Túnez

La tortura repunta en Túnez arrastrada por la lucha antiterrorista

Desde 2011 se han producido al menos seis muertes bajo custodia en circunstancias que no se han investigado efectivamente

Policías tunecinos detienen a un sospechoso tras los atentados de Susa.
Policías tunecinos detienen a un sospechoso tras los atentados de Susa.larazon

Habitual en tiempos de la dictadura de Zin El Abidín Ben Alí (1987-2011), la práctica de la tortura ha rebrotado en Túnez tras haber descendido considerablemente durante la transición gracias al compromiso de las autoridades y a la ayuda internacional.

Habitual en tiempos de la dictadura de Zin El Abidín Ben Alí (1987-2011), la práctica de la tortura ha rebrotado en Túnez tras haber descendido considerablemente durante la transición gracias al compromiso de las autoridades y a la ayuda internacional.

Un rebrote contra el que siguen luchando los jueces y la sociedad civil y que tiene dos explicaciones principales: la ley antiterrorista aprobada recientemente para frenar el auge del yihadismo y la falta de instrucción y conocimiento legales de las fuerzas de seguridad.

Según el último informe de Amnistía Internacional sobre la tortura en el país norteafricano, desde 2011 se han producido al menos seis muertes bajo custodia en circunstancias que no se han investigado efectivamente o en las que las investigaciones no han desembocado en un enjuiciamiento criminal.

"Antes de la revolución (que acabó con Ben Ali) la tortura estaba extremadamente extendida en Túnez, se practicaba a casi todos los niveles. Tanto en las comisarías de Policía como en las prisiones, e incluso se podía ver en las calles", explica a Efe Fathi Zabaar, experto legal tunecino.

"Desde la revolución de 2011 la situación ha cambiado drásticamente y podemos ver ya cambios en las instituciones legales e incluso en las fuerzas de seguridad, pero eso no significa que la tortura se haya erradicado en Túnez, todavía hay gente que pierde la vida torturada", recuerda.

Asesor del Instituto de Derechos Humanos de la "International Bar Association"(IBAHRI), Zabaar es uno de los expertos que durante esta semana ha participado en un seminario para formar jueces y establecer patrones para la erradicación la tortura, especialmente habituales en acusaciones de terrorismo.

Un proyecto iniciado hace tres años y que como primer resultado ha producido un libro de guías generales para jueces y abogados y que pretende que en los próximos años se convierta también en manual de procedimiento en comisarías y prisiones.

"Hay una vertiente de formación de formadores que ha permitido la instrucción de 80 jueces y que tenía como objetivo que jueces y procuradores se familiarizasen con la normativa internacional", señaló a Efe Naia Ghaoui, coordinadora local de la ONG "Dignity"en contra de la tortura.

Wassef Jelaiel, abogado general y funcionario de Ministerio de Justicia, insistió, por su parte, en el compromiso del ministerio de Justicia de ampliar esta fase de formación a responsables de las fuerzas de Seguridad.

En este marco, uno de los objetivos futuros es lograr que se apruebe una ley que invalide las pruebas y confesiones que se extraen a través de la tortura.

Un objetivo que los expertos coinciden se ha visto obstaculizado por la ola de atentados terroristas que sacudieron Túnez a lo largo de 2015, tanto en a capital como en la región de Kaserin, una zona montañosa en la frontera con Argelia en la que desde 2011 se atrincheran grupos fanáticos armados.

El pasado año, 72 personas, 60 de ellas turistas extranjeros, perdieron la vida en tres grandes atentados que se atribuyó el grupo radical local "Ansar al Sharia", vinculado tanto a la organización yihadista Estado Islámico como a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

La oleada de ataques, especialmente en las montañas, llevó al gobierno a recuperar la Ley de Emergencia, un recurso de la dictadura que permite las detenciones arbitrarias y la reclusión sin cargos, y a aprobar una ley antiterrorista que no garantiza el respeto absoluto de los derechos humanos.

Instrumentos que en manos de jueces y policías nerviosos, presionados y sin formación, ha aumentado los casos de abusos hasta llegar a situaciones ridículas.

"Los jueces tienen que lidiar con casos de terrorismo que están lejos de ser delitos de terrorismo. Hemos visto casos de gente que ha sido arrestada porque olía como si hubiera estado en las montañas, algo que para las fuerzas de seguridad era prueba suficiente para juzgarlo por terrorismo", indica Zabaar.

"Esto nos demuestra que las fuerzas de seguridad carecen de un entrenamiento legal apropiado, que realmente no calibran los casos y demuestra una mentalidad en la que el terrorismo es la prioridad número uno", agrega.

Amnistía Internacional también recibió información sobre estas detenciones arbitrarias, sobre torturas, malos tratos a detenidos mientras estaban en prisión el año pasado, tras ser arrestados por terrorismo.

Según algunos de esos testimonios, las víctimas eran sometidas a descargas eléctricas, incluso en los genitales, y a una postura en tensión conocida como "pollo asado"en la que se las esposa de pies y manos a un palo.

Algunas también fueron abofeteadas y obligadas a desnudarse, y recibieron amenazas contra sus familias para tratar de que firmasen una confesión falsa.

Javier Martín/Efe