Terrorismo radical

La difusión del terrorismo

La Razón
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Con EE UU aún sacudido por los asesinatos de un agente de Policía y otras dos personas en una clínica de planificación familiar en Colorado, la localidad californiana de San Bernardino se ha convertido en escena de un nuevo tiroteo masivo. La naturaleza de lo sucedido en California no está clara todavía, pero los primeros datos apuntan a la creciente dificultad y naturaleza confusa de la amenaza a la que se enfrentan las sociedades modernas. Hasta ahora han salido a la luz las conexiones con Arabia Saudí de los sospechosos del tiroteo, que uno de ellos había trabajado en el centro de discapacitados donde sucedió el ataque y que había discutido con sus colegas hacía poco, y se considera claro que el ataque fue planeado. Este hecho unido a sus conexiones con el extranjero sugiere un posible móvil terrorista, pero al mismo tiempo, la discusión y la conexión personal con el centro podrían apuntar a otra causa.

Tampoco hay razones suficientes para descartar que ambos hechos estén relacionados. Existe la posibilidad de que los sospechosos hubieran estado expuestos a material radical y que estuvieran planeando algo; en este caso, la pelea con el resto de trabajadores habría sido el desencadenante de la acción. No obstante, como ambos sospechosos murieron, es posible que nunca lo sepamos con certeza.

Es probable que el mundo continúe presenciando tales atrocidades en el futuro. El aumento de la difusión de ideologías extremistas, junto a las reacciones de furia e imitación, además del fácil acceso a armamento pesado, apuntan al hecho de que continúe esta plaga de explosiones repentinas de ira. Entre éstas, están la matanza de Robert Dear en Colorado, la masacre en San Bernardino o los atentados más elaborados de París o Bamako. El terrorismo, en sus múltiples formas, continuará siendo una característica de la sociedad organizada durante los próximos años.