Venezuela

La oposición desafía la represión de Maduro y toma la calle

El país se desliza hacia un estallido social con una segunda jornada de protestas contra la dictadura chavista. Los enfrentamientos entre la Guardia Nacional y los manifestantes suman ocho muertos desde el 4 de abril.

Era el grito de los manifestantes ayer en las calles de Caracas
Era el grito de los manifestantes ayer en las calles de Caracaslarazon

El país se desliza hacia un estallido social con una segunda jornada de protestas contra la dictadura chavista. Los enfrentamientos entre la Guardia Nacional y los manifestantes suman ocho muertos desde el 4 de abril.

Parados frente a una tanqueta dispuesta a reprimir miles de ciudadanos gritaban en El Paraíso, en Caracas «No tenemos miedo, no tenemos miedo». No había comenzado la segunda jornada de movilización ciudadana cuando la Guardia Nacional Bolivariana (GNB)y la Policía Nacional Bolivariana (PNB)ya habían accionado los gases lacrimógenos para tratar de contener a los manifestantes. Todos, sin distinción, asfixiados.

No importó que ayer fuera día laboral, pues varios comercios decidieron cerrar sus puertas por medidas de seguridad, las escuelas privadas y las universidades suspendieron actividades y el transporte público como el Metro y algunos autobuses decidieron no prestar servicio. La población acompañó el llamamiento de los líderes de la Mesa de la Unidad Democrática y, aunque no hubo tanta participación como en «La mamá de las marchas», varias avenidas de la capital estuvieron colmadas. La oposición se niega así a abandonar las calles para exigir el restablecimiento de la democracia en Venezuela.

Jóvenes, ancianos, personas en sillas de ruedas, algunos niños con sus padres, artistas y líderes de la oposición salieron a dar «resistencia democrática» y a aplicar el «Plan democracia» ante las acciones del Gobierno de Nicolás Maduro. Altamira, al este de Caracas y epicentro de las llamadas «guarimbas» en 2014, fue igualmente el epicentro de las manifestaciones. Antes de ser reprimidos, los que asistieron a la marcha hicieron un minuto de silencio por los ocho caídos en las manifestaciones desde el 4 de abril, especialmente por Carlos José Moreno y Paola Ramírez; los jóvenes de 17 y 23 años que fueron asesinados el día anterior. Después entonaron el «Gloria al bravo pueblo» para iniciar paso.

Caos y saqueos

La gente comenzó a concentrarse desde temprano, aunque fue más cerca del mediodía (hora local) que la manifestación tomó cuerpo. «Pa’la autopista, pa’la autopista» era la indicación que daban, en su mayoría los jóvenes que asistieron. Así lo hicieron y allí ya los cuerpos de seguridad habían desplegado paredes metálicas, escudos, el Rinoceronte y algunas tanquetas para impedir el paso. La GNB y la PNB atacaron con gases lacrimógenos y con pistolas de perdigones y algunos manifestantes respondieron con palos, basura y piedras a la refriega. El sol y la cantidad de bombas que lanzaron complicaron la movilización mientras que la gente coreaba «Resistencia, resistencia, resistencia». María Sahud, de 56 años, confiesa a LA RAZÓN que hubo un tiempo en que la población tuvo miedo pero que ahora «ese sentimiento se ha perdido y el miedo lo tiene ahora el Gobierno». «Salgo a la calle porque quiero una Venezuela mejor. El pueblo está cansado de pasar hambre, calamidades y de no tener medicamentos», afirma de forma rotunda. La primera jornada de protestas fue la más dura que ha tenido que hacer frente la oposición desde el 4 de abril cuando decidieron salir a denunciar el «Golpe de Estado» que dio el Supremo al suprimir la inmunidad parlamentaria y al quitar competencias a la Asamblea Nacional con mayoría opositora. A la muerte de Carlos José Moreno que murió por un tiro en la cabeza en San Bernardino, Caracas; y Paola Ramírez que también recibió un impacto de bala en San Cristóbal, estado Táchira; fue asesinado durante la tensa noche un Guardia Nacional, identificado como Niumar José Berrios, con un tiro, presuntamente atinado por un francotirador.

Entre la madrugada del 19 al 20 de abril, hubo enfrentamientos en diversas zonas de Caracas. En medio del caos se produjeron saqueos en comercios de El Paraíso, actos vandálicos en Los Teques (ciudad satélite de Caracas) y barricadas de fuego en Santa Mónica. En casi todos los escenarios actuó la Guardia Nacional tratando de controlar la situación con lacrimógenas, al igual que ocurrió por la mañana. El Foro Penal contabilizó al menos 500 personas detenidas en toda Venezuela, solo el miércoles, al menos una centena de personas fueron atendidas por traumatismos y asfixia. Ayer, los dirigentes del partido Primero Justicia denunciaron que antes de iniciar la marcha, intentaron apresar a cuatro líderes sociales, pero que la gente impidió que fueran llevados por las autoridades. Ante sus seguidores, Nicolás Maduro planteó tres escenarios: el de retomar el diálogo que fracasó a finales de 2016, la realización de elecciones (sin mencionar de qué tipo) y que los dirigentes opositores que han promovido las manifestaciones respondan por sus acciones ante la justicia. Apuntó hacia Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, y hacia Henrique Capriles Radonski, líder opositor y gobernador del estado Miranda. Al respecto, Borges señaló que «Si esa lucha pasa por el hecho que ellos dicen que vamos a ir presos, yo o quien sea, bienvenido sea porque no importa estar libre en Venezuela cuando en realidad estamos todos presos».