Las «ratoneras» europeas

–¿Considera que el Gobierno francés ha reaccionado demasiado tarde a la hora de solucionar la crisis humanitaria que se vive en «la Jungla» de Calais?

–Las condiciones de los refugiados en este campo era inhumanas. Desde la primavera de 2015 la situación viene siendo insostenible. Vivían en tiendas de campaña y refugios de plástico, incluso en contenedores de carga convertidos en «casas». Si bien estaban cubiertos los servicios básicos, éstos estaban lejos de ser suficientes para abordar las necesidades de los más de 10.000 personas que ha llegado a acoger Calais.

–Se reubicará a los refugiados que ya están en el campo, pero ¿qué harán con los que siguen llegando? ¿Sigue en pie la intención de Reino Unido de construir el «muro de contención»?

–La construcción de ese muro es un simple parche y además ineficaz, ya que lo que hará será bloquear un tramo de un kilómetro, por lo que los refugiados encontrarán otros caminos o vías para llegar a Reino Unido. Un muro no es más que una manera de detención informal.

–¿La decisión del Gobierno francés de reubicar a refugiados en campos por todo el país puede ser un ejemplo de solidaridad para otros países que sufren el fenómeno de la migración masiva?

–En su conjunto, la Unión Europea no está «gestionando» esta crisis, sino expulsándolos de sus fronteras. Estas medidas lo que pretenden es en realidad impedir el flujo de migrantes en el interior de Europa. Los procedimientos no han sido de solidaridad con ellos, sino impedir su entrada. Debido a que muchos inmigrantes y refugiados seguirán tratando de entrar en Europa, sean cuales sean los obstáculos que debas superar, lo que nos encontraremos es con una acumulación de exiliados en las fronteras, especialmente en Italia y Grecia. Lo que hemos visto hasta ahora en Calais no es sino un reflejo a pequeña escala de lo que ocurre en los países del sur.

*Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Birmingham