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Francia vence al extremismo y elige permanecer en el corazón de Europa

El candidato socioliberal ganó las elecciones presidenciales francesas con 30 puntos de ventaja sobre su rival, la ultraderechista Marine Le Pen

Emmanuel Macron y su mujer, en su primer discurso tras haber ganado las elecciones presidenciales francesas
Emmanuel Macron y su mujer, en su primer discurso tras haber ganado las elecciones presidenciales francesaslarazon

► Macron derrota a la ultraderecha con un 66,06% de los votos ► Le Pen pierde pero consigue romper su techo electoral ► El centrista promete «hacer todo lo posible para que nadie vote a los extremos» ► Su primera decisión, dimitir de la presidencia de En Marcha

Emmanuel Macron hace historia en Francia. Sin partido, sin haber ocupado antes un cargo electo y con sólo 39 años, el candidato social liberal logró ayer parar los pies a la ultraderechista Marine Le Pen. Se impuso por el 66,06% (unos 20 millones de votos) frente al 33,94% (más de diez millones de sufragios) de la líder frontista. Esta apabullante victoria, no obstante, se ve empañada por una abstención récord (rozando el 25%) y un 6,5% (2,9 millones) de electores que mostraron su malestar con su voto en blanco. Los franceses dieron ayer su confianza a un «outsider» de la vida política que enarbola un europeísmo sin complejos para volver a poner al país en marcha.

Quien sucederá al socialista François Hollande al frente del Elíseo dentro de una semana tendrá por delante la tarea de unir a un país que sale malherido y partido en dos tras la campaña electoral más sucia y agresiva que se recuerda, con «ciberataques» y falos rumores incluidos. Su primera decisión será dimitir este lunes de la presidencia de En Marcha, el movimiento que creó hace un año para presentarse a las elecciones. Su equipo confirmó a la cadena "BFM TV"que a partir de ahora estará "íntegramente consagrado a los franceses"y a su futura labor al frente de la jefatura del Estado.

Creciente división

La batalla electoral ha puesto de relieve la creciente división entre la Francia urbana y cosmopolita y otra rural y en declive tras años de olvido oficial. De ahí que en su primer discurso tras la victoria, Macron se comprometiera a ser el presidente de todos los franceses y tratar así de reducir dicha fractura. Aclamado por miles de seguidores con banderas francesas, europeas y gays, el octavo presidente de la V República acudió anoche a la explanada del Louvre para celebrar junto a las pirámides una victoria que anoche provocó el aplauso unánime de los líderes internacionales, que la consideraron imprescindible para mantener vivo el proyecto de la Unión Europea (UE). «Una nueva página de nuestra historia se abre. Espero que sea la de la esperanza y la confianza», aseguró visiblemente emocionado previamente desde la sede de su partido. «Compatriotas franceses, habéis elegido darnos vuestra confianza. Os lo agradezco profundamente, es una responsabilidad», fueron sus primeras palabras antes de prometer que «haré todo lo posible para ser digno de vuestra confianza». En un mensaje a Le Pen, a la que envío «un saludo republicano» ante los abucheos de los presentes, y sus votantes, se comprometió a «luchar con todas mis fuerzas contra la división que nos abate». «Les hablo a todos los ciudadanos de Francia, sin importar a quién votaron», aseguró. «Sé que las divisiones en nuestro país han conducido a algunos a los extremos», antes de prometer que trabajará para Francia «por la regeneración de la vida política» tras los escándalos que han salpicado la campaña. «Tenemos que afrontar juntos los retos que se nos presentan. No dejaré que me pare ningún obstáculo, actuaré con determinación respetando a todo el mundo».

Macron se comprometió a «luchar por Francia y Europa» y trabajar a favor de la «reconstrucción de los vínculos entre la UE y los ciudadanos europeos». Ante las dudas que ha despertado su rival sobre su capacidad para combatir el yihadismo, el presidente electo, que desfilará hoy junto a Hollande en la Fiesta del 8 Mayo por el final de la Segunda Guerra Mundial, aseguró que «Francia estará siempre en la primera fila en la lucha contra el terrorismo».

«Somos herederos de una gran historia, este mensaje de unidad hay que transmitirlo a nuestros hijos. Defenderé Europa. Es nuestra civilización lo que está en juego», clamó. «Lo que hemos hecho desde hace tantos meses no tiene precedente ni equivalente. Todo el mundo decía que era imposible. ¡Porque no conocían Francia!», subrayó Macron en la Explanada del Louvre.

Derrota agridulce

Por su parte, Marine compareció apenas diez minutos después de cerrar los colegios electorales para reconocer una derrota agridulce. «Los franceses han votado por la continuidad», aseguró antes de «felicitar y desear suerte a Macron». Según la líder del FN, «en la primera vuelta cayó el sistema político de los viejos partidos y tras la segunda nace un nuevo orden, una batalla entre los patriotas y los globalistas».

Marine, la segunda mujer que llega a la segunda vuelta de unas presidenciales francesas, fracasa en su segundo intento por alcanzar el Elíseo, pero su partido ha roto su techo electoral. En sus cinco años como líder de la formación ultraderechista, Le Pen ha logrado rescatar al FN de las cloacas de la República y posicionarlo al mismo nivel del desgastado bipartidismo (socialistas y conservadores) que han gobernado Francia los últimos 60 años. Si logra extrapolar este 35,22% de votos de ayer en las elecciones legislativas del 11 y 18 de junio, el FN contará con un centenar de diputados en una Asamblea Nacional de 577 escaños. Una auténtica proeza que jamás soñó el fundador del partido, Jean Marie Le Pen, que fue perdió con un rotundo 82% frente a 18% por el conservador Jacques Chirac.

En vista de los resultados de ayer, no obstante, los franceses parecen ya no tener tanto pánico a la extrema derecha, que ha pasado de ser batida por 60 puntos a 30. Esa diferencia muestra el gran éxito de Le Pen, haber logrado la «desdiabolización» del Frente Nacional. En un intento de aguar el buen resultado del FN, el patriarca de los Le Pen atribuyó la derrota de su hija al énfasis excesivo que su campaña ha prestado al euro y Europa en detrimento de «problemas más urgentes» como la inmigración.

Las legislativas de junio decidirán si Macron, además de presidir Francia, podrá gobernarla. En un guiño a los demás partidos interesados en formar parte de la futura mayoría gubernamental, anoche, la portavoz de ¡En Marcha!, les animó a hacerlo bajo la marca electoral «la República en Marcha». La jornada electoral se desarrolló entre grandes medidas de seguridad y en medio del estado de emergencia, con 50.000 policías y 7.000 militares desplegados en un país que sigue en máxima alerta terrorista.