Irak

Turquía enturbia la estrategia para liberar Mosul

Fuerzas turcas realizan una incursión en territorio iraquí pese al rechazo de Bagdad

Vehículos blindados del Ejército iraquí durante un operativo en Bashiqa, cerca de Mosul
Vehículos blindados del Ejército iraquí durante un operativo en Bashiqa, cerca de Mosullarazon

Fuerzas turcas realizan una incursión en territorio iraquí pese al rechazo de Bagdad

Una semana es el tiempo que ha dado el Ejecutivo turco para sumarse militarmente a la ofensiva sobre Mosul. Según Ankara, han sido las fuerzas «peshmerga» quienes han solicitado la colaboración de sus tropas, que se encuentran en la base militar que ocupan en Bashiqa, al noroeste de la ciudad. Allí, Turquía cuenta con al menos 700 soldados que hasta ahora entrenaban supuestamente a los «peshmerga» y a los milicianos suníes en la lucha contra el Estado Islámico (EI). Tras semanas de insistencia, el Ejército turco intervino ayer en la ofensiva para liberar Mosul, tal y como confirmó el primer ministro turco, Bilani Yildirim: «Turquía ha prestado apoyo a los ‘pesmerga’ con artillería, tanques y morteros Firtina». Sin embargo, esta información ha sido negada por el portavoz de las fuerzas armadas kurdas, Yabar Yawar, que ayer recalcó: «No existe coordinación alguna entre el Ministerio ‘peshmerga’ y las fuerzas turcas. Sólo coordinamos nuestras acciones con las Fuerzas Armadas Federales de Irak y la comandancia de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos». Dicha colaboración, además, fue negada por la comandancia del Gobierno iraquí.

Fue en 2015 cuando Turquía entró en Irak con la excusa de instruir a las milicias populares que combaten al EI desde 2014. Desde entonces, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irak ha calificado la presencia de los militares turcos como «acciones hostiles que violan la soberanía del país». Por su parte, las razones que Ankara ofrece para justificar su presencia en Irak se remontan a la época del Imperio Otomano. «En Mosul yace nuestra historia y es considerada una ciudad turca», declaró la pasada semana el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Estas declaraciones han incendiado a la opinión pública iraquí y a los partidos chiíes, dominantes en el Gobierno de Bagdad, que ya manifestaron el pasado 5 de octubre su disconformidad. «La presencia de Turquía en la base militar de Bashiqa no tiene ningún sentido», dijeron.

La participación del país anatolio en la ofensiva sobre Mosul llega, además, en un momento tenso. El pasado sábado, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, trató de persuadir al primer ministro iraquí, Haider Abadi, para que Ankara desempeñara un rol dentro de la operación para liberar Mosul. Sin embargo, desde Bagdad la respuesta fue contundente. «Sé que los turcos quieren participar, les decimos gracias, pero ésta es una batalla que los iraquíes deben resolver: liberar Mosul y el resto de territorios», declaró Abadi.

Según explica a LA RAZÓN el activista kurdo, Rebaz Gawhar, «Erdogan es la mayor amenaza para la nación kurda. Utiliza a Masud Barzani, presidente del Kurdistán iraquí. Turquía hará todo lo posible para frenar el avance de los kurdos. Está bombardeando al EI en Irak para disfrazar sus verdaderas intenciones». Por su parte, el experto en sociología de la Universidad de Hacettepe Barish Tugrul, matiza: «Turquía busca presionar a los kurdos abriendo otro frente en el Kurdistán y así dañar su capacidad militar. Pero Barzani no quiere perder poder en la región, por ello es capaz de aliarse con los turcos y debilitar con ello la presencia del PKK en la región».

Por otra parte, durante la jornada de ayer, combatientes yazidíes apoyados por EE UU bloquearon una ofensiva lanzada por el EI en el distrito de Sinjar, situado al oeste de Mosul. El ataque fue un intento de distraer la atención de las fuerzas iraquíes, que se encuentran a tan sólo 5 kilómetros del último bastión del EI. En esta ocasión, la organización terrorista habría empleado la misma técnica que usó para dividir a las fuerzas iraquíes en Kirkuk.