Refugiados

Federico Soda: «Europa tiene los recursos para resolver la cuestión migratoria»

Entrevista. Federico Soda, es el Director de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el Mediterráneo, con sede en Roma.

Federico Soda: «Europa tiene los recursos para resolver la cuestión migratoria»
Federico Soda: «Europa tiene los recursos para resolver la cuestión migratoria»larazon

Federico Soda, es el Director de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el Mediterráneo, con sede en Roma.

- ¿Qué novedades maneja ahora la OIM, en relación al Mediterráneo?

- Este año observamos unos flujos mucho más intensos, especialmente Italia y Grecia, con 111.000 y 209.000 migrantes respectivamente. En España las cifras son muy bajas, 2.166 accesos desde enero. Hablamos de un total de 320.000 personas llegadas en Europa en 2015. Respecto a 2014, los flujos hacia Italia son los mismos, pero en Grecia el aumento es casi del 800%.

- ¿Cómo evolucionará el fenómeno migratorio en el Mediterráneo en los próximos meses?

- Me pesa mucho decir esto: lo que observamos continuará tal cual, al menos, en los próximos 12 meses. Me temo que, aunque mejoremos en la gestión de estos flujos, tendremos muchísimo trabajo por delante.

- ¿Por qué huyen hoy los migrantes?

- Hay muchas guerras y conflictos, especialmente en Oriente Medio y en el Cuerno de África. Muchos huyen también del África Occidental, y son los que llegan a Italia y, en menor medida, a España. A veces todo parte de dificultades socio-económicas, como la pobreza y los desequilibrios sociales; por tanto no siempre hablamos de refugiados que escapan de la guerra, de los conflictos o de las persecuciones. A veces el objetivo no es escapar a un país más seguro, sino de encontrar una mejor vida.

- Es evidente que hay migrantes que no ven otra alternativa que poner en peligro su vida. ¿Qué nacionalidades corren más peligro?

- En primerísimo lugar los sirios y luego eritreos, somalíes e incluso nigerianos. La Nigeria es uno de los países más grandes y con más población de toda África.

- Las migraciones hacia el Viejo Continente tienen muchos frentes y no sólo el Canal de Sicilia. ¿Qué diferencia las diversas rutas?

- Tradicionalmente, hay tres rutas muy bien establecidas: Mediterráneo Occidental (España), Mediterráneo Central (Italia) y Mediterráneo Oriental (Grecia). El Oeste está muy bien controlado, por la colaboración de Marruecos. Por ello, entre las personas que no consiguen ir más allá de Marruecos, observamos desplazamientos hacia Argelia y Libia, para llegar a Italia. Si los flujos de la ruta balcánica continuaran en alza, podríamos ver una ruta alternativa hacia Albania para cruzar a la región italiana de Apulia, un frente muy transitado hace 15 años. Cambian las poblaciones, las embarcaciones y los precios de los traficantes. En rutas migratorias, realmente, no hay nada nuevo.

- ¿Qué opina de la Operación Tritón de Frontex?

- Es un buen término medio, porque implica a todos los Estados. Aunque añoramos la operación humanitaria Mare Nostrum de la Armada italiana, no era sostenible: Italia no podía llevar sola el peso del rescate de l vida humana en el Mediterráneo. Hoy tenemos un contexto diferente, menos robusto y contundente, pero mucho más sostenible.

- ¿Qué error, para Usted, tendrían que corregir los medios de comunicación?

- Creo que hay una falta de empatía hacia millones de personas que sufren y buscan sólo mejorar su vida: no nos ponemos en la piel del otro. Se presta mucha atención a los datos y a los números, dando casi a entender que se trata de un ataque a Europa y a sus valores. No es en absoluto una invasión: 320.000 personas para un continente de 500 millones de habitantes. Se trata de un continente muy rico bajo muchísimos aspectos, incluso con la crisis. Los migrantes no llegan para quitar el trabajo de los nacionales de los países de acogida, dado que no ocupan los mismos sectores del mercado de trabajo. Hay un gran miedo generado a partir de una simplificación del fenómeno. Y es un gran error hablar de él como de una “emergencia”: nos acompañará todavía muchísimos años.

- Ni la Unión Europea ni los Estados Miembros parecen querer desbloquear la situación y se culpabilizan mutuamente. ¿Tomará alguien, un día, la iniciativa?

- La Unión Europea es el conjunto de sus Estados Miembros. Creo que empezamos a notar unos cambios de actitud muy interesantes. Me refiero a las palabras pronunciadas por el gobierno alemán acerca de cómo reaccionar para acoger y distribuir a los migrantes. La UE tiene que empezar, seriamente, a trabajar sobre una política migratoria común tal como ha hecho con la política común de asilo. Hay que hacerlo en el marco de Schengen, lugar donde el migrante entra y puede moverse fácilmente. Es algo fundamental.

- Veo que separa el concepto de “política migratoria común” del de “política común de asilo”. ¿Cuál es la diferencia?

- Las políticas de asilo están vinculadas a los pueblos que escapan de guerras, conflictos y persecuciones, y se les considera refugiados por la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, y tienen derecho a la protección internacional: no se les puede devolver a sus países de origen y, como mínimo, hay que estudiar sus solicitudes. Las políticas migratorias son más amplias, y deben tener cuenta importantes factores: necesidades socio-económicas, el mercado de trabajo, el envejecimiento de la población europea, las bajas tasas de fertilidad y la disminución de la población activa en toda Europa. A medio y largo plazo, en el contexto de una política migratoria común, tener presente esto será parte de la solución.

- Entonces, para Usted, hoy Europa puede resolver la cuestión migratoria.

- Por supuesto. Tiene los recursos y la capacidad para hacerlo: es cuestión de encontrar un espacio común de entendimiento entre los países de la Unión.

- Entonces: ¿Qué tiene que hacer Europa?

- Hay que aplicar unas políticas migratorias muy claras: trabajar con los países de tránsito y los de origen, y establecer unos canales legales de migración para que la gente tenga otra forma de alcanzar Europa sin arriesgar su vida. Hay confluir las necesidades demográficas, económicas y sociales de Europa; del mismo modo que habrá que trabajar con los países de origen para crear oportunidades a estos pueblos: no es justo que para millones de personas, marcharse sea la única opción a la hora de mejorar sus condiciones de vida. En Europa la población crece muy muy lentamente, mientras que en África, en el año 2050, será el triple que la europea. Para el Sur será imposible tener un crecimiento económico que absorba a estas personas en su mercado de trabajo. Esto, mezclado a las dificultades demográficas que tendrá el Viejo Continente en ese momento; implica que las grandes diferencias entre los dos continentes estarán muy presente durante muchísimos años. Habrá que aplicar un discurso de desarrollo y de colaboración económica entre el Norte y el Sur del Mundo. Y para conseguirlo, es necesario tener una óptica a largo plazo.

- Miremos, entonces, hacia el futuro. ¿Cuál será la solución que deberíamos encontrar en los libros de Historia?

- En ese libro me gustaría ver que aquellas personas que tenían el derecho a la protección internacional han sido finalmente protegidas. Y que hemos reducido la peligrosidad de las migraciones, sin que mueran más niños y sin que las mujeres sean violadas, traumatizadas y aterrorizadas, al igual que muchos hombres jóvenes. Me gustaría ver un avance en la colaboración entre Norte y Sur del Mundo, para demostrar no sólo que es sostenible, sino que además es ventajosa para ambos.