Guerra en Ucrania

La UE media para evitar otra «guerra del gas»

Kiev comienza la retirada de armamento pesado de las regiones secesionistas

Un miliciano secesionista vigila a un grupo de prisioneros de guerra ucranianos en el aeropuerto de Donetsk
Un miliciano secesionista vigila a un grupo de prisioneros de guerra ucranianos en el aeropuerto de Donetsklarazon

Las amenazas que llegan de Rusia para cortar el gas a Ucrania y la suspensión del suministro en las regiones de Donetsk y Lugansk por parte de Kiev han llevado a la Unión Europea a interceder de nuevo en el conflicto por el gas ruso. El vicepresidente de la Comisión Europea para la Unión Energética, Maros Sefcovic, ha invitado el lunes a los ministros de Energía de los dos países a reunirse en un marco trilateral para intentar solventar sus diferencias. La Comisión Europea está a la espera de recibir la confirmación oficial por parte de los invitados, según explicaba en rueda de prensa la portavoz de Energía de la CE, Anna-Kaisa Itkonen. De cerrarse los detalles, sería la primera reunión en la que participa el nuevo equipo de Energía de Jean-Claude Juncker, liderado por el vicepresidente eslovaco y el comisario español de Energía, Miguel Arias Cañete.

Después del recién firmado alto el fuego en el este de Ucrania y del cumplimiento de alguno de los acuerdos de Minsk, ahora llega la guerra del gas. Las regiones prorrusas en el este de Ucrania no lo reciben. Para esclarecer la causa hay dos versiones. La ucraniana, que asegura que la situación se debe al deterioro de los conductos por el conflicto, y la rusa, que acusa a Kiev de haber cortado el grifo deliberadamente. Vladimir Putin tachaba la actuación de Ucrania de «genocidio».

Desde Bruselas se evita cualquier tipo de posicionamiento en esta situación. Son conscientes no sólo de la tensa relación que mantienen ambos países, que ha vivido momentos que no se recuerdan desde la Guerra Fría, sino también de la sensibilidad que conlleva todo lo relacionado con el tema del gas ruso. Un corte de suministro por parte de Moscú podría afectar a Europa duramente. En este sentido se expresaba el portavoz del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas. «La manera más segura de mediar es tomar distancia de lo que haya causado la situación», afirmaba.

Bruselas espera que ambas partes respeten el acuerdo que tanto costó firmar en octubre, después de que Rusia cortara el suministro de gas a Ucrania a mediados de junio por facturas sin pagar. La firma del protocolo fue el broche de oro para el anterior equipo europeo. Durao Barroso se despedía con honores después de conseguir que Moscú y Kiev acercaran posturas para asegurar el suministro no sólo a Ucrania sino a Europa. Se garantizaba entonces el gas ruso, previo pago por adelantado, durante todo el invierno, incluido el mes de marzo. «El paquete de invierno todavía está en vigor. Vamos a invitar a las partes aquí e intentaremos mediar una solución para esta cuestión», señalaba la portavoz europea de Energía.

La UE es energéticamente dependiente. No sólo no produce la energía que necesita para satisfacer la demanda, sino que muchos de los Estados miembros dependen en un 80% o 100% de un único proveedor: Rusia. Alrededor de un tercio del gas que consume la UE proviene de Gazprom y aproximadamente la mitad viene a través de Ucrania. Después de la crisis en el este de Ucrania, la opción que plantea España de desarrollar interconexiones que le permitan llevar gas del norte de África y América se vuelve cada vez más interesante, porque aunque no acabe con esa dependencia totalmente, ayudaría a diversificar el mercado y evitar que el precio a pagar se salga del mercado.

Sobre el terreno, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania anunció ayer que ha comenzado a replegar su armamento pesado de la línea de frente en el este del país. «En cumplimiento de los acuerdos alcanzados en Minsk el 12 de febrero, Ucrania comienza a retirar piezas de artillería de 100 milímetros de la línea de separación de fuerzas», se afirma en el comunicado. «Ucrania demanda un acuerdo total de alto el fuego. En el caso de que se proceda a un intento de ofensiva, la retirada de armamento puede ser revisada», añade el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.

Por su parte, las fuerzas prorrusas ya habían anunciado esta medida hace dos días. Sin embargo, Kiev no ha tomado la decisión de retirar el armamento pesado hasta asegurarse de que el alto el fuego se cumplía desde el bando rebelde. El repliegue forma parte del «punto dos» de los acuerdos alcanzados en Minsk.

El Acuerdo de Minsk se abre paso

50 kilómetros alrededor de Donetsk y Lugansk deben ser desmilitarizados por ambas partes, según Minsk II

- Repliegue condicionado. El Gobierno ucraniano ha comenzado a retirar su armamento pesado del este del país una vez que ha constatado que el alto el fuego empieza a respetarse.

- Críticas de la OSCE. La organización de seguridad acusa tanto a Kiev como a los separatistas de impedirles moverse por la zona para verificar el desarme y el alto el fuego.

Reuters