Política

Venezuela

Llegó la hora de Capriles

La Razón
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Al candidato de la oposición venezolana Henrique Capriles Radonski está a punto de llegarle el momento de resarcirse de la dudosa derrota que Hugo Chávez le infringió el 7 de octubre pasado. Y la oportunidad se le va a presentar como caída del cielo. Si la enfermedad del líder bolivariano termina por hacerlo desaparecer del escenario político, irremediablemente habrá que convocar unas nuevas elecciones presidenciales. Y en esta coyuntura Capriles debe actuar con la serenidad y clarividencia que recomienda la política cuando se escribe con mayúsculas. Es evidente que el chavismo sin Chávez está tocado, lo demuestran la preocupación, desazón, angustia y hasta el miedo que exhiben los partidarios llamados a sustituir al locuaz presidente. Si esto es así ahora, es obvio que la desaparición política de Chávez conducirá a un mayor desconcierto, desesperación y frustración en las filas chavistas. Será en esas circunstancias en las que se verán obligados a convocar unas nuevas elecciones y la oposición política venezolana deberá aprovechar este momento histórico con sapiencia y paciencia. Es indudable que Capriles es el hombre mejor situado para una contienda. Su imagen se construyó en una campaña electoral que aún está fresca y sería un despropósito dejar de aprovechar esta estela que aún mantiene a su favor como candidato de una oposición unida para derrotar al chavismo. Si las elecciones se celebran durante el primer semestre del año, la opción de Capriles como candidato es lógica. Y a medida que pase el tiempo las condiciones mejorarán para el candidato opositor, pues la desbandada en las filas chavistas será inevitable. El liderazgo opositor debe asegurar que se mantenga la unidad y dedicarse a trabajar el voto popular y rural. Obviamente en la oposición hay muchas figuras que calzan suficientes méritos para optar a esa candidatura, pero es cuestión de presentar el candidato que se encuentra en óptimas condiciones para dar el primer paso que permita rescatar la democracia venezolana. Tras un periodo de transición, se abrirán las opciones para otros. Hay un obstáculo que es indispensable salvar: con el chavismo debilitado, las elecciones presidenciales tienen que celebrarse en un marco de transparencia total. No son aceptables las condiciones que se han mantenido hasta ahora y Capriles lo sabe. Los líderes de la Mesa de la Unidad Democrática tienen la responsabilidad ineludible de asumir este reto. El voto deberá ser manual, sin máquinas electrónicas ni captahuellas. El padrón electoral deberá ser auditado y las urnas electorales deberán ser transparentes. Sólo así podremos recuperar la confianza en la democracia.Tenemos listas las urnas para las 39.322 mesas electorales. Es ahora o nunca. En un proceso electoral transparente e imparcial, Capriles puede dar frente al «heredero» Nicolás Maduro: la definitiva victoria de la oposición despues de 14 años de chavismo.