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La Gran Coalición debe esperar a enero

Merkel y Schulz aceptan negociar una salida a la inestabilidad política que vive el país desde las elecciones de septiembre. Los democristianos darán tiempo a los socialdemócratas para que puedan adaptar su rechazo inicial.

Un ciclista pasa junto a uno de los bloques de hormigón que protegen el mercadillo navideño de Breitscheidplatz, donde el pasado 19 de diciembre un yihadista mató a 12 personas en un atropello múltiple
Un ciclista pasa junto a uno de los bloques de hormigón que protegen el mercadillo navideño de Breitscheidplatz, donde el pasado 19 de diciembre un yihadista mató a 12 personas en un atropello múltiplelarazon

Merkel y Schulz aceptan negociar una salida a la inestabilidad política que vive el país desde las elecciones de septiembre. Los democristianos darán tiempo a los socialdemócratas para que puedan adaptar su rechazo inicial.

Se confirma el nuevo tablero de juego. El líder del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), Martin Schulz, anunció ayer que está dispuesto a explorar junto con la canciller Angela Merkel diferentes fórmulas de Gobierno que sirvan para generar estabilidad y poner fin a la actual crisis política que afecta a Alemania.

Schulz respondió de esta forma a la invitación de la canciller que, por su parte, instó oficialmente a los socialdemócratas a dialogar para formar un «Gobierno estable» que aborde los retos que tiene que afrontar el país y dé respuesta a las «grandes expectativas» de la Unión Europea (UE). En una rueda de prensa tras reunirse con su ejecutiva federal, Merkel reiteró que su formación sigue dispuesta a asumir su responsabilidad tras fracasar el intento de formar gobierno con liberales y verdes. «Para nosotros es importante lograr la estabilidad en el país y ser el ancla de esa estabilidad», manifestó la canciller.

A pesar de que el líder de los socialdemócratas se negó en rotundo desde un principio a reeditar la alianza con Merkel, la semana pasada abrió la puerta a un posible diálogo presionado por su propio partido y por numerosas voces que apelaban a la responsabilidad hacia el electorado. Una posibilidad que aun convertida ahora en certeza abre por delante unas semanas de complicadas negociaciones. «No descartamos nada», advirtió Schulz tras mantener una reunión con la cúpula de su partido. En su opinión, la única solución no pasa por reeditar de forma automática la Gran Coalición que durante los últimos cuatro años ha gobernado el país, sino que entiende que otra opción alternativa a la alianza entre conservadores y socialdemócratas sería que Merkel formase un Ejecutivo en minoría tolerado por el SPD en el Bundestag.

En esa línea, y sobre las evidentes diferencias entre su partido y los socialdemócratas, Merkel recordó que siempre han sido capaces de encontrar soluciones, pese a partir de puntos de vista diferentes. «Ante los conflictos en Oriente Medio, la relación con Rusia y la situación en Estados Unidos, creo que es bueno que Alemania sea operativa», insistió.

El jueves, Merkel y Schulz se reunirán con el presidente federal, el también socialdemócrata Frank Walter Steinmeier, para ver qué posibilidades existen de iniciar conversaciones que lleven a la formación de un Gobierno estable en la primera economía de Europa. En cualquier caso, la Unión Cristianodemócrata (CDU) cree que las negociaciones formales para intentar reeditar una Gran Coalición no empezarán antes de enero, ya que el SPD necesitará tiempo para cambiar su posición. «El SPD fijó demasiado pronto una posición equivocada y ahora busca un camino para asumir su responsabilidad, no debemos presionarlos demasiado», aseguró ayer el ministro del Interior, Thomas de Maizière, miembro de la cúpula de la CDU, en un foro digital del diario «Bild». «Las primeras conversaciones previas pueden darse tal vez antes de enero, pero las conversaciones formales probablemente no empezarán antes de enero», agregó De Maizière.

Por su parte, la jefa de la CDU en el Estado federado de Renania-Palatinado y vicepresidenta del partido a nivel nacional, Julia Klöckner, señaló también, en declaraciones a la televisión pública ARD, que el SPD requerirá tiempo. «El proceso necesita su tiempo y por eso no me parece bien que empecemos desde ya a marcar ‘líneas rojas’», dijo Klöckner.

Precisamente, los socialdemócratas de Renania del Norte-Westfalia, el «Land» más poblado de Alemania, han formulado una serie de condiciones bajo las cuales se podría reeditar la Gran Coalición en una carta a la cúpula, a la que ha tenido acceso el diario «Süddeutsche Zeitung». Entre las condiciones están las rebajas fiscales para los ingresos bajos y medios, un programa de inversiones y una reforma de la cobertura sanitaria y del sistema de pensiones. Además, dentro del SPD se pide asumir las propuestas formuladas por el presidente francés, Emmanuel Macron, para una reforma de la eurozona.

La CDU, por su parte, pone como condición clave mantener el rumbo de la consolidación fiscal. En cualquier caso, las negociaciones se prevén complicadas y tras ellas está no sólo la estabilidad necesaria para resolver los problemas de los ciudadanos alemanes, sino también para afrontar los desafíos de la UE, donde el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y el mandatario francés han hecho propuestas que esperan la pronta respuesta de Berlín. Por de pronto, el apoyo de Alemania a la renovación de la licencia de la UE para el herbicida glifosato provocó ayer la primera polémica entre conservadores y socialdemócratas, sin que apenas sus líderes se hayan sentado para estudiar un posible acuerdo de coalición.

La incertidumbre está presente en todas las esferas de la vida pública alemana. Un sondeo de las redes de televisión RTL y NTV mostró que el 48% de los miembros del SPD estaba a favor de un apoyo informal al Gobierno presidido por Merkel. Mientras que sólo el 36% apoyaba una reedición de una Gran Coalición que ha costado a los socialdemócratas su peor resultado desde 1949. Tras el fracaso en las negociaciones con los liberales y Los Verdes, el SPD supone la última oportunidad de Merkel para asegurarse su cuarta y, según los analistas, última legislatura al frente del país.