Estados Unidos

Obama ordena investigar el «pirateo» ruso en las elecciones

Pide a los servicios de inteligencia una revisión completa antes de que deje la Casa Blanca

Putin y Obama se saludan en una cumbre de los países del Pacífico celebrada en Perú
Putin y Obama se saludan en una cumbre de los países del Pacífico celebrada en Perúlarazon

Pide a los servicios de inteligencia una revisión completa antes de que deje la Casa Blanca

El espionaje siempre ha formado parte de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. En los últimos años, de forma prácticamente rutinaria, Rusia ha dirigido actividades de ciberespionaje a agencias, empresas y organizaciones de Estados Unidos. Pero durante las elecciones presidenciales del pasado noviembre, Rusia dio un paso más al tratar de interferir en los resultados mediante operaciones de ciberataques robando información sensible del Partido Demócrata de Hillary Clinton, según funcionarios de la Administración Obama.

Tras la polémica campaña electoral, la consejera de Seguridad Nacional, Lisa Monaco, anunció ayer que el presidente ha ordenado a las agencias de inteligencia un análisis exhaustivo sobre lo que ocurrió en los comicios de hace un mes. Las conclusiones se presentarán ante los congresistas, añadió Monaco. El periódico «The Washington Post» informó de que Obama quiere tener el resultado de la investigación antes de que deje la Casa Blanca, el 20 de enero, día de la toma de posesión del republicano Donald Trump como presidente. Precisamente, Trump ha negado en el pasado posibles interfenrencias rusas en la campaña de Estados Unidos.

Obama ha tomado esta decisión después de recibir dos cartas, una del Senado y otra de la Cámara de Representantes, en las que se pide al presidente que intervenga ante el «pirateo». Lo curioso es que es el propio partido de Trump el que ha impulsado esta iniciativa desde su mayoría en el Congreso. El comité de Inteligencia del Senado, formado por 15 miembros, insta a la Casa Blanca a que haga pública «la información relativa al Gobierno ruso y las elecciones de Estados Unidos». Por su parte, la Cámara de Representantes resalta la necesidad de mantener reuniones para «evaluar la respuesta apropiada del Congreso a la participación de Rusia y sus intentos de interferir en nuestras elecciones».

En octubre, las agencias de Inteligencia de Washington apuntaron que Estados Unidos tenía pruebas de una campaña rusa para manipular las elecciones, una ofensiva que, entre otras cosas, facilitó la publicación de 20.000 correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata por el portal WikiLeaks. Además, el Gobierno de Obama prometió dar una respuesta «proporcional» a Rusia, que a su juicio actuó con el objetivo expreso de influir en el resultado de las elecciones del 8 de noviembre. Obama y el presidente ruso, Vladimir Putin, mantuvieron un breve encuentro el mes pasado en Perú en el marco de la cumbre de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), pero no abordaron el tema de los ciberataques. Trump, por su parte, ha rechazado cualquier tipo de injerencia rusa en las elecciones en las que derrotó a la candidata demócrata. No obstante, varios líderes republicanos del Senado, entre ellos Lindsey Graham y John McCain, están impulsando una investigación sobre la supuesta intromisión rusa en las elecciones estadounidenses y las posibles amenazas cibernéticas para los sistemas militares y de armas del país. Mientras, los demócratas del comité de Inteligencia del Senado urgen al Gobierno de Obama a desclasificar y divulgar información adicional sobre los ataques cibernéticos de los que se acusa a Rusia.

«Resulta más que evidente que las elecciones de EE UU sufrieron ataques cibernéticos de Rusia. Sin embargo, lo que es más importante es que son los propios senadores republicanos los que han pedido investigar el proceso electoral, y esto desespera a Trump. McCain y otros como Corker, jefe del comité de Relaciones Exteriores del Senado, quieren que Trump no llegue a la Casa Blanca porque saben que él es el mayor riesgo para la seguridad nacional», asegura el analista político Bob Lehrman a LA RAZÓN.

Las sospechas sobre el «pirateo» procedente de Moscú crecieron cuando el propio Trump pidió públicamente que Rusia encontrara los 30.000 correos electrónicos borrados por Clinton de su servidor privado, que utilizó siendo secretaria de Estado entre 2009 y 2012. En octubre, un mes antes de las elecciones, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (USIC) y el Departamento de Seguridad Nacional aseguraron que el Gobierno ruso «dirigió» los recientes ataques contra los servicios de correos electrónicos de personas e instituciones de Estados Unidos, entre ellos el Partido Demócrata. Aún se desconocen las consecuencias que puede tener del informe solicitado por Obama. Sin embargo, sin duda afectará a la futura presidencia de Trump, sobre el que se especula que podría sufrir un posible «impeachment».