno trata de contrarrestar la explosión de precios.

"Somos el único país en hiperinflación (inflación de más del 50 %) del mundo", afirmó el diputado opositor.

El Parlamento venezolano es la única institución oficial que publica cifras de inflación, después de que el Banco Central dejara de ofrecer números sobre este y otros indicadores económicos en 2015.

El presidente de la Comisión de Finanzas, José Guerra, explicó la inflación desbocada por "la impresión de dinero del Banco Central de Venezuela (BCV) para financiar el déficit del Gobierno".

"El 70 % del déficit del Gobierno venezolano para el año 2017 fue financiado con impresión de dinero", afirmó Guerra, que agregó: "Estamos hablando de un inflación que puede pasar 10.000 % si el BCV sigue financiando al Gobierno".

Por su parte, el diputado Guzmán se refirió a la caída libre del bolívar respecto al dólar en el mercado paralelo como una de las causas de que los precios crezcan a diario en el país caribeño, y atribuyó al control de cambio impuesto por el Gobierno chavista desde 2003 como la causa de esta depreciación.

Este control del cambio favorece a los chavistas que tiene divisas en su poder, y que se están haciendo millonarios en el mercado negro. Es otra forma de corrupción que está ahogando al pueblo.

En virtud del control de cambio, el Gobierno venezolano venía adjudicando dólares a empresas del sector privado a una tasa preferencial muy por debajo del valor de la moneda estadounidense en el mercado libre, que es ilegal en Venezuela.

Es también una manera de controlar a las multinacionales, pero también de “espantarlas” como ha ocurrido con la mayoría de las aerolíneas internacionales, que ya no vuelan al país ante la enorme deuda –en dólares- que el gobierno atesora con ellas.

Además sumido en graves dificultades financieras, el Gobierno venezolano no adjudica dólares ni ninguna otra divisa desde agosto pasado, lo que ha redoblado la presión sobre el precio del dólar en el mercado paralelo. Por otro lado Maduro ha anunciado el pago de 72.000 millones de deuda, al tiempo que afirma, ha logrado un acuerdo con la mayoría de los acreedores para refinanciar la deuda.

Precisamente este es uno de los puntos de los que se hablará en la mesa de negociaciones con la oposición. Unas conversaciones que se reanudan el próximo 11, en Santo Domingo. El gobierno pretende que EEUU levante las sanciones, mientras que la disidencia aspira a fijar reglas claras de cara a las presidenciales que deberían celebrarse este año. Uno de los que aboga por este dialogo es el nuevo presidente de Asamblea Nacional, Omar Barboza.

La llegada Barboza al frente de la AN se produce en un momento crítico para la oposición venezolana, que quedó desmoralizada y dividida tras el fracaso de las protestas callejeras realizadas entre abril y julio del año pasado, durante las cuales perdieron la vida más de 130 personas, y la decisión de participar en las controvertidas elecciones de gobernadores realizadas en octubre. Sin embargo otros partidos de oposición atribuyen a Barboza presuntos pactos tras bastidores con el gobierno de Nicolás Maduro.

Por otro lado la permanencia de México y Chile como observadores del diálogo para superar la crisis política de Venezuela quedó en entredicho debido a "algunas decisiones que ha tomado el Gobierno venezolano después de la última ronda de negociación", aseveró el ministro de exteriores mexicano, Luis Videgaray.