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Moisés Naím: «Los pobres también están en contra de Maduro»

La entrevista a Moisés Naím. Analista político y ex ministro de Venezuela. El ensayista cree posible «la aparición de una junta cívico-militar» que sustituya al presidente venezolano

Moisés Naím. Analista político y ex ministro de Venezuela
Moisés Naím. Analista político y ex ministro de Venezuelalarazon

Moisés Naím (1952) fue ministro de Comercio e Industria en Venezuela entre 1989 y 1990. Aquella época «de grandes sueños y esperanzas» terminó pronto, «saboteada por élites empresariales y mediáticas» que «no querían perder privilegios» ante las reformas planteadas por el Gabinete del que Naím formaba parte. Economista, escritor y experto en política internacional, Naím ha dirigido la revista «Foreign Policy» y escrito numerosos libros. El último se llama «El fin del poder» (Debate, 2013) y se ha convertido en un fenómeno de ventas tras ser elegido como lectura del año por el fundador de Facebook.

–¿Es posible un Caracazo si Maduro hace reformas económicas?

–Las protestas sociales y el Caracazo ya está ocurriendo en Venezuela. Todos los días hay protestas y muertos en el país. El desabastecimiento de productos básicos va a llegar a niveles que va a provocar una agitación social muy importante en los próximos meses. La ausencia de reformas y de ideas y políticas económicas para enfrentar una situación desesperada ha dejado a la gente sin comida y sin medicinas.

–¿Por qué Nicolás Maduro aún no ha caído?

–Es importante entender lo extenso y brutal del estado policial que se ha instalado en Venezuela. La tecnología cubana ha sido exitosamente exportada a Venezuela. El número de dirigentes y líderes de oposición, de periodistas y medios de comunicación bajo acusaciones judiciales es muy grande. Esto se ve abiertamente, pero subterráneamente hay también una fortísima represión de cualquier disidencia llevada a cabo por la Policía y cuerpos violentos y milicias asociadas al Estado.

–¿Los más pobres siguen apoyando al Gobierno venezolano?

–Todas las encuestas indican que el apoyo a Maduro está por debajo del 20%. La población pobre de Venezuela representa el 80% de la población total. En Venezuela no hay una clase media o una élite muy numerosa. Por tanto, un enorme volumen de pobres está en contra de Maduro.

–¿Es posible un golpe militar para quitarse a Maduro de en medio?

–No lo creo. Los militares con poder de fuego y con control de tropas y armamentos están muy controlados por los servicios de inteligencia. Aquellos generales, coroneles y capitanes que no son considerados entusiastas o leales al Gobierno son inmediatamente transferidos a posiciones donde no tienen influencia o control sobre armamento. Si eres un militar y estás con el Gobierno vas a tener todo tipo de prebendas económicas y posibilidad de corrupción.

–¿Diosdado Cabello, número dos del chavismo, y otros mandos militares podrían dar ese paso si ven en riesgo su posición?

–Lo que podremos ver es la aparición de una junta cívico-militar o de grupos afines, como las que hubo en los años 70 y 80 en América Latina, donde personas de diferentes corrientes del chavismo tendrían una representación; los cubanos, los militares, los narcotraficantes. En Venezuela hay varias facciones afines al Gobierno que están rivalizando por el poder. Todas ellas tienen la capacidad de bloquear las iniciativas de las demás pero ninguna tiene la capacidad de imponer su punto de vista, y de ahí la parálisis que vive el país. Por eso Maduro no toma decisiones. En muchos sentidos, Maduro ya no tiene la capacidad de gobernar Venezuela. Y no hay otro personaje. Usted cita a Diosdado Cabello, pero creo que no tiene el apoyo de todas las facciones. No hay nadie que tenga ese apoyo. Quizá la única persona que podría aparecer en el futuro con algo de legitimidad heredada es la hija del presidente Hugo Chávez, que ahora está representando a Venezuela en las Naciones Unidas.

–¿Se equivocaron Chávez y el Gobierno cubano al apostar por Maduro?

–Para los cubanos es indispensable tener a alguien al frente de Venezuela que sea incondicional y que mantenga al máximo el suministro del petróleo y otros beneficios financieros a Cuba; alguien que permita a los cubanos desempeñar funciones clave en los sistemas de inteligencia, seguridad y Fuerzas Armadas de Venezuela. Maduro en ese sentido es perfecto.

–¿Cree que la vidas de Leopoldo López y de Antonio Ledezma están amenazadas en la cárcel militar de Ramo Verde?

–Sí, en el sentido de que este Gobierno ha dado muestras de que está escalando la represión hasta límites que no habíamos visto nunca en la historia de Venezuela.

–¿Aumentará la represión de cara a las elecciones parlamentarias?

–Sin duda, si es que hay elecciones. Parte de lo que está haciendo el Gobierno es lo que ellos llaman «calentar la calle», crear una situación de inseguridad, de turbulencia y de agitación callejera que les permita a ellos adelantar las elecciones o posponerlas de forma indefinida ya que no se dan las condiciones para unos comicios. En estos momentos, en Venezuela, si las elecciones fueran limpias y justas, es muy probable que el Gobierno no salga bien y ellos lo saben, por tanto tienen muchos incentivos para tratar de evitar que haya elecciones.

–¿El petróleo puede ser el detonante de una caída acelerada del Gobierno?

–Hay que recordar que la economía del país había colapsado antes de que colapsara el precio del petróleo. Con el petróleo a más de 100 dólares, éste era un país que no lograba importar los bienes básicos. El desabastecimiento ocurrió cuando el precio del petróleo estaba todavía alto. Lo que ha pasado ahora es que la caída del crudo ha exarcebado una dificultad económica que ya había ocurrido.

–¿Los países latinoamericanos han sido esquivos en su apoyo a la democracia venezolana?

–Han sido una vergüenza. Los demócratas de América Latina deben sentir vergüenza ante la conducta del Gobierno de Brasil, ante el silencio de Bachelet, ante la distracción del Gobierno de México y el elocuente silencio de personas que en su momento fueron perseguidas por gobiernos militares en América Latina y que tuvieron acogida en Venezuela.

–¿Ve cosas positivas en todos estos años de Gobierno chavista?

–Claro que sí. Trajo al centro de la conversación el tema de la pobreza al poner a los más pobres como la prioridad del país.

–¿Qué siente al ver a su país en esta crisis?

–Una tristeza inmensa y una enorme sensación de impotencia al ver que el mundo no entiende la tragedia que está ocurriendo en Venezuela. También siento perplejidad al ver que en mi país todavía hay quienes defienden unas ideas que son malas y que siempre han fracasado.

–¿La oposición está haciendo todo lo bien que debería su trabajo?

–Es dificilísimo ser oposición en un país tan fragmentado y reprimido como el que tenemos. Sin embargo, es muy importante recordar que la oposición venezolana ha sido heróica, pacífica y democrática frente a un Gobierno y a una clase política oligárquica que está en el poder que viola la Constitución y que comete todo tipo de abusos.

–¿Le falta un líder con carisma y un gran proyecto?

–Eso se hubiera podido decir de la oposición en México durante los ochenta cuando gobernaba el PRI o en España durante la dictadura de Franco. Siempre se puede decir que la oposición podría haber sido más eficaz en cualquier dictadura.