Estados Unidos

«My Lady Maggie»

El presidente de EE UU y la «premier» británica aspiran a reeditar la relación Reagan-Thatcher

Socios: 1982 Ronald Reagan y Thatcher en EE UU
Socios: 1982 Ronald Reagan y Thatcher en EE UUlarazon

Cuando ganó las elecciones, Donald Trump habló por teléfono con nueve líderes mundiales antes que con Theresa May. Aquello causó gran revuelo en Londres, pero el magnate calmó los ánimos asegurando que la primera ministra británica sería su «Maggie» en referencia a la estrecha relación que mantuvieron Margaret Thatcher y Ronald Reagan. A priori, poco o nada tiene que ver la estrecha relación que mantuvieron los dos líderes conservadores que sentaron las bases del orden liberal con la que se espera que forjen ahora los mandatarios de Londres y Washington. La Dama de Hierro y el cuadragésimo presidente de los Estados Unidos tardaron 37 días en darse cita. Trump tan sólo ha tardado siete días en invitar a la líder tory. Las personalidades no pueden ser más dispares. Una hija trabajadora de un vicario, callada y dedicada toda su vida a la política, y un millonario que hasta antes de mudarse a la Casa Blanca sólo se había dedicado al mundo de los negocios. Sin embargo, May confesó a los periodistas que la acompañaban en el vuelo a EE UU: «Ya sabéis que los polos opuestos se atraen». Lo cierto es que a la «premier» no le queda otra opción que llevarse bien con el norteamericano. El Brexit sitúa a Reino Unido en un escenario desconocido e incierto. Y ahora que es cuando se tiene que potenciar más que nunca esa «relación especial» May se enfrenta con el presidente más impredecible que ha tenido Estados Unidos en toda su historia. Los expertos recalcan que Trump es también el presidente más proteccionista desde la Segunda Guerra Mundial y, en este sentido, las cosas se complican para una primera ministra que acaba de anunciar su intención de sacar a Reino Unido del mercado común, donde a día de hoy van destinadas el 49% de las exportaciones británicas. De momento, la líder tory ha dejado en el aire su posible continuidad en la unión aduanera comunitaria, que establece tarifas comerciales comunes con terceros países.