Escocia

Escocia anuncia otro referéndum antes del Brexit

La ministra principal, Nicola Sturgeon, inicia los trámites para votar por segunda vez la independencia y coge con el pie cambiado a Londres. La consulta se celebrarará entre el otoño de 2018 y la primavera de 2019, antes de que la salida de la UE sea efectiva

Varios escoceses siguen en sus móviles el anuncio escocés
Varios escoceses siguen en sus móviles el anuncio escocéslarazon

La ministra principal, Nicola Sturgeon, inicia los trámites para votar por segunda vez la independencia y coge con el pie cambiado a Londres. La consulta se celebrarará entre el otoño de 2018 y la primavera de 2019, antes de que la salida de la UE sea efectiva

La ministra principal escocesa, la nacionalista Nicola Sturgeon, cumplió ayer sus amenazas al anunciar que promoverá la legislación pertinente para celebrar un segundo referéndum de independencia, que tendrá lugar entre el otoño de 2018 y la primavera de 2019. En una rueda de prensa convocada en Bute House, su residencia oficial en Edimburgo, la líder independentista justificó el anuncio en que debía «actuar» antes de que sea «demasiado tarde» debido al «muro de intransigencia» que le plantea el Gobierno de Theresa May ante el Brexit.

El anuncio pilló por sorpresa en Downing Street, no por el contenido, sino por la fecha elegida para hacerlo público. Tras el cruce de acusaciones entre Londres y Edimburgo, el Ejecutivo había asumido que Sturgeon anunciaría sus intenciones el 17 de marzo, cuando el Partido Nacionalista Escocés (SNP) celebra su congreso de primavera. Sin embargo, la líder independentista jugó muy bien sus cartas para dar la noticia el día en el que el Parlamento tramitaba la fase final de la ley del Brexit. El mensaje que quería lanzar a Bruselas estaba claro: la salida de Reino Unido de la UE vendrá de la mano de una Escocia independiente. Faltan aún, sin embargo, muchos pasos hasta que el Gobierno escocés saque de nuevo las urnas como hizo en 2014, cuando la pertenencia en Reino Unido ganó por un 55,3% frente al 44,7%. Según una encuesta publicada ayer por «The Herald», el 48% de los escoceses apoya ahora la independencia con respecto al 52% que defiende la unidad. A pesar de que la consulta de 2014 fue calificada entonces de «única en una generación», Sturgeon aseguró ayer que con el Brexit las «circunstancias han cambiado considerablemente», por lo que la semana próxima pedirá al Parlamento autónomo que le autorice a solicitar la llamada «Orden 30».

En Holyrood no tendrá problemas para conseguir el apoyo a sus planes separatistas. De los 129 escaños de la Cámara, su partido, el SNP, tiene 63, pero cuenta con el apoyo de Los Verdes, que ocupan seis asientos. Por parte unionista, conservadores y laboristas cuentan con 31 y 24, respectivamente. Posteriormente, la iniciativa debería contar con el apoyo de Westminster y la aprobación de Downing Street y, en este sentido, Theresa May tiene las manos atadas. Legalmente podría negarse a una segunda consulta, pero los analistas han advertido sobre la gran crisis constitucional que conllevaría una negativa. No sólo se daría más munición al independentismo escocés, sino que se alimentaría también el apetito secesionista en Irlanda del Norte, donde el histórico apoyo conseguido por parte de los republicanos del Sinn Fein en los comicios regionales podría llevar a pedir la unificación de la isla.

Cuando ayer fue preguntada al respecto por la BBC, May evitó especificar si concedería o no permiso. En su lugar, recalcó que un segundo plebiscito crearía «incertidumbre y división» e insistió en que la mayoría de la gente en Escocia no quiere otra votación. «La visión que ha demostrado el SNP es profundamente lamentable. En lugar de jugar con el futuro de nuestro país, el Gobierno escocés debe centrarse en la prestación de un buen servicio público para su pueblo. La política no es un juego», advirtió. En un comunicado oficial, su Gobierno advertía después de que «otro referéndum causaría una enorme incertidumbre económica en el peor momento».

Con todo, según la Prensa, la líder «tory» podría acabar aceptando a la larga una segunda consulta, poniendo eso sí como condición que sea tras la salida oficial de Reino Unido de la UE, previsiblemente a finales de 2019. Y es aquí donde se genera otro punto de conflicto con Edimburgo. Según Sturgeon, en virtud de la legislación regional, corresponde al parlamento autonómico establecer la fecha y los términos de la consulta y ella quiere sacar las urnas entre otoño de 2018 y primavera de 2019, es decir, antes del Brexit. En cualquier caso, de independizarse, Escocia no permanecería automáticamente en la UE. En este sentido, los expertos creen que por ejemploEspaña podría negarse a su adhesión para no dar argumentos al nacionalismo catalán. Ayer el ministro español de Exteriores, Alfonso Dastis, de visita en Perú, recordó que «España apoya la integridad de Reino Unido y no alienta secesiones en ninguno de los estados miembros de la UE. Queremos que las cosas sigan como están», explicó. Dastis añadió que si Escocia deja de formar parte de Reino Unido dejará de ser parte de la UE y «tendrá que ponerse a la cola» y comenzar el proceso de negociación para su ingreso, mensaje fácilmente interpretable en clave interior, informa Andrés Rojo desde Lima.

Sturgeon señaló que no le queda otra opción que apostar por un segundo referéndum, ya que el Gobierno central no había escuchado sus propuestas de negociar la permanencia de Escocia en el mercado único y en su lugar había apostado por el «Brexit duro» sin consultarle. La líder escocesa acusó a May de no haberse «movido ni un ápice» en busca de un consenso con la región escocesa, que, con Irlanda del Norte, votó por amplia mayoría quedarse en la UE en el plebiscito del pasado 23 de junio.