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Paloma Valencia Laserna: «Es un diálogo con tantos errores que, aunque se firme, no habrá paz»

Paloma Valencia Laserna / Senadora de Centro Democrático

La Razón
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Paloma Valencia Laserna fue elegida como número tres en la lista que elaboró el propio Álvaro Uribe para el Senado en 2014. Esta combativa abogada, nieta del ex presidente Guillermo León Valencia, es una de las voces más críticas con el proceso de paz que el Gobierno colombiano está negociando con la guerrilla en La Habana desde 2012.

–Las FARC han vuelto a romper una tregua. ¿Qué hay detrás de esta decisión?

–Las FARC nunca han tenido voluntad de paz. Cuando se les pregunta por qué asesinaron a militares mientras dormían en el Cauca o por qué siguen extorsionando, dicen que simplemente quieren detener la fuerza ofensiva, pero, como hemos visto, no es así.

–¿Hay facciones dentro de las FARC que apoyan los diálogos y otras que no?

–Ésa es la gran pregunta. No sabemos si el asesinato de militares, la extorsión y el tráfico de drogas son órdenes que se dan desde La Habana o si simplemente en Cuba hay un secretariado de las FARC que no tiene control sobre las facciones más violentas.

–¿Cree que las FARC entrenan a los carteles mexicanos como se ha publicado estos días en la Prensa colombiana?

–Es evidente que existe una conexión con organizaciones terroristas de todo el mundo. Han tenido vínculos con Hezbolá, Al Qaeda... con ETA.

–¿El uribismo ha suavizado su postura frente al proceso de paz?

–No hemos cambiado la posición. Nosotros hemos dicho siempre que las negociaciones no se deben iniciar mientras continúen las acciones terroristas contra los ciudadanos y la fuerza pública.

–¿Qué le parece que al jefe de las FARC, Timochenko, se le haya permitido viajar a Cuba para participar en los diálogos?

–Es algo muy grave porque mientras se levantaron las sanciones a Timochenko para que pudiera viajar libremente a La Habana, se ordenaron ataques sobre la población colombiana. No se sabe si esas reuniones las FARC las utiliza para hablar de paz o para hablar de guerra. En los últimos meses ha habido un incremento en la cantidad de armas recibidas por las FARC, un fortalecimiento militar y una reorganización de la guerrilla.

–¿Después de romper la tregua cree que las FARC quiere firmar la paz?

–Es indiferente si firman el acuerdo o no porque la situación en Colombia no va a mejorar. Simplemente van a dar a unos cabecillas poder político para convertirlos en alcaldes, concejales, diputados y gobernadores de las regiones que han martirizado. El narcotráfico, la minería ilegal y las acciones criminales van a seguir, pero con otro nombre, porque ahora serán delitos políticos.

–¿No cree que lo firmado hasta ahora con las FARC tiene algo bueno?

–Esa negociación tiene tantos errores que, aunque la firmen, no va a contribuir a la construcción de la paz en Colombia, porque es una negociación sin cárcel y que da representación política a los criminales de lesa humanidad y a los secuestradores. Eso rompe con la posibilidad de que Colombia fortalezca sus instituciones.

–¿Cuál ha sido el mayor error del Gobierno de Santos?

–Utilizar la palabra paz para disfrazar un proceso de impunidad y para disfrazar un Gobierno dedicado a la politiquería y al clientelismo, y que ha revivido los peores vicios de la democracia colombiana. Santos es un presidente lejano, que no tiene el afecto de la sociedad colombiana ni le interesan los demás problemas. Lo ha apostado todo al proceso de paz, pero los ciudadanos se sienten desesperados. Así lo dice el 70% de los encuestados.

–¿Se sienten perseguidos los miembros del Centro Democrático?

–Quienes estamos al lado del presidente Uribe, en su partido, sentimos que el Gobierno, a través de la Justicia, ha arreciado una persecución jurídica contra los líderes del Centro Democrático sobre la base de que cuando a muchos se les aproxime a la cárcel, y sobre todo al presidente Uribe, haya un acuerdo del Gobierno que implique impunidad para las FARC a cambio de impunidad para el uribismo. Esto es una amenaza a la democracia colombiana. Pero los uribistas tenemos muy claro que estamos defendiendo la Justicia y las instituciones. Y aunque nos sigan metiendo en la cárcel seguiremos defendiendo que las FARC tienen que pagar un precio.