Corea del Norte

Kim unge a su hermana en el Politburó

El líder del régimen Juche asciende a Kim Yo Jong en la cúpula de poder del Comité Central del Partido Comunista y defiende el programa armamentístico como elemento de disuasión

El líder norcoreano, Kim Jong Un, con su hermana Kim Yo Jong, en una inauguración del mes de abril
El líder norcoreano, Kim Jong Un, con su hermana Kim Yo Jong, en una inauguración del mes de abrillarazon

El líder del régimen Juche asciende a Kim Yo Jong en la cúpula de poder del Comité Central del Partido Comunista y defiende el programa armamentístico como elemento de disuasión.

Tan sólo unas horas después de que el presidente de EE UU, Donald Trump, volviera a advertir que «sólo una cosa funcionará» con Corea del Norte en una velada alusión a la vía militar, su líder, Kim Jong Un, mostraba la firme determinación de continuar incrementando el arsenal nuclear del país. Para el mandatario norcoreano, su programa armamentístico constituye un «poderoso elemento disuasorio» que ha servido para proteger la paz y la seguridad en la península coreana y defenderse de las «amenazas nucleares prolongadas de los imperialistas estadounidenses».

Esta promesa, junto con la de impulsar el crecimiento económico ante la expansión de las sanciones internacionales contra el régimen Juche, fueron parte fundamental del discurso que Kim dio el sábado en la reunión del Comité Central del Partido de los Trabajadores, según informó ayer la agencia de noticias estatal norcoreana. En él, Kim también aprovechó para anunciar algunos cambios fundamentales en su composición como la incorporación de su hermana, Kim Yo Jong, al politburó –el órgano decisorio más importante de la nación–. Horas antes a dicho cónclave, Trump dejaba clara su preferencia por la fuerza a la hora de tratar con un país que en las últimas semanas ha llevado a cabo un ensayo nuclear y el lanzamiento de varios misiles que sobrevolaron Japón. «Los presidentes y sus Administraciones han estado hablando con Corea del Norte 25 años, se han alcanzado acuerdos y se han gastado enormes sumas de dinero», escribió Trump en Twitter, un mensaje que continuó diciendo «no ha funcionado, los acuerdos han sido violados antes de que secase la tinta, tomando el pelo a los negociadores de EE UU. Lo siento, ¡sólo una cosa funcionará!». Ni las recientes llamadas al diálogo por parte de China o la entrega del Premio Nobel de la Paz la semana pasada a la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) han servido para que tanto Estados Unidos como Corea del Norte den un paso atrás en la tensa batalla verbal en la que están enfrascados desde que el líder norteamericano llegara al poder. Precisamente, la directora ejecutiva de ICAN, Beatrice Fihn, trasmitió esa preocupación a la comunidad internacional tras recibir el galardón. La presidencia de Trump «pone de relieve» el riesgo nuclear en el mundo, ya que a mucha gente le preocupa «que pueda autorizar por sí solo el uso de las armas nucleares», aseguró.

Es esa manera de actuar en solitario la que ha dejado al descubierto las preferencias del presidente norteamericano y la aparente falta de una política única en su Gabinete sobre este asunto. La semana pasada mientras el secretario de Estado, Rex Tillerson, anunciaba en China que su país mantenía varias vías de negociación abiertas con Corea del Norte, Trump le contradecía diciendo que el diálogo con Pyongyang era una pérdida de tiempo.

Con esta postura por un lado y con la carrera armamentística y nuclear del régimen norcoreano logrando nuevos e importantes avances en los últimos dos años en el otro, el temor a una guerra nuclear ha ido en aumento. Por eso, tras la alocución de Kim, diversos analistas surcoreanos han coincidido en que la presión estadounidense sobre el país comunista no ha amedrentado a una nación que tendría previsto realizar una importante prueba balística de cara a este martes, cuando se celebre el aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores.

Nueva prueba de misil

Para entonces se prevé que ya sean efectivos los cambios promovidos por Kim en el interior de su formación política. Su hermana Kim Yo Jong sustituirá a su tía, Kim Kyong Hee, que jugó un papel decisivo mientras vivió el ex líder Kim Jong Il, un nombramiento que supone «una consolidación adicional del poder de la familia Kim», afirmó el experto en Corea del Norte de la Univesidad Johns Hopkins, Michael Madden, a la web especializada 38 North. Otros ascensos como el de Kim Jong Sik y Ri Pyong Chol, dos de los tres hombres detrás del programa de misiles del país, o el del ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, Ri Yong Ho, que recientemente afirmó que EE UU había declarado la guerra al reino Ermitaño y calificó a Donald Trump como el «presidente del Mal» en su alocución ante la Asamblea General de la ONU, reafirmarían la tendencia de Kim por reforzar en el poder a aquellos que se muestran más beligerantes en sus acciones y en su discurso.