Roma

Italia para el corazón de Europa

El referéndum sobre la reforma de la Constitución planteado por Renzi se ha convertido en un plebiscito sobre la figura del primer ministro cuyas consecuencias se sentirán en toda la UE

Hora decisiva. El primer ministro ha prometido abandonar el cargo si gana el «no»
Hora decisiva. El primer ministro ha prometido abandonar el cargo si gana el «no»larazon

La participación del referéndum por la reforma constitucional que se celebra en Italia alcanzó el 55 % a las 19:00 horas locales (18:00 GMT).

Cincuenta millones de transalpinos se enfrentarán hoy al referéndum que ratificará o rechazará la reforma del Senado promovida por Matteo Renzi, que podría dejar el Gobierno. Aunque los italianos vean esta votación en clave nacional, los resultados tendrán un calado en el resto de Europa. A las 19:00 horas, ya habían acudido a las urnas el 55 por ciento de los electores.

Tras el Brexit y la victoria de Trump, Italia pasa a la primera línea para desmentir o confirmar una posible catarsis política de la Unión Europea. Desde la simbólica perspectiva de uno de los países fundadores. La reforma de la Cámara Alta aspira a acabar con el «bicameralismo perfecto» activo en Italia desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Aunque fue concebido entonces como una estrategia de estabilidad parlamentaria, que ambas cámaras tuvieran las mismas competencias ha supuesto un freno de la producción legislativa itálica. Al mismo tiempo, el proyecto constitucional prevé reducir el número de senadores de los actuales 315 a 100, evitar duplicidades entre Estado y regiones, eliminar las provincias y, entre otras cosas, convertir a la Cámara Alta en un nexo del Estado italiano tanto con las regiones como con la UE. La campaña ha estado muy crispada, principalmente porque durante meses, el primer ministro afirmó que se marcharía del Gobierno si perdía el referéndum, para la alegría de sus detractores. Luego cambió de idea, pero llegó tarde, porque titubeó demasiado tiempo. En las últimas semanas, Renzi no sólo ha intentado ser más crítico frente a Merkel para ganar puntos entre los euroescépticos, sino que invitó al mismo Obama a que apoyara su reforma constitucional. «A mí, por mucho que Renzi me parezca voluntarioso, no termina de convencerme del todo. Lo mismo hace piña con Merkel y Hollande en favor del europeísmo, que trata de criticar a la UE para ganarse algún voto de más», ilustra a LA RAZÓN Tiziana, de 60 años.

¿Y si Renzi perdiera el referéndum? Podrían darse cuatro escenarios. El primero, y más probable, es que haya un nuevo Gobierno con un actual ministro al frente: Pier Carlo Padoan (Economía), Graziano Del Rio (Fomento) y Dario Franceschini (Cultura) son los papables de la primerísima fila «renziana». Sería el cuarto Gobierno italiano consecutivo no elegido en las urnas.

El segundo escenario, prevé un Gobierno técnico hasta las generales de 2018, siendo así el cuarto Gobierno de tecnócratas de la Italia republicana tras los gobiernos de Carlo Azeglio Ciampi (1993), Lamberto Dini (1995) y Mario Monti (2011). La tercera opción, la menos probable, y que depende del presidente de la República, Sergio Mattarella; consistiría en convocar nuevas elecciones, un bocado muy apetecible para el M5E y la Liga Norte. El cuarto escenario, para muchos, sería el más deseable: que Renzi permanezca en el Gobierno. Por un lado, sería una marcha atrás del toscano como señal de que ha captado la idea de que la Carta Magna italiana no puede ser un objeto de división entre los ciudadanos. Esto tranquilizaría a muchos: a los que han votado «no» por razones constitucionales, a los mercados y a la UE.

Desde hace dos semanas, por ley, no hay sondeos acerca de las intenciones de voto. Atendiendo a las medias aritméticas de las encuestas realizadas por las instituciones demoscópicas IPR y Tecné para la cadena pública «Rai 1», los mayores de 55 años representarían el principal apoyo al «sí» en el referéndum, en el 52,5% de esa franja de edad. La mayor oposición a la reforma constitucional la encabezan los jóvenes hasta los 34 años, quienes en un 60% de los casos votarían «no». El norte y el sur de Italia estarían también a favor del «no», mientras que en el centro del país el empate es casi total. Por partidos, el «sí» abunda entre los favorables al PD y el «no» entre los simpatizantes del M5E y de la Liga Norte. División total entre los votantes del centro-derecha de Berlusconi. No pesa, en este caso, la formación académica.

En un momento de debilidad política tanto en la ciudadanía como en los medios de comunicación, se coincide en algo fundamental: Italia necesita gobiernos duraderos. Por suerte, la economía italiana suele actuar separada del «palazzo»; pero con la actual situación de la banca itálica, con demasiados créditos incobrables, un Ejecutivo estable es necesario. La continuidad de Renzi dejaría fuera de discusión también el futuro del euro, frente al M5E y a la Liga Norte. Pase lo que pase en las próximas horas, Italia tendrá también que seguir liderando una política migratoria que siga protegiendo las vidas en el Mediterráneo.