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Nueva diplomacia

Análisis. Trump va a acercarse a Rusia pese a la tensión creciente por el caso del espionaje ruso al Partido Demócrata

La Razón
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–Se ha hablado del nuevo Gabinete de Trump como «La legión del mal», ¿se está sobreactuando sobre la elección del gabinete?

–La mayoría de los nominados de Trump podrían haber sido elegidos por cualquier presidente conservador del Partido Republicano. Desde el punto de vista de la izquierda, que esperaban mantenerse por siempre en el poder, los nominados pueden ser una «legión del mal». Desde la perspectiva del bipartidismo, en que en cada elección un partido puede ganar, los nominados son ordinarios. La mayoría de los nominados tienen una sólida y relevante carrera. El próximo fiscal general, Jeff Sessions, ha servido durante 20 años en el Comité judicial del Senado, supervisando el Departamento de Justicia. Antes de ello, fue fiscal por el distrito de Alabama del Sur. Steve Pruitt, nominado para Agencia de Medio Ambiente, es fiscal general de Oklahoma y tiene mucha experiencia en litigios en contra de las acciones ilegales de la EPA de Obama. Tom Price, nominado como secretario de Sanidad, es reconocido como uno de los políticos del Congreso más expertos en legislación y políticas de asistencia sanitaria. Rex Tillerson será el primer secretario de Estado sin experiencia gubernamental, pero tiene gran experiencia en negociaciones con líderes de Gobiernos de todo el mundo.

–¿Se mejorarán las relaciones bilaterales de otros países con Tillerson?

–Debido a que Trump no le interesan los detalles, es posible que sus secretarios tengan una gran libertad para manejar sus departamentos. Por ejemplo, si el secretario de Defensa, Mattis, logra reconstruir el débil Ejército estadounidense, el respeto por Estados Unidos mejorará y, como consecuencia, lo harán las relaciones bilaterales. De hecho, la mayoría de los nominados tienen que atender a asuntos domésticos, por lo que tan sólo Trump y Tillerson se encargarán de las relaciones internacionales. Teniendo en cuenta la transición, de momento, los cambios bilaterales vendrán en Taiwán e Israel, para mejor. Los relaciones con los estados árabes mejorarán por el respeto a un EE UU más fuerte y resolutivo. Con Reino Unido será peor que con Obama. Con China, intencionadamente peor. Rusia, Turquía, Filipinas y Kazajistán, mejor para sus regímenes autoritarios y, por tanto, peor para sus ciudadanos.

*Prof. de Ley Constitucional Avanzada en la Universidad de Denver