Oriente Medio

LA RAZÓN entrevista a representantes de las tres religiones en Jerusalén

Tras el inicio de los nuevos incidentes en Israel

Los tres representantes de las tres religiones entrevistados.
Los tres representantes de las tres religiones entrevistados.larazon

Mustafá Abu Sway / Imán y catedrático musulmán

«Hay otro pueblo en la misma tierra»

Mustafá Abu Sway, titular de la Cátedra Integral de Estudio del Imam Ghazali en la Mezquita de Al Aksa y la Universidad Al Quds, responde a las preguntas de LA RAZÓN sobre el polémico anuncio de Trump. Para Abu Sway, «no hay ninguna embajada en Jerusalén, o sea que la comunidad internacional no aceptó la posición israelí al respecto. Ahora, con este cambio, Trump no toma en cuenta la realidad política en el terreno»

–¿Por qué lo cree? Trump habló también de «dos estados».

–Trump ignora que hay otro pueblo en la misma tierra. Los judíos no están solos. Creo que Trump actuó por su propia decisión, no en nombre del pueblo de EE UU.

–¿Tiene importancia la segunda parte, sus aclaraciones sobre la necesidad de negociar también las fronteras de Jerusalén?

–Si hubiera querido, habría dicho «Jerusalén occidental», pero no lo dijo.

–Pero también usó el término musulmán Haram al Sharif, para referirse a la zona de las mezquitas.

–El hecho de que los musulmanes oren en Al Aksa no responde a las aspiraciones nacionales del pueblo palestino, no respeta el proceso de paz hoy desbarrancado, ni el Derecho internacional.Si hubiera tenido la valentía de decir públicamente que reconoce un Estado palestino en las fronteras del 67, con Jerusalén como capital, sería otra cosa.

–Pero habló de la necesidad de un acuerdo entre las partes, israelíes y palestinos.

Así no son las cosas. Dijo que está de acuerdo con dos estados, si las dos partes lo aceptan. Pero lo que tenía que hacer era exigir a Israel que respete el Derecho internacional.

–¿Usted reconoce el vínculo histórico del pueblo judío con Jerusalén?

Hay que hablar de Derecho internacional y de que Al Aksa está bajo ocupación. No podemos mezclarlo con temas de fe. Las exigencias palestinas no son cuestión de creencias.

David Neuhaus / Sacerdote católico

«¿Cuánta gente morirá por esto?»

El padre jesuíta David Neuhaus fue hasta hace poco el vice patriarca latino de Jerusalén, o sea número dos en la jerarquía de la Iglesia Católica en Tierra Santa. Se retiró para volver a ser docente de Biblia en la Universidad de Belén y el Seminario Salesiano en Bet Jallah. Sobre la decisión de Trump sintió «mucha aprensión, la verdad, ninguna alegría. Hay aquí varios motivos de preocupación. Y el principal es preguntarme cuánta gente morirá por esto. No entendemos para qué. Nos cayó como una bomba atómica porque nos preocupa que esto conduzca a estallidos violentos, a expresiones de ira, a reacciones a todo eso, y el precio humano que se pagará será alto, indudablemente.

– ¿En la parte política, cree que aquí Trump se equivocó?

–Por supuesto. Siempre se reconoció que Jerusalén es un lugar especial y la decisión de Trump lo altera.

–Pero, ¿le preocupa esta situación desde un punto de vista religioso?

–Indudablemente, porque Jerusalén es la ciudad capital de las religiones. Y creemos que esta declaración apunta a intentar cambiar esa situación. Creo que esto deja la sensación de que la intención es alegar que Jerusalén es solamente judía. Claro que es judía, pero también es cristiana y musulmana.

–¿Cuál es la solución?

–Quisiéramos que Jerusalén quede fuera de la confrontación, pero temo que la postura que Trump ha adoptado, la introduce más profundamente en los problemas.

–Usted dice que teme violencia. Los israelíes creen que la base del problema es que los musulmanes no reconocen su vínculo histórico con Jerusalén.

Claro que los judíos tienen vínculo con Jerusalén. Es indudable. Muchos musulmanes dicen que no es cierto. Los cristianos negaron el vínculo de los otros en el pasado. Todos tenemos que analizar nuestras propias actitudes, porque no aceptamos al prójimo. Y debemos comenzar por Jerusalén.

David Rosen / Rabino judío

«La vida diaria en Israel no cambiará»

Dedicado desde hace décadas al diálogo interreligioso con cristianos y musulmanes, dentro y fuera de Israel, al preguntarle si celebra la decisión de Trump, reconoce que no cree «que esto cambie algo en la vida diaria en Israel. Jerusalén es la capital y la realidad es mucho más importante que las declaraciones. Pero claro que es bueno que él lo reconozca».

–¿Aportará algo en la práctica?

–La pregunta es a qué aspira. Si Trump quiere solucionar el conflicto, no estoy tan seguro de que esto ayude. Si realmente logra acercarse a un acuerdo, sería una bendición.

–Muchos alertan de la violencia. ¿Hay que guiarse por ello?

–Claro que no se puede uno guiar por los extremistas. Ellos no lograrán nada. Israel no sólo está en control, sino que es fuerte y ya ha demostrado que cuando le atacan, sabe responder. Pero en la vida hay que intentar llegar a puntos intermedios, actuar con inteligencia.

–¿Funcionará esto en Jerusalén?

–Siempre es más fácil sembrar temor, odio y miedo que actuar con respeto y cooperación, en diálogo. No sólo aquí, sino en el mundo.

–Usted habla con los musulmanes que participan en el diálogo interreligioso. ¿Interpretan en forma correcta a Israel?

–Tienen un temor auténtico de que Israel quiere violar sus derechos religioso. Debemos lograr mostrar al mundo musulmán la realidad. Y también saber garantizar buenos servicios a los palestinos de Jerusalén oriental. Las cosas deben ir juntas.

–¿Cómo ve la situación de los cristianos en esta ecuación?

Creo que se hallan en una situación singular. A puertas cerradas reconocerán su libertad bajo soberanía israelí, pero no pueden decirlo públicamente porque son minoría en una sociedad musulmana palestina. la política es aplicar aquella parte de tu ideal que las circunstancias te permiten. Y yo sé desde diciembre del año pasado que los españoles nos han exigido a todos pactos y cesiones. Dicho esto, creo que no debemos equivocar las prioridades. La prioridad es mantener la recuperación económica y seguir creando empleo al ritmo de medio millón de puestos de trabajo cada año; eso es lo prioritario para mí. Ésa es mi única línea roja.