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Florida bendice el muro de Trump

Un 54% de los cubanos residentes en este Estado del sur votó por el republicano, a quien agradecen, un año después, que haya enfriado el acercamiento a la isla y haya endurecido la política migratoria

Los cubanos en Miami se prepran también para celebrar el primer año del fallecimiento del dictador cubano Fidel Castro
Los cubanos en Miami se prepran también para celebrar el primer año del fallecimiento del dictador cubano Fidel Castrolarazon

Un 54% de los cubanos residentes en este Estado del sur votó por el republicano, a quien agradecen, un año después, que haya enfriado el acercamiento a la isla y haya endurecido la política migratoria.

No importa que el presidente de EE UU insulte a los hispanos o que quiera echar a millones de inmigrantes, tampoco que la Administración Trump cierre la embajada en La Habana, con las costosas consecuencias para los cubanos a la hora de pedir el visado y mucho menos el muro, «el muro es una bendición». Son muchos los cubanos de Miami los que cierran filas en torno a Donald Trump. No hay ningún argumento que los haga retractarse de su voto. «Le apoyaré el resto de mi vida», confiesa Mercedes Alboales, de 89 años. Albolaes llegó a Estados Unidos en un ferry desde La Habana en marzo de 1960 y ahora ve que muchos de los problemas de Florida no sólo los genera el régimen castrista, sino que también «vienen desde México. Mucho del retroceso lo causan los mexicanos. Todos esos que han entrado ilegalmente». Para ella, los «dreamers» (inmigrantes que llegaron a EE UU siendo menores de edad) son «800.000 mantenidos» en un intento del entonces presidente Barack Obama por conseguir más votos para el Partido Demócrata las pasadas elecciones. Su hijo, Jospeh Algazi, que llegó a Florida con diez años, asiente a lo que dice su madre y añade que «Obama se gastó tantísimo dinero fuera de Estados Unidos, en guerras, en Siria... Ha tirado el dinero de los contribuyentes y ha dejado una patata caliente a Trump», por quien también votó hace ahora un año. «Obama soltó a los presos políticos cubanos, los espías, ¿a cambio de qué? ¿Quién va a respetar a EE UU si no se respeta lo que se juzga?». En opinión de Algazi, de 67 años, «está bien que se acabe con las relaciones entre EE UU y Cuba. Debe aislarse a la isla». Algazi regenta una tienda de antigüedades y coleccionistas cercana al Café Versailles y también escribe «la historia de Cuba hasta 1959, porque los Castro se encargan de borrarla». Al igual que su madre, volverá a votar por Trump y está a favor del muro: «Hace falta, entran musulmanes, mexicanos, unos 10.000 chinos al día...». Según una encuesta del Pew Research Center, en las pasadas elecciones presidenciales, el 54% de los cubanos de Florida votó por Trump, mientras que entre el resto de hispanos del Estado, sólo el 26% lo hizo por el candidato republicano. Algunos cubanos consultados, la mayoría con trabajos temporales y con una llegada más reciente al país, como Julio, con un empleo en el aeropuerto y otro como chófer, echan sin embargo de menos al presidente Barack Obama, con una política más cercana a ellos y piensan que el magnate «sólo gobierna para los ricos del país». «Es muy duro vivir aquí. Yo entré hace diez años y la vida es ya de por sí muy costosa, sin apenas tiempo para gozar o estar con la familia», confiesa el cubano de 38 años.

No es el caso de Jose Mario, que salió de Cuba en 1979. Llegó a Estados Unidos en una balsa junto a otras cinco personas, tardaron cinco días en llegar a tierra. «He aprendido del país y a familiarizarme con la manera de pensar aquí», Jose Mario confiesa que desde Ronald Reagan comenzó a ver lo positivo que era votar por el Partido Republicano. Hace justo un año lo hizo por Trump. «La globalización ha ido tomando a los partidos, también al republicano, pero Donald Trump no es un político, es una persona tan conocida y tan americana como la Coca-Cola». Siempre le había admirado, por su dinero y por el desempeño de sus negocios. Jose Mario confiesa también el concurso de belleza de Miss Universo –que organizaba el magnate neoyorquino– también le gustaba. En cuanto al control de fronteras y el polémico muro, él lo ve muy bien. «Yo en mi casa no dejo entrar a cualquiera. A las personas las invito yo. Trump no es un racista», argumenta y añade que los cubanos no vuelven a la isla, porque la mayoría son disidentes, pero los mexicanos sí.

El actor, pintor, locutor y presentador Carlos Garín reconoce que uno de los motivos por los que votó por el magnate es que «estábamos asistiendo al colapso de Estados Unidos. No sólo económico y político, también social. Los valores morales estaban por el suelo y ante una corrupción galopante del ‘establishment’ de Washington, Trump tenía que tomar las riendas del país». Garín, educado y profundo, que reside en EE UU desde hace 17 años, admite que Trump «es irrespetuoso e impulsivo, pero también es auténtico». Además, cree que «no hay que dejarse llevar por los medios de comunicación masivos y dejarle poner en marcha sus medidas». Sobre el muro, además de que nadie tiene derecho a decir cómo un Estado soberano debe proteger sus fronteras, expone que «nadie en ocho años de Gobierno ha sido más discriminatorio y ha deportado a más inmigrantes hispanos que el presidente Barack Obama. Sin embargo, nadie se manifestó en su contra», sentencia Garín. Florida fue el primero de los denominados Estados bisagra, que suelen decantar la presidencia y se pasan de demócrata a republicano aleatoriamente, que se volvió hacia Trump. Un año después casi nadie se arrepiente de su voto.