Nicolás Maduro

La deriva autoritaria de Maduro allana el temido «autogolpe»

El líder chavista llama a sus seguidores a tomar las armas y ordena ocupar fábricas paralizadas.

Nicolás Maduro y su ministro de Defensa, Vladimir Padrino, a la derecha, en su visita a la tripulación del buque escuela de la Armada
Nicolás Maduro y su ministro de Defensa, Vladimir Padrino, a la derecha, en su visita a la tripulación del buque escuela de la Armadalarazon

El líder chavista llama a sus seguidores a tomar las armas y ordena ocupar fábricas paralizadas.

La oposición venezolana quiere que el presidente Nicolás Maduro salga este mismo año del poder por las vías constitucionales. Él se resiste, pero por otro lado parece estar forzando su salida, bien sea por un estallido social, tal como lo han advertido diversos líderes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), o bien por un «autogolpe». La situación empeora cada día, las colas por productos de primera necesidad son interminables, falta el agua y la luz en diversos zonas del país, la inseguridad sigue presente y más recientemente el poder electoral ha decidido dilatar los tiempos para que la MUD no logre realizar un referéndum revocatorio este año. Por otro lado, está pendiente la decisión de la Organización de los Estados Americanos de aplicar la Carta Interamericana Democrática al Gobierno venezolano.

Maduro, amparado en el decreto de estado de excepción y la ratificación del de emergencia económica que lanzó hace unos días, decidió este pasado fin de semana atacar a los empresarios privados y ordenó a las Fuerzas Armadas que tomen las fábricas que estén paralizadas y que, a su juicio, contribuyen con la escasez y con «la guerra económica». Su objetivo parece ser uno solo: Empresas Polar, la empresa de alimentos más grande de Venezuela y la mayor distribuidora de productos básicos del país, la misma que produce la harina de maíz con la que se hacen las tradicionales arepas venezolanas.

Polar ha paralizado sus plantas de cervezas, malta y la de enlatados por falta de materia prima y escasez de divisas. Su dueño, Lorenzo Mendoza, es férreo detractor del Gobierno, pero ha defendido en diversas oportunidades lo que hace por el país y cómo genera millones de empleos directos e indirectos, pero eso parece no ser suficiente para Maduro, quien ha ordenado encarcelar a los empresarios. «Planta parada, planta entregada al pueblo. Ustedes me van a ayudar a recuperar todas las plantas paralizadas por la burguesía. Tenemos que tomar todas las medidas para recuperar la capacidad productiva, que está siendo paralizada por la burguesía», insistió en su último discurso.

Empresas Polar se mantiene alerta ante la amenaza y sus empleados vigilan todas las instalaciones de producción desde que se conoció la medida de ocupación que ordenó el presidente.

Para dictar el decreto de estado de excepción, Maduro se excusó diciendo que Venezuela estaba siendo amenazada por fuerzas extranjeras y culpó al ex presidente colombiano Álvaro Uribe de planificar un ataque. Para justificar la medida, el 21 de mayo las Fuerzas Armadas y la milicia harán un simulacro de movilización y maniobras ante posibles ataques «intervencionistas». «Hay que prepararse para defender nuestra tierra, la de nuestros hijos, nuestro derecho a la paz. Ordeno que el sábado 21 se hagan maniobras militares que digan aquí está el pueblo, con su instrumento de labranza en una mano y en la otra con un fusil, con un misil, con un lanzamisil, con un tanque, para defender esta tierra sagrada», agregó. Entre otras cosas, Maduro aseguró que las movilizaciones a las que ha llamado la oposición buscan una violencia que justifique la intervención extranjera y por ello dijo que, aunque suene exagerado, deben prepararse.

Desde las diferentes instancias del poder han descartado que el presidente renuncie, pese a la exigencia de la oposición de que abandone el cargo. También descartan que se realice un referéndum, al menos este año, en el que se consulte al pueblo si quiere que Maduro siga o no al frente del Gobierno. Las manifestaciones son cada vez más frecuentes y, a juicio del politólogo Edgar Gutiérrez, Maduro no tiene la suficiente fuerza para controlar todo lo que ocurre en el país, pero considera que «mientras la presión social sea desarticulada, como jefe del Estado tendrá cómo controlarla. «En el caso del referéndum (si se realiza o no), Maduro sí es férreo para lograr la dilación del proceso y la obstaculización del poder electoral. Tiene mucho más dominio en la dinámica, lo que ello no significa que pueda manejar una cantidad inmensa de presión de la calle», asegura.

La oposición no descarta que Maduro dé un «autogolpe de Estado», aunque es un escenario que no se puede prever porque, al igual que la renuncia, es una decisión personal. Pero Edgar Gutiérrez destaca que en Venezuela la dinámica del golpe de Estado es permanente. «Sólo basta ver lo que ha ocurrido en el Parlamento para saber que Maduro está conduciendo un régimen de facto: control de todos los poderes, el que no controla lo bloquea y lo inhabilita; gobierna por decreto, encarcela a la disidencia; controla y asfixia a los medios independientes y apela a la represión de las manifestaciones públicas», sentencia el experto.