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Las FARC abandonarán las armas 180 días después de la firma del acuerdo de paz

El acuerdo firmado contempla, como principal punto, un alto el fuego "bilateral y definitivo"y la "dejación de las armas"por parte de las FARC

El delegado de las FARC en Cuba, Rodrigo Londoño Echeverri, alias "Timochenko"(d) y el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos (i) junto a el presidente de Cuba, Raúl Castro (c) sostienen en sus manos el acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC, durante la ceremonia en La Habana (Cuba)
El delegado de las FARC en Cuba, Rodrigo Londoño Echeverri, alias "Timochenko"(d) y el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos (i) junto a el presidente de Cuba, Raúl Castro (c) sostienen en sus manos el acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC, durante la ceremonia en La Habana (Cuba)larazon

El Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC) han anunciado este jueves que la guerrilla completará el proceso de abandono de las armas en un plazo de 180 días después de la firma del acuerdo final de paz, dentro de una 'hoja de ruta' que incluye un alto el fuego "bilateral"y "definitivo".

En poco más de seis meses las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) abandonarán total y definitivamente las armas. Ése es el plazo fijado por el Gobierno y la guerrilla en el acuerdo del cese al fuego bilateral y la dejación de armas firmado ayer en La Habana en un solemne acto. Además, las FARC aceptan el monopolio de la fuerza pública y reconocen al Estado colombiano al acatar el plebiscito como fórmula para refrendar el acuerdo de paz.

La hoja de ruta detallada en un comunicado conjunto establece el inicio del desarme a partir del “Día D”, el cierre del acuerdo final, que “se firmará en Colombia”, como anunció en su intervención el presidente Juan Manuel Santos, quien se definió como un “implacable adversario de las FARC” que ahora defenderá “con igual determinación su derecho (de la guerrilla) a expresarse y a la vía política, así nunca estemos de acuerdo".

Cinco días después de la firma final, “las misiones de las FARC -88 frentes en total- se desplazarán” hacia 23 zonas de concentración, denominadas como “zonas veredales transitorias” para “iniciar la dejación de armas y preparar la reincorporación a la vida civil”, reza el acuerdo firmado ayer con el famoso “balígrafo” –un bolígrafo en forma de bala–, en un evento presidido por el presidente cubano, Raúl Castro, con la presencia del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y de cinco presidentes extranjeros que acompañaron a los representantes del Gobierno y las FARC, vestidos de camisa blanca.

El desarme puede durar entre 150 y 180 días y, una vez finalizado, se dará por “terminado el funcionamiento de esas zonas”, que contarán con un perímetro de un kilómetro de seguridad y no podrá acceder la población civil. Durante ese periodo, 70 guerrilleros podrán movilizarse a nivel nacional en tareas de misión de paz, bajo la protección de la fuerza pública. En ese sentido, el jefe máximo de las FARC, Timoleón Jiménez, alias Timochenko, tendió la mano al trabajo conjunto con el Ejército: "Fuimos adversarios, en adelante tendremos que ser fuerzas aliadas por el bien de Colombia", manifestó en un inédito discurso en tono político, donde justificó la lucha armada y rehusó pedir perdón por los crímenes cometidos en los 52 años de la organización.

El armamento se entregará en su “totalidad” a la ONU, único garante de ese proceso, que movilizará a 400 efectivos –entre otros, 50 españoles– a territorio colombiano para las tareas de supervisión. El material recibido se fundirá para construir tres monumentos que se instalarán en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, en La Habana y en Colombia.

El momento más aplaudido del acto en el Salón de Protocolo del lujoso complejo habanero de El Laguito se produjo con la lectura del punto que recoge el compromiso entre “el Gobierno y las FARC acogerán como fórmula para la refrendación del proceso de paz el mecanismo que avale la Corte Constitucional”. Es decir, la vía del plebiscito, que actualmente estudia el poder judicial, cuando hasta ahora la delegación de la guerrilla apostaba por la Ley Constituyente y se había convertido en uno de los principales escollos del proceso. Esta aceptación representa el sometimiento de las FARC al poder público y el reconocimiento de la legalidad del Estado. De aprobarse, el referéndum se celebrará al menos un mes después de la firma del acuerdo definitivo. Culminado el desarme, la guerrilla más antigua de Latinoamérica se convertirá en movimiento político tras más de medio siglo de guerra.