Refugiados

La guerra Siria: el origen del horror

Los sirios huyen de 5 años de conflicto y sin nada que perder. Dejan atrás 250.000 muertos

La Razón
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La guerra en Siria se ha convertido en la mayor catástrofe humanitaria del siglo XXI. Más de 250.000 muertos, cinco millones de refugiados en los países vecinos y otros millones más de desplazados internos han sido el resultado de una guerra civil que arrastra ya cinco años y sin una solución a la vista. Cada día que pasa decenas de civiles mueren a causa de la explosión de una bomba barril o huyen de las garras del Estado Islámico por ser minoría religiosa. Aquellos que han conseguido huir de la guerra viven en condiciones miserables en campos de refugiados en Jordania, El Líbano, Irak o Turquía. Privados de un futuro, sin poder completar sus carreras universitarias, sin encontrar un trabajo, muchos sirios no encuentran más solución que pagar 2.000 o 3.000 euros a las mafias locales para que los lleven a Europa. Un viaje para muchos sin retorno que se ha cobrado cada día cientos de vidas en el mar o por tierra.

Este verano Europa ha vivido la mayor oleada de inmigrantes ilegales, un número que sólo iguala a las migraciones durante la Segunda Guerra Mundial. Encontrar una solución al conflicto en Siria es algo que ya no sólo afecta al propio país o la región de Oriente Medio sino a Europa. Los países de acogida de la región se han dado cuenta de que ya no pueden absorber a más refugiados sirios, por lo que han empezado a poner cotas o directamente a cerrar sus fronteras. Líbano, con una población de 4.200.000 de habitantes, acoge entre 1.200.000 a 1.500.000 sirios, según datos de ACNUR, lo que representa que una de cada cinco personas es refugiada. Debido al elevadísimo numero de refugiados per cápita, las autoridades libanesas han establecido desde principios de año una nueva normativa por la que los sirios deben solicitar un visado de entrada en las categorías de turista, negocios, estudios, o tratamiento médico. Un trámite imposible para un sirio que está huyendo para salvar su vida. Aquellos que llevan tiempo como refugiados están obligados a pagar una tasa 200 dólares por persona para renovar su estancia por seis meses o de lo contrario podrían ser expulsados del Líbano ya que se les considera ilegales. Pero desde este verano los sirios han encontrado una fórmula para poder cruzar desde Líbano. Las autoridades árabes permiten entrar a aquellos que tengan en mano un pasaje para un crucero en barco a las costas turcas. «Entre 30.000 y 40.000 sirios llegan a la semana desde la costa libanesa de Trípoli a los puertos de Mercin e Izmir para después ser cruzados en barcas a las costas griegas e italianas por las mafias locales que cobran entre 2.000 y 3.000 euros por trayecto a cada refugiado», explicó a LA RAZÓN una fuente de Seguridad libanesa.