Elecciones en Reino Unido

Los escoceses dan la espalda a un segundo referéndum

Los independentistas pierden terreno y se dejan 21 escaños respecto a 2015. El liderazgo de Sturgeon (SNP) queda seriamente dañado.

Escocia ha mostrado escaso apetito por una nueva consulta soberanista
Escocia ha mostrado escaso apetito por una nueva consulta soberanistalarazon

Los independentistas pierden terreno y se dejan 21 escaños respecto a 2015. El liderazgo de Sturgeon (SNP) queda seriamente dañado.

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, presentó estos comicios como la mejor oportunidad de reforzar su liderazgo con el nuevo órdago independentista lanzado a Westminster. Sin embargo, los escoceses le han dado la espalda. El SNP sufrió un fuerte revés electoral, y aunque fue la fuerza política más votada en la región, perdió 21 escaños. Muchos de ellos les fueron arrebatados además por los conservadores, lo que incrementa aún más la humillación, ya que eran precisamente los «tories» los que más se oponían a otro plebiscito independentista.

Si en 2015 el SNP hacía historia consiguiendo 56 de los 59 escaños con los que cuenta la región en Westminster, en estas elecciones generales se ha quedado con 35 asientos. Algunas de las pérdidas fueron especialmente significativas, como la de Angus Robertson, número dos de Sturgeon, que no logró revalidar su puesto al quedar por detrás del candidato conservador, Douglas Ross.

Tampoco el que fuera ministro principal de Escocia, Alex Salmond, considerado en su día como el «Braveheart del siglo XXI», consiguió retener su asiento en Westminster. Le arrebató el escaño la líder del Partido Conservador Escocés, Ruth Davidson, quien recalcó tras su triunfo que la idea de un segundo plebiscito independentista estaba «muerta».

Lo cierto es que la figura de esta mujer de 38 años –es la líder más joven que ha tenido la formación al norte de la frontera– es clave para entender el triunfo cosechado por los «tories» en Escocia en estas generales, donde han ganado doce escaños más respecto a 2015. Mientras que el SNP ha conseguido 35 (pierden 21), los conservadores se han hecho con trece, los laboristas con siete (seis más) y los liberal demócratas con cuatro (tres más).

«Davidson es un perfil realmente interesante y es la gran responsable del cambio de la imagen del partido», asegura Simon Hix, profesor de Políticas en la prestigiosa London School of Economics. «Es joven, abiertamente homosexual y viene de un ‘‘background’’ muy diferente al típico candidato ‘‘tory’’. Tiene un discurso social liberal y una imagen moderna, más cercana a David Cameron o George Osborne. Éste es el tipo de Partido Conservador que funciona en Escocia», explica.

Por su parte, tras su gran batacazo, la ministra principal escocesa hizo autocrítica y declaró que era «importante hacer una pausa» para efectuar un análisis de estos resultados y escuchar «al electorado». Asimismo, dijo que Theresa May había perdido «toda la credibilidad» y debía abandonar sus planes de un Brexit duro.

Con todo, insistió en que la «cuestión constitucional» sobre la independencia de Escocia no de-saparecerá del panorama político. «Tarde o temprano, todas las partes deberán hacer frente a este asunto, si bien no quiero ir hoy más allá», afirmó Sturgeon, quien rindió también un homenaje a los pesos pesados de su partido que han perdido su escaño.

«Sin duda, el asunto del referéndum de independencia ha sido un factor en el resultado de las elecciones, pero creo que ha habido también otros factores», señaló tras las críticas de sus propias filas, donde muchos consideran ahora que haber vuelto a plantear las urnas ha sido un grave error.

En 2014, Escocia celebró un histórico referéndum donde el «no» a la independencia se impuso con el 55,3% de los votos, frente al 44,7% de los partidarios de la secesión. El SNP aseguró que aquel voto era «único» en una generación. Sin embargo, tras el triunfo del Brexit, Sturgeon consideró que tenía legitimidad para sacar de nuevo las urnas y, a principios de este año, anunció la votación de otro plebiscito para el otoño del próximo año o la primavera de 2019. Aunque el Parlamento de Edimburgo –donde el SNP cuenta con mayoría– respaldó su propuesta con el apoyo de los Verdes, May rechazó cualquier tipo de diálogo al respecto hasta completar el Brexit.

Y fue entonces cuando, al presentar su manifiesto para estas elecciones, la líder independentista suavizó el tono fijando la fecha del referéndum para el final de la negociación con Bruselas. Sturgeon dijo en mayo que la votación debería celebrarse «no ahora, sino cuando los términos finales del acuerdo sean conocidos». Sin embargo, tras el varapalo en las generales y el buen resultado «tory» al norte de la frontera sus planes separatistas se han ido al traste.