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Mugabe se aferra a la presidencia

El dictador de Zimbabue reúne a su Gobierno en su domicilio, donde permanece bajo arresto, mientras el Ejército prepara la llegada del ex vicepresidente Mnangagwa para que asuma el poder.

El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, posa con el general Constantine Chiwenga, ayer, en su casa de Harare
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, posa con el general Constantine Chiwenga, ayer, en su casa de Hararelarazon

El dictador de Zimbabue reúne a su Gobierno en su domicilio, donde permanece bajo arresto, mientras el Ejército prepara la llegada del ex vicepresidente Mnangagwa para que asuma el poder.

Llegan tiempos de cambio para Zimbabue, uno de los países más pobres del mundo. El presidente, Robert Mugabe, de 93 años, sigue recluido en su casa de la capital, Harare, después de que el Ejército tomara las calles de la ciudad el miércoles en lo que se puede calificar de golpe de Estado. No obstante, el portavoz de las Fuerzas Armadas mantiene que no se trata de una «toma militar» sino de «llevar ante la Justicia a los criminales» que están del lado del nonagenario. Pese a su arresto, el presidente zimbabuense pudo ayer mantener reuniones con su gabinete de crisis para estudiar su posible salida del Gobierno y con una delegación que el Ejecutivo surafricano ha enviado para mediar en este trance sucesorio. Mientras, Harare sigue sumida en una tensa calma y sus ciudadanos tratan de ahcer su vida normal, pero con incertidumbre.

Para mostrar su control de la situación, la facción militar del partido ZANU-PF anunció en Twiter que el ex vicepresidente Emmerson Mnangagwa, de 75 años, está ejerciendo la presidencia de forma interina hasta que se resuelva el problema sucesorio de la antigua Rodesia. Por su parte, el secretario general del principal partido de la oposición, el Movimiento por el Cambio Democrático, Douglas Mwonzora, ha mostrado su disposición a entrar en un Gobierno de transición de manera pacífica tras declarar que «lo que ha hecho el Ejército es algo bueno».

Y es que lo que está ocurriendo en Zimbabue es más un asunto de sucesión que de un interés particular por derrocar a Mugabe. Tras casi cuatro décadas al frente del país, la clase política y los ciudadanos piden un cambio que les permita ver resurgir a una nación maltratada por el régimen de un presidente que expulsó a la minoría blanca y sumió a Zimbabue en una decadencia irrecuperable hasta el momento: hizo devaluar su moneda, la sumió en la lista de los países con mayor inflación del mundo y condenó a miles de zimbabuenses a emigrar en busca de una vida mejor.

Mugabe se ha reunido con parte de su equipo en el Gobierno para buscar una salida a la situación. Además, según el diario «The Herald», el todavía presidente mantuvo, al menos, un encuentro con el jefe de las Fuerzas Armadas zimbabuas, Constantine Chiwenga, y otros representantes militares. El rotativo publicó varias fotos de la reunión, sin dar más detalles. Como mediador se encontraba en la sala el sacerdote Fidelis Mukonori, así como un enviado del Gobierno de Suráfrica, detalló el rotativo. La reunión apunta a que se llevan a cabo negociaciones para cerrar la salida de Mugabe, que ha mostrado su negativa a dimitir como parte de las negociaciones con el Ejército.

En 1987, el mandatario cambió la Constitución para instaurar un régimen presidencialista mediante el cual se mantiene en el poder desde hace 37 años con la celebración de elecciones poco o nada transparentes en cada periodo legislativo. Hace unos años, el presidente más anciano del mundo aseguró que se iría del poder «cuando Dios quiera» y presentaba la continuidad de su mujer, Grace Mugabe, de 52 años, como el escenario más probable ante el deterioro de su salud.

Ahora las Fuerzas Armadas han tomado Harare por el conflicto de sucesión en el Gobierno. El partido gobernante está dividido en dos facciones; la que apoya a la esposa del presidente, Grace Mugabe, 41 años más joven que su marido, y que cuenta con el apoyo del llamado G-40. Del otro lado, el ala militar que apoya al ex vicepresidente Mnangagwa. Éste fue expulsado de su cargo tras hacer unas declaraciones en contra del presidente. Por su parte, la ex vicepresidenta de Zimbabue Joice Mujuru, repudiada por el oficialismo en 2014, confirmó que será la candidata de la opositora Coalición Popular Arcoiris (PRC) para las elecciones presidenciales de 2018 y pidió a los ciudadanos que «reflexionen para reconstruir» el país ante la intervención militar contra el Gobierno.