Represión en Venezuela

Las zancadillas de la dictadura chavista

La Razón
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-¿Hubo fraude o desencanto entre los antichavistas?

-Este domingo se reafirmó el peso del descarado intervencionismo estatista. En numerosas mesas no se permitió la incorporación de observadores opositores, hubo compra de votos en las mesas de votación, más de 700.000 electores fueron reubicados en el territorio nacional a tan sólo 48 horas de la votación. Hubo utilización de la infraestructura de empresas del Estado, ministerios e institutos autónomos en apoyo abierto a candidatos oficialistas, apertura retrasada de centros de votación de tradicional voto opositor para ahuyentar al elector, asalto a mano armada de bandas de choque oficialistas a centros de mayoría opositora, despidos y amenazas a los empleados públicos que no votaran por el oficialismo. La magnitud del fraude es tal que en el estado de Amazonas el Gobierno dice que sacó el 59,85% y la oposición el 46,74, lo que sumaría 106,74%.

-¿Se equivocó la oposición al concurrir a estas elecciones?

-Había que ir a votar para que el Gobierno, ante el mundo entero, cometiera el delito y quede una vez más demostrado su carácter ilegítimo y fraudulento.

-¿Cuáles son las lecciones para la oposición venezolana?

-En primer lugar, cuando calificamos a un régimen de dictadura no es en vano: que las dictaduras ejercen su condición hasta el final, hasta que son echadas del poder por las vías constitucionales. En segundo lugar, que hay que propiciar la más amplia unidad. La coalición de la MUD por sí sola es incapaz de superar los obstáculos de la dictadura, contra la que hay que luchar no sólo en el terreno electoral, también en lo social. En tercer lugar, que debemos apoyarnos en la comunidad internacional que vigila permanentemente los desmanes de la dictadura. Y en cuarto lugar, que hay que demostrar con las actas en la mano que hubo un fraude gigantesco. Por lo demás, esto es un episodio, hay que levantarse, sacudirse el polvo y afrontar el próximo paso para enfrentarse a la dictadura.

-Ya no hay protestas antichavistas en las calles. ¿Ha derrotado el Gobierno a la oposición en las ciudades?

-No. Lo que existe es un repliegue por la falta de coherencia opositora. Cada partido por sí solo no logrará derrotar al chavismo. Por tanto deben propiciar un Frente Nacional por la Reconstrucción capaz de reunir a todos los sectores democráticos. Lo que existe es una profunda indignación ante las tropelías de una dictadura que, sabiéndose minoritaria y aborrecida, le pinta la cara al pueblo, diciéndole «aquí nos quedaremos hasta que nos dé la gana» gracias al apoyo del estalinismo cubano y de los cómplices del Foro de Sao Paulo, de los chulos del Alba y de los depredadores del siglo XXI, China, Irán, Rusia.