Crisis migratoria en Europa

Merkel pedirá ayuda a la OTAN para aliviar la crisis de refugiados

El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, advierte a la canciller de que su país «no cargará con todo el peso» de la acogida de exiliados, mientras mantiene su frontera cerrada a los miles de sirios que huyen de Alepo.

Familias de refugiados buscan dónde acampar al aire libre a la espera de obtener el permiso para cruzar a Turquía desde Siria
Familias de refugiados buscan dónde acampar al aire libre a la espera de obtener el permiso para cruzar a Turquía desde Sirialarazon

El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, advierte a la canciller de que su país «no cargará con todo el peso» de la acogida de exiliados, mientras mantiene su frontera cerrada a los miles de sirios que huyen de Alepo.

La actual ofensiva del régimen sirio en Alepo ha provocado una de la mayores crisis de desplazados. Más de 45.000 sirios habrían huido desde el viernes ante el avance de las tropas gubernamentales en las localidades rebeldes del norte del país. Las autoridades turcas mantienen cerrados los pasos fronterizos, entre ellos el de Oncupinar, el más cercano a Alepo, mientras miles de familias varadas en el paso de Bab Al Salam, en el lado sirio, están a la intemperie en precarias condiciones, soportantdo el frío y la escasez de alimentos. Este fin de semana, la Unión Europea recordó a Ankara su deber de acoger a refugiados, pero, pese a la presión de la UE, Turquía, que alberga ya a 2,7 millones de sirios, lo tiene muy difícil, ya que está a punto de alcanzar su capacidad máxima de acogida.

Precisamente, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, advirtió ayer de que su país no cargará solo con «todo el peso» de la acogida de los refugiados sirios. «Unos 40.000 sirios se agolpan ahora en una zona cercana a la frontera de Turquía. Nadie debe pensar que, como Turquía acepta a los refugiados y asume esta responsabilidad, debe cargar sola con todo el peso de esta acogida», declaró Davutoglu tras entrevistarse en Ankara con la canciller alemana, Angela Merkel. La visita de Merkel coincide con la nueva ola de desplazados sirios, que no sólo ejerce presión sobre Ankara, sino que amenaza las fronteras europeas. Por ese motivo, la canciller recordó que en el control de la emigración ilegal desde la costa turca hacia suelo europeo a través de Grecia es esencial aumentar la colaboración entre Turquía y Frontex, la agencia europea dedicada a la vigilancia de las fronteras exteriores de la Unión Europea. «En la reunión de ministros de Defensa de la OTAN [10 y 11 de febrero] hablaremos de la situación en Siria, y también de la posibilidad de hasta qué punto la OTAN puede ser útil para apoyar el trabajo de Frontex y de la guardia costera turca», señaló Merkel. «Turquía y Alemania propondrán en esta reunión incluir en la agenda que se trate la opción de implicar a la OTAN en la gestión del flujo de refugiados desde Siria», indicó, por su parte, el jefe del Gobierno turco.

En la frontera, las autoridades de Ankara siguen tratando de ayudar a los refugiados, aunque en territorio sirio. «La situación es crítica en la región de Azaz, con combates continuos y decenas de miles de desplazados», explica Muskilda Zancada, director de la misión en Siria de Médicos Sin Fronteras, que también ha denunciado que tres de sus hospitales fueron bombardeados en los últimos días, pero que no tiene información sobre los daños debido a la dificultad de acceso a estos lugares.

Por su parte, la organización humanitaria IHH alertó de que «el flujo continúa. No paran de llegar familias de Alepo». Emrullah Öztürk, portavoz de IHH, precisó que han llevado unidades de cocina móviles a estos campamentos donde organizan el reparto de comida y de mantas. «Es un drama. Los que no pudieron recibir una carpa duermen debajo de los olivares», describe Haitham Hamu, portavoz del grupo islamista Jabha Shamiya. «Los desplazados tienen apenas una ración de comida al día», añadió Hamu.

Con el apoyo terrestre de combatientes de Hizbulá y tropas de élite iraníes y de los ataques aéreos rusos, las fuerzas sirias han arrebatado al Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, y a sus aliados el control de varias localidades del norte de Alepo. Las tropas gubernamentales se encontraban ayer a sólo 7 kilómetros de la ciudad de Tall Rifaat, uno de los tres últimos bastiones rebeldes en el norte de la provincia. «El objetivo de Asad es alcanzar la frontera turca para impedir el paso de rebeldes y armas desde Turquía», dijo Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.