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Alemania se precipita a nuevas elecciones

La canciller Angela Merkel prefiere un adelanto electoral que encabezar un Gobierno en minoría y anuncia que volverá a ser candidata por la CDU/CSU. El presidente Steinmeier insta a los partidos a seguir negociando, pero los liberales ven un escollo insalvable en la inmigración y el SPD rechaza la Gran Coalición

La canciller alemana, Angela Merkel, durante su encuentro con el presidente Steinmeier para comunicarle el resultado de las fallidas negociaciones
La canciller alemana, Angela Merkel, durante su encuentro con el presidente Steinmeier para comunicarle el resultado de las fallidas negociacioneslarazon

La canciller Angela Merkel prefiere un adelanto electoral que encabezar un Gobierno en minoría y anuncia que volverá a ser candidata por la CDU/CSU. El presidente Steinmeier insta a los partidos a seguir negociando, pero los liberales ven un escollo insalvable en la inmigración y el SPD rechaza la Gran Coalición.

“Nuestros vecinos europeos no comprenderían que en el país más rico de la UE los partidos no fueran capaces de ponerse de acuerdo para formar Gobierno”. Con estas palabras el presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, hizo ayer un llamamiento a todas las formaciones para redoblar sus esfuerzos y superar la incertidumbre política en la que se ha sumido Alemania tras el fracaso de la coalición Jamaica. Una situación inédita en la locomotora europea. En una declaración institucional desde el Palacio de Bellevue tras recibir a mediodía a la canciller Angela Merkel, el jefe de Estado recordó que los alemanes hablaron el 24 de septiembre e instó a que todos muestren su “disposición al diálogo para hacer posible la formación de un Ejecutivo en un futuro cercano”.

“El encargo de formar Gobierno es el encargo más alto que pueden recibir los partidos políticos. El 24 de septiembre los partidos se ofrecieron a asumir responsabilidad por Alemania y eso es algo que no pueden devolver sin más a los electores”, señaló el presidente. Steinmeier sostuvo que la responsabilidad política de los partidos es algo que va más allá de los propios intereses e incluso más allá de los intereses de los propios electores.

El jefe de Estado, que se reunirá en los próximos días con los líderes políticos, así como con los presidentes de ambas cámaras del Parlamento (Bundestag y Bundesrat) y el Tribunal Constitucional, es ahora el árbitro de la situación política en Alemania. Antes de convocar de nuevo a las urnas a comienzos del próximo año, agotará todas las opciones para formar una coalición. Si no lo consigue, podría optar por nominar a Merkel como candidata para encabezar un Gobierno en minoría o disolver el Parlamento y convocar elecciones en 60 días.

En cualquier caso, Merkel, aunque sale muy tocada del fracaso de las negociaciones con liberales y verdes, se muestra partidaria de acudir a las urnas antes de dirigir un Gobierno en minoría de duración incierta y amenazado por el Bloque de la extrema derecha. “Según mi punto de vista, las nuevas elecciones serían el mejor camino”, confesó en una entrevista emitida anoche en la cadena pública ARD. En tal caso, la líder conservadora asegura que repetirá como candidata de la CDU/CSU porque se comprometió con los votantes a gobernar cuatro años y cree que lo que “Alemania necesita es estabilidad”.

Frente a las críticas a su gestión de las negociaciones con verdes y liberales, la canciller, sin embargo, no reconoció errores. “He hecho lo que podía y como dije, habíamos hecho también verdaderos avances”, defendió. Las negociaciones se rompieron la pasada madrugada, cuando el líder liberal, Christian Lindner, decidió levantarse de la mesa porque prefiere “no gobernar a un mal Gobierno”. Mientras se despejan las incógnitas políticas, Merkel se comprometía a que hará “todo lo posible para asegurar la buena gestión del país en las difíciles semanas que tenemos por delante”.

Menos diplomáticos fueron otros dirigentes conservadores, que acusaron directamente a Los Verdes de hacer descarrilar un tripartito inédito a nivel federal, pero ya probado en Hesse en el pasado y en Schleswig-Holstein actualmente. En opinión de Jens Spahn, “la Unión [CDU/CSU] y el Partido Liberal habrían alcanzado un acuerdo en dos semanas”. Al parecer, las diferencias en política de refugiados y concretamente la reagrupación familiar de aquellos que ya se encuentran en Alemania fueron el principal motivo que hicieron descarrilar las conversaciones exploratorias.

Tras compartir el poder con Merkel en su primer y tercer mandato, el Partido Socialdemócrata (SPD) no está dispuesto a volver a ser muleta de la canciller. Así lo reiteró de nuevo la dirección del partido en una reunión en la Willy Brandt Haus en la que por unanimidad rechazaron reeditar una Gran Coalición que les ha granjeado los peores resultados electorales de su historia. Los socialdemócratas, aseguran, no tienen miedo a volver a las urnas

Tras la reunión, su líder, Martin Schulz, aseguró a la Prensa que “no puede haber un rechazo más claro a una alianza de Gobierno”. “En una situación como la actual –aseguró el ex presidente del Parlamento Europeo- el soberano, es decir, los votantes deben revaluar lo que está pasando”. Schulz, no obstante, se mostró dispuesto a hablar con Merkel, cosa que no había pasado al cierre de esta edición, y anunció que el miércoles se reunirá con el presidente federal. Escéptico con un eventual Gobierno en minoría “que no es practicable en Alemania”, el líder del SPD defendió que el “camino correcto son unas nuevas elecciones”, porque “necesitamos rápidamente un Gobierno operativo”. Ante los que piden a los socialdemócratas que sacrifiquen sus interese partidario por bien del país, Schulz recordó que “el SPD cumple con sus responsabilidades democráticas y políticas como parte muy activa del actual Gobierno en funciones”.

Quienes también apuestan por una repetición de las elecciones son Los Verdes. El diputado y ex ministro Jürgen Trittin, que augura que se celebrarán a finales de marzo, reconoció que “llegamos realmente al límite” tras tratar de construir puentes con liberales y conservadores durante las cuatro semanas de negociaciones exploratorias. “Uno se siente como si le hubieran tomado el pelo”, señaló Trittin sobre el portazo del FDP. En cambio, la extrema derecha celebra el bloqueo institucional, que espera rentabilizar en las urnas dos meses después de irrumpir por primera vez en el Bundestag como tercera fuerza política con un 13% de votos y 94 diputados. “Nos alegramos de una eventual convocatoria de elecciones”, manifestó exultante la líder parlamentaria de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel.