Guerra en Irak

Irak toma el control de la provincia de Kirkuk tras intensos combates

Los kurdos huyen hacia Erbil ante el acoso de las milicias chiíes y preparan allí su resistencia

Un soldado iraquí quita una bandera kurda de una vivienda en Altun Kupri, a las afueras de Erbil
Un soldado iraquí quita una bandera kurda de una vivienda en Altun Kupri, a las afueras de Erbillarazon

Los kurdos huyen hacia Erbil ante el acoso de las milicias chiíes y preparan allí su resistencia.

El Gobierno de la región autónoma del Kurdistán iraquí anunció ayer la retirada total de sus fuerzas de seguridad peshmergas de todo el territorio de la disputada provincia de Kirkuk, tras la ofensiva del Ejército de Irak contra la última zona que controlaban los kurdos. El portavoz y secretario general del Ministerio de las fuerzas Pesmergas, Yabar Yaur, aseguró en un comunicado que las tropas kurdas se encuentran fuera de la provincia de Kirkuk. Además, indicó que hay operaciones militares a lo largo de la frontera entre la región del Kurdistán y la de Kirkuk. «No sabemos hasta dónde quieren llegar las fuerzas iraquíes después de Kirkuk», señaló el portavoz.

Por su parte, el Ejército iraquí informó de que se hizo con la localidad de Altun Kubri, la última gran población que controlaban los kurdos en esta región.

Sin embargo, pese a la retirada anunciada a última hora de ayer, las escaramuzas registradas en los últimos días entre las fuerzas paramilitares chiíes de Movilización Popular (FMP), respaldadas por Bagdad, y los peshmerga kurdos en los alrededores de Kirkuk podría escalar a un conflicto interiraquí. Después del anuncio del Gobierno de Bagdad en el que se confirmaba haber recuperado el control total de la región de Kirkuk, milicianos chiíes se enfrentaron ayer a los peshmerga con armas automáticas y lanzagranadas en el distrito de Prede, a 30 kilómetros al sur de Erbil. Los enfrentamientos se registraron a primera hora de la mañana. «Alrededor de las 08.00 las milicias Hashed al Shaabi (nombre en árabe de la FMP) lanzaron un ataque a gran escala contra las fuerzas peshmerga cerca del paso de control de los asayesh (fuerzas de seguridad kurdas) de Shewara, utilizando armas estadounidenses que se han suministrado al Ejército iraquí y artillería iraní», explicó a LA RAZÓN Kawyar Shahed, portavoz de prensa de la oficina presidencial de la región autónoma del Kurdistán iraquí.

Según la responsable del Gobierno kurdo, «todos los atacantes han sido derrotados y más de diez filas de vehículos Hummers y Abrams han sido destruidos». Una información que este medio no ha podido confirmar. Según el portal de noticias Iraqi News, más de 80 peshmerga habrían muerto y unos 160 han resultado heridos en los enfrentamientos esporádicos entre los dos bandos.

Ante el temor a que las milicias chiíes, respaldadas por Irán, continúen su avance hasta los lindes con la región autónoma del Kurdistán, los peshmerga han levantado posiciones defensivas y trincheras a lo largo de la carretera que une Kirkuk con Erbil. «Tenemos que protegernos para evitar que sigan avanzando y puedan llegar a Erbil», aseguró un peshmerga, que identifica a las Hashed al Shaabi como la principal amenaza de los kurdos. «Quieren quemar las casas de nuestra gente y violar a nuestras esposas e hijas», advirtió el combatiente kurdo. El miedo a que las milicias chiíes quieran llevar a cabo una limpieza étnica se ha extendido entre los kurdos, como ya ha ocurrido en el pasado.

En los últimos días, decenas de miles de kurdos de la provincia de Kirkuk o de la vecina Nínive han huido a Erbil o las otros dos capitales de provincia del Kurdistán, Dohuk y Suleimaniya, debido a la campaña militar de las fuerzas iraquíes en zonas disputadas con el Kurdistán. En la ciudad de Kirkuk, aparentemente, no queda más que un cuarto de la población. La huida masiva de kurdos revivió los recuerdos de las brutales campañas contra esta minoría étnica ordenadas por Sadam Husein a finales de los 80. «La manera en la que están actuado las Hashed al Shaabi contra la gente de Kirkuk es lo mismo que ocurrió con Sadam. La gente está muy enfadada. Los peshmerga del PUK (el partido de la Unión Patriótica del Kurdistán que gobierna en Kirkuk) han decidido que no lucharán por ahora, pero antes o después todos los kurdos se levantarán en armas», advierte a LA RAZÓN Shuaib, un vecino de Kirkuk, que también huyó con su familia a Erbil.