Estados Unidos

Trump y los demócratas ultiman un acuerdo para salvar a los «dreamers»

El acercamiento del presidente a la oposición crea desconcierto entre las filas republicanas.

El presidente de EE.UU., Donald Trump (c), habla durante un reunión bipartidista del congreso estadounidense ayer
El presidente de EE.UU., Donald Trump (c), habla durante un reunión bipartidista del congreso estadounidense ayerlarazon

El acercamiento del presidente a la oposición crea desconcierto entre las filas republicanas.

Donald Trump y los líderes de la minoría demócrata del Congreso acarician un acuerdo para evitar la deportación a los cerca de 800.000 jóvenes indocumentados, que estaban protegidos por la conocida ley DACA (Acción Diferida de Llegadas durante la Infancia) hasta que el actual inquilino de la Casa Blanca decidió suspender el decreto de Obama la semana pasada.

Trump aseguró ayer que «estaba bastante cerca» de pactar con los demócratas para proteger a los conocidos como «dreamers» (extranjeros que llegaron a EE UU siendo menores de edad). El presidente confirmaba así las informaciones sobre un entendimiento en torno al DACA que surgieron el miércoles por la noche tras una cena en la Casa Blanca con los líderes demócratas del Senado, Chuck Schumer, y la de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosy. Trump también precisó que el acuerdo incluía «un control fronterizo masivo» y apuntó que «el muro [con México] vendrá después». El presidente y los demócratas matizaron que, aunque no hay todavía un «acuerdo final» para dar protección legal a los «dreamers», están cerca de lograrlo y trabajan conjuntamente en los detalles del mismo.

A preguntas de la Prensa, el magnate aseguró que había comunicado el principio de acuerdo a los líderes republicanos del Congreso, Paul Ryan y Mich McConnell, y que ambos estaban «en la negociación». Pero lo cierto es que éste es el segundo acuerdo que fragua con los demócratas en los que deja al margen a su propio partido. Hace unos días, el presidente pactó con la oposición el aumento del techo de gasto, los presupuestos y la ayuda para el huracán Harvey. Entonces, los republicanos expresaron su malestar en privado por el hecho de que Trump no les hubiera incluido. Incluso, el portavoz de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, muy crítico con Trump durante la campaña, quedó en evidencia al tachar de «ridículo» un entendimiento del presidente con los demócratas momentos antes de que el magnate le confirmase el acuerdo. El acercamiento de Trump a los demócratas se interpretó como un gesto de venganza después de que los senadores republicanos le tumbasen su reforma sanitaria para sustituir el «Obamacare». El presidente necesita avanzar en su agenda política y si su partido, profundamente dividido entre tribus políticas, no le respalda, él quiere demostrar que es capaz de llegar a acuerdos con la oposición.

Ya lo advirtió hace una semana, cuando anunció la derogación de DACA y dio al Congreso un plazo de seis meses antes de terminar esta ley a la espera de que se presentase una reforma para sacar a estos indocumentados del limbo. Entonces, antes de emitir el comunicado, escribió en Twitter a primera hora de la mañana: «Congreso, prepárese para hacer su trabajo –¡DACA!». La suspensión del decreto de Obama que garantizaba la protección de los menores inmigrantes fue duramente criticada por ambos partidos.

Los demócratas han priorizado la necesidad de protección de este sector más vulnerable, por lo que están dispuestos a ceder en la política fronteriza sin mojarse sobre la construcción del muro. Schumer y Pelosi emitieron un comunicado conjunto en el que informan de que «lo que queda por negociar son los detalles de la seguridad fronteriza». Insistieron en que el controvertido muro con México estaba fuera de este acuerdo, pero admitieron que el presidente les «dejó claro» que su intención es «continuar presionando para su construcción más adelante». El propio Trump, a su llegada a Florida, quiso hacer frente a las críticas vertidas por sus aliados republicanos o el portal Breibart News, que acusan al mandatario de promover una «amnistía». Negó la acusación y aseguró que sólo se trata de «dejar que los ‘‘soñadores’’ se queden aquí».