Guatemala

Al menos 31 niñas muertas por un incendio en un centro de menores de Guatemala

El fuego fue provocado por ellas mismas en unos colchones para protestar por los abusos sexuales y físicos que sufrían.

Familiares de las menores a las puertas del centro
Familiares de las menores a las puertas del centrolarazon

El fuego fue provocado por ellas mismas en unos colchones para protestar por los abusos sexuales y físicos que sufrían.

La historia se repite en Guatemala un país que no es un hogar seguro para nadie. Y de nuevo un centro que debía de proteger a los más débiles se convierte en «un infierno» de abusos y maltratos. Mientras quelos familiares siguen intentando reconocer a sus hijas calcinadas, el Gobierno mira para otro lado y acusa de los incidentes a las «jóvenes pandilleras». Dolor, vergüenza nacional y silencio. Son los gritos que muchos oyeron, pero nadie escuchó.

Al menos 31 adolescentes murieron en el incendio registrado en la madrugada del miércoles en un centro para menores en los alrededores de la capital de Guatemala, según los últimos datos ofrecidos por los hospitales a los que han sido trasladadas los heridas. Cuerpos cubiertos con mantas azules, pedazos de colchones y muñecas entre los escombros quedaron en lo que parecía un dormitorio del sitio que recibía a menores que fueron víctimas de abuso, que no tienen hogar o que cumplieron alguna sentencia y no tenían adónde ir.

Nueve niñas fallecieron ayer en dos hospitales a los fueron trasladadas desde el albergue Hogar Seguro Virgen de la Asunción. Se suman a las 22 víctimas mortales confirmadas en la noche del miércoles. La cifrapodría aumentar pues varias presentan quemaduras graves. «A esta hora ya se han realizado 20 autopsias y se han identificado plenamente 12 menores. Tenemos pendientes cinco casos procedentes del hospital general», declaró Roberto Garza, portavoz del Instituto Nacional de Ciencias Forenses.

Olguín llora mientras levanta la sábana. «Sí, es mi hija», exclama mientras se cubre el rostro. En la morgue las madres se agolpan, desconsoladas. «Tenemos derecho a saber qué ocurrió con nuestras hijas», dice. El martes, más de 60 niñas se fugaron del centro ante los continuos abusos sexuales y maltratos que sufrían, la mayoría fueron «capturadas» de nuevo y llevadas al albergue. Es entonces cuando decidieron amotinarse prendiendo fuego a sus colchones. Las llamas se propagaron rápidamente dejando a las adolescentes de entre 13 y 16 años atrapadas en una habitación, en la que algunas murieron calcinadas.

Según admitió la propia Procuraduría General de la Nación (PGN), las autoridades enviaron una orden de allanamiento para poder mitigar el motín y separar a las internas más problemáticas con antecedentes penales, pero el juez no atendió la solicitud. La titular de la PGN, Anabella Morfín, fue la primera en entonar el «mea culpa». «Todas las autoridades del Estado tenemos que tomar en cuenta que se pudo haber evitado este hecho doloroso», afirmó. Disculpas que saben a poco.

El centro era un verdadero «antro», en él había bebés abandonados, niños discapacitados, menores embarazadas y adolescentes con problemas con la ley. Además, algunos familiares de los internos han confirmado que estos se quejaban continuamente de abusos físicos y sexuales en el Hogar Seguro, por parte de los monitores del centro. «Sí, mi hija me contaba del acoso pero qué podemos hacer, no tenemos recursos ni para alimentarla, encima nos daba problemas, no sabíamos a dónde acudir, en el centro no nos atendían», cuenta Olguín, desesperada. «¿Cómo no se pudieron dar cuenta para poder salvarlas a tiempo si el humo se ve al instante?», dice a su lado el tío de otra de las adolescentes, de15 años. Una de las vecinas llegó a relatar cómo días atrás desde las ventanas del albergue, dos menores le pidieron pastillas y cuchillos para suicidarse.

El Gobierno guatemalteco ha decretado tres días de luto nacional y ha ordenado la destitución del director del albergue. Hoy comienzan los funerales. La «caza de brujas» durará lo que tarde en desaparecer el suceso de los medios. Ningún alto funcionario pagará por la tragedia.

Por su parte, el presidente del país, Jimmy Morales, lamentó que los órganos judiciales no hubieran atendido la petición de los funcionarios de separar a los jóvenes que desde el martes estaban causando problemas en el centro. Una cadena de negligencias que costó muy caroa las niñas.