Reino Unido

Jeremy Corbyn rechaza poner vetos a la inmigración europea

El líder laborista reabre el debate interno sobre la política migratoria británica sólo tres meses después del Brexit.

Jeremy Corbyn rechaza poner vetos a la inmigración europea
Jeremy Corbyn rechaza poner vetos a la inmigración europealarazon

El líder laborista reabre el debate interno sobre la política migratoria británica sólo tres meses después del Brexit.

El veterano Jeremy Corbyn dio ayer más munición a aquellos que le acusan de haber convertido al Partido Laborista en una formación ilegible. Tan sólo tres meses después de que los británicos votaran por el Brexit, aludiendo al control de la inmigración como principal motivo, el líder de la oposición ha señalado que no quiere poner ningún veto a la entrada de comunitarios. «Un Gobierno laborista no hará falsas promesas. No alentaremos las divisiones entre la población ni agitaremos las llamas del miedo. Lo que haremos será afrontar los verdaderos problemas de la inmigración y hacer los cambios necesarios», aseguró durante el discurso que clausuró el congreso anual del partido.

La cita sirvió el pasado sábado para reelegirle como líder tras la revuelta interna que protagonizaron sus filas. El llamado gobierno en la sombra dimitió prácticamente en bloque y aunque los diputados siguen dándole la espalda, las bases, engordadas en su mayoría en los últimos meses por jóvenes desilusionados con el sistema, consiguieron colocar de nuevo a un político que insiste en dar un giro hacia la izquierda más radical. «Todos tenemos lecciones que aprender y la responsabilidad de hacer las cosas mejor», señaló durante una intervención que buscaba la unidad en sus filas. «Seamos sinceros, nadie se dejará convencer por un partido dividido», insistió. Sin embargo, muchos pesos pesados de la formación, como Peter Mandelson, han mostrado su deseo de unas elecciones anticipadas, ya que, aunque son conscientes de que podrían cosechar los peores resultados desde 1935, creen que es la única vía para deshacerse de él.

Según las últimas encuestas, más de la mitad de las personas que votaron por los laboristas en las últimas generales de 2015 y posteriormente votaron para salir de la UE, aseguran ahora que la formación ya no cuenta con su voto. El 48% prefiere ahora a los «tories» y el 8% al euroescéptico UKIP. Este último triunfa en las regiones obreras del norte de Inglaterra, consideradas hasta la fecha bastión laborista. Pero Corbyn matizó ayer que no son los inmigrantes los que bajan los sueldos, encarecen la vivienda o colapsan la sanidad pública, sino el Gobierno conservador con su programa de recortes. En este sentido, prometió que, al llegar al poder, reinstaurará el llamado «fondo para el impacto de la inmigración», un mecanismo destinado a invertir en las zonas donde los efectos de la inmigración afecta más a la calidad de los servicios públicos, implementado por Gordon Brown en 2008 y eliminado por David Cameron dos años después.

Por otro lado, pese a que la oposición ha sido muy crítica ante la supuesta falta de un plan por parte del Gobierno de Theresa May para llevar a cabo la salida de Reino Unido del bloque, Corbyn apenas mencionó el Brexit durante su intervención, ya que el partido evitó incluirlo entre las ocho prioridades que marcaban la agenda del congreso. Se limitó a decir que había que «respetar los votos y la decisión de los británicos». «Aunque eso no significa entregar un cheque en blanco a May y a sus tres brexiteros», matizó. «Nos resistiremos a un Brexit que se haga a costa de los derechos de los trabajadores y la justicia social», zanjó.