Venezuela

Maduro anuncia un plan de «emergencia nacional» ante el pulso opositor

El presidente venezolano remodela su Gobierno para «acercarse a la calle» y reta a la MUD a presentar el referéndum revocatorio

Nicolas Maduro, en el palacio de Miraflores
Nicolas Maduro, en el palacio de Mirafloreslarazon

El presidente venezolano remodela su Gobierno para «acercarse a la calle» y reta a la MUD a presentar el referéndum revocatorio

El Gobierno venezolano trata de regenerarse dentro y fuera para recuperar la iniciativa de poder. El presidente Nicolás Maduro dio a conocer su nuevo Gabinete ministerial ayer por la tarde, después de pedir la renuncia de todos sus ministros la misma noche del varapalo electoral. El mandatario se dispone ahora a crear un nuevo «Gobierno revolucionario para esta etapa, para este nuevo siglo», que tenga «vocación de calle, vocación transformadora». Aristóbulo Isturiz, hasta ahora gobernador del estado Anzoátegui, será el nuevo vicepresidente.

Además de esa regeneración interna, el chavismo dice tener ahora la llave de la salida de la crisis. Maduro también anunció que en las próximas horas lanzará un plan de «emergencia nacional» para la recuperación económica, sin detallar el contenido, que podría presentarse en la primera sesión parlamentaria de la nueva Asamblea Nacional que se celebró ayer. En cualquier caso, la iniciativa se contrapone a la agenda legislativa sugerida por la oposición en la sesión inaugural, una muestra de los problemas de ingobernabilidad que puede sufrir el país. Otro de los temas a discutir en la Cámara, según fuentes opositoras consultadas por este diario, fue la designación de trece magistrados –afines al chavismo– del Tribunal Superior de Justicia que el Gobierno nombró tras la derrota electoral. De ahí que la Asamblea Nacional decidiera abrir una comisión especial para investigar la designación de los magistrados. La decisión contó sólo con los votos favorables de la oposición.

A pocos minutos del inicio de esa primera sesión, la oposición buscaba asesoría jurídica para determinar la legitimidad de la jura de los cuatro diputados impugnados –tres opositores y un oficialista– del Estado de Amazonas. Sin esperar a que el Supremos resuelva el recurso, los tres diputados opositores juraro ayer sus cargos. Según indicó a LA RAZÓN el diputado opositor Carlos Prosperi, ese gesto es «simbólico» y significa «un desafío al Gobierno», con el objetivo de «no dejarse ningunear» ante el llamado «golpe judicial» emprendido por el Ejecutivo chavista. En principio, la entrega de las credenciales no tendrá valor tácito, pues existe un proceso judicial abierto, pero la oposición insiste en la ilegalidad de esa sanción del alto tribunal. Las sesiones del nuevo Parlamento venezolano se han convertido en el «Gran Hermano» del país. Tanto por el bochornoso espectáculo de los diputados chavistas que interrumpen a empujones las intervenciones de la oposición, como por el libre acceso a los medios que proporcionan la vigilancia de esos hechos. «Es una gran emoción volver a esta sala, a las fuentes», comentaba a este diario la periodista local Cecilia Caione, después de cinco años de una prohibición ejecutada en 2010 por Cilia Flores, la esposa del presidente Nicolás Maduro y entonces presidenta de la Cámara. Para Caione, «fue una decisión para tapar la realidad y mostrar apenas la versión oficial». Es decir, obviar la lamentable conducta de los parlamentarios chavistas, que en la cita de ayer volvieron a boicotear el normal funcionamiento del organismo.

Estas escenas han puesto de manifiesto los escollos para la convivencia entre oficialismo y oposición. Maduro retó en la tarde del martes a la MUD a plantearle un referéndum revocatorio para sacarlo del poder. «Si ellos vienen por otras vías, será también con la Constitución en mano, el pueblo quien decida, y ahí estaré», avisó Maduro. Ambas partes han puesto sus cartas sobre la mesa y lo único que se puede esperar es un choque de trenes que alargue la agonía de Venezuela.